Las empresas vuelven al mercado de renta privada en busca de liquidez
Las emisiones de deuda empiezan a despertar en España tras el frenazo que supuso la crisis crediticia que estalló el pasado verano. El volumen admitido a negociación de bonos de titulización se multiplicó por seis el pasado octubre, aunque estos títulos no han sido colocados en el mercado. Las emisiones de cédulas prácticamente se ha duplicado, mientras se han registrado 2.600 millones de bonos corporativos.
Santander dio el pistoletazo de salida esta semana al colocar en apenas cuatro horas una emisión de cédulas hipotecarias de 1.500 millones de euros entre inversores institucionales. Se trataba de la primera emisión que realizaba una gran entidad tras el estallido de la crisis crediticia del pasado verano. 'El mercado estaba esperando que algún gran banco o caja rompiera el hielo. La buena acogida que ha tenido animará al resto', comenta un experto. La emisión, además, se ha llevado a cabo a euríbor más 13 puntos básicos, un precio superior al que exigía el mercado hace dos meses (el diferencial medio rondaba los 6 puntos básicos), pero no desorbitado.
De momento, Intermoney prepara otra operación de cédulas, en la que participan varias cajas de tamaño pequeño como Insular de Canarias y Caixa Girona. Fuentes de mercado aseguran que la emisión, que podría salir en las próximas semanas, será de unos 1.000 millones.
El pasado octubre, ya se dieron los primeros indicios de que el mercado de deuda se estaba animando. Ese mes, se admitieron a negociación un total de 3.000 millones de euros en cédulas, frente a los 1.600 millones de septiembre, según los datos de AIAF. Aunque estas cifras aún están muy por debajo de lo habitual (en octubre de 2006, se emitieron cédulas por 5.150 millones), los expertos creen que la situación comenzará a normalizarse en próximos meses.
Los bonos titulizados, hasta ahora uno de los principales instrumentos utilizados por las entidades españolas para financiar su fuerte crecimiento en hipotecas, habían sido otro de los segmentos más afectados. Esta herramienta consiste en convertir préstamos en bonos para venderlos en el mercado. Con ello, bancos y cajas logran, además, reducir riesgo de sus balances.
Pero las entidades han buscado otras soluciones para captar fondos. Han lanzado emisiones de titulización con el propósito de utilizarlas como garantía (colaterales) ante el BCE y conseguir de este modo liquidez. En vez de colocar los títulos entre los inversores, a un precio cuatro o cinco veces más elevado que hace unos meses (la única operación de este tipo se ha registrado en Holanda, a euríbor más 50 ó 60 puntos básicos), bancos y cajas están recomprando los bonos para que permanezcan en sus balances. En este caso, la prima es de sólo 20 puntos básicos sobre el euríbor.
Esta actividad ha permitido que el volumen de emisiones de titulización admitidas a negociación en octubre ascendiera a 6.220 millones, frente a los 1.015 millones del mes anterior.
En Ahorro y Titulización, la gestora de las cajas, prevén emitir unos 8.000 millones en estas operaciones de aquí a finales de año. 'Constituimos un programa de 20.000 millones en enero, pero no creemos que se agote este ejercicio', explican.
'Los inversores institucionales europeos, sobre todo alemanes, británicos, belgas o franceses, han sido los principales demandantes de bonos titulizados. Con la crisis, sin embargo, existe una animadversión a todo lo relacionado con el mercado inmobiliario español', comenta un directivo de una caja de ahorros española. Añade que las entidades no están dispuestas, por el momento, a asumir el coste adicional que exige el mercado para obtener financiación.
La deuda privada también despierta. Mientras que en septiembre no se llevó a cabo ninguna operación, en octubre se admitieron bonos y obligaciones por 2.600 millones de euros.
Títulos con la máxima calificación de las agencias
El despegue del mercado de cédulas y titulización en España en los últimos años se ha producido al unísono del boom inmobiliario. Este tipo de productos, dirigidos a inversores institucionales, han basado su éxito en las altas calificaciones obtenidas por las agencias internacionales de riesgo, ya que en su mayoría cuentan con un rating triple A, el máximo que se otorga. Las cédulas hipotecarias consisten en un bono a largo plazo (la emisión de Santander, por ejemplo, es a cinco años) que está respaldado por el conjunto de la cartera de préstamos del emisor en cuestión. El aval de las territoriales, por su parte, son los créditos concedidos a organismos públicos. Estas garantías han hecho que el mercado de cédulas en España adquiera una envergadura descomunal: en estos momentos el saldo en circulación de estos títulos es de 270.000 millones de euros.La titulización mueve 194.668 millones de euros, un 26,68% del total del volumen en renta fija. Estas emisiones también han tienen una calificación triple A por parte de las agencias, al menos en su primer tramo. En éste, las entidades españolas seleccionan aquellos créditos hipotecarios de mayor calidad, como aquellos que hayan sido concedidos sobre un máximo del 80% del valor de tasación de la vivienda. En el resto de las series se incluyen otros préstamos con menos garantías de cobro, pero estos bonos, emitidos con una mayor rentabilidad, se los quedan bancos y cajas en sus balances y no salen al mercado.Los expertos defienden además que, para que se constituya un fondo de titulización, las entidades deben cumplir con el trámite de registrar un folleto en la CNMV.
Operaciones aplazadas a la vuelta del verano
El pinchazo del mercado hipotecario en Estados Unidos y su posterior impacto en los sistemas financieros obligó a muchas entidades a aplazar sus programas de emisiones de deuda a la vuelta del verano. Banco Popular canceló una emisión de cédulas hipotecarias por 2.000 millones de euros, prevista para el pasado mes de septiembre, al comprobar que los precios se habían encarecido.También Ahorro y Titulización (AyT) se vio obligada a aparcar su proyecto de entrar en el mercado estadounidense con el lanzamiento de bonos por 2.000 millones de dólares (1.385 millones de euros). En esta emisión participaban más de una quincena de cajas de ahorros.El diseño de tres fondos de titulización de créditos a promotores por AyT, liderado por cinco cajas, ha sido otro de los objetivos truncados en los últimos meses.Estas emisiones, por un importe de más de 1.000 millones de euros, hubieran encontrado un firme rechazo por parte de los inversores, ya que se ha extendido el temor de que el cambio de ciclo inmobiliario en España puede ser mucho más brusco de lo previsto en un principio.Las cajas son, precisamente, las entidades que han asumido un mayor riesgo en este segmento. De hecho, los préstamos a promotores inmobiliarios suponían a finales de junio de media el 20% del total del volumen de la inversión crediticia de este sector.Bonos del SantanderLa entidad ha sido una de las pocas que ha desafiado al mercado. Además de la emisión de cédulas, ha colocado 5.000 millones de euros en bonos convertibles, al 7,5%. Ambas operaciones están destinadas a financiar la compra de parte de ABN Amro.