Antídoto para las 'subprime'
La banca española afronta las turbulencias de las hipotecas subprime en una posición de 'solidez', según el Banco de España. Esta fortaleza resulta más gratificante al compararla con la debacle de los casos que se están dando en EE UU, Gran Bretaña o Alemania. Y es que los excesos se pagan. Ayer le tocó el turno a Charles Prince, el presidente del primer banco del mundo, Citi, que abandonó su cargo tras reconocer que la crisis le va a suponer a la entidad pérdidas por 17.500 millones de dólares (12.100 millones de euros). La salida de Prince, relevado por el prestigioso ex secretario del Tesoro Robert Rubin en papel de bombero, se suma a la de Stan O'Neall, primer ejecutivo de otro de los grandes, Merril Lynch.
A diferencia de las entidades estadounidenses -cuyo negocio no se ha centrado en gestionar las hipotecas de sus clientes, sino en obtener fondos titulizándolas-, el modelo español está marcado, conforme al Banco de España, por un tinte de prudencia apegado al cliente minorista a través de su amplia red comercial. æpermil;ste ha sido el antídoto de los bancos y cajas españolas que no han caído en el negocio fácil de titulizar las hipotecas en complejas estructuras como sus competidores. En esta política de prudencia ha influido el regulador, inflexible en su exigencia de solvencia y de gestión del riesgo, mucho más que otros bancos centrales. Por todo, la entidad que dirige Fernández Ordóñez descarta una situación similar en el sistema español a la que se está sufriendo en EE UU, tesis que avala con una comparación clarificadora: la morosidad de las subprime en EE UU en 2007 es un 15%, lejos del peor dato padecido por el sistema español del 4% en 1993. La morosidad es hoy en España del 0,6%.
Pero el supervisor huye de triunfalismos y pide más prudencia en los próximos meses. Si finalmente EE UU se ve afectado en su crecimiento, el efecto negativo se extenderá a todas las economías, incluida la española. Por eso, el sistema financiero español debe seguir su política de prudencia e intensificar sus controles a la hora de conceder nuevos créditos.