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Tribuna
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Sector petrolero y reequilibrio del crecimiento

La Agencia Internacional de la Energía ha publicado recientemente un informe alarmista sobre la oferta de petróleo, cuya carencia tendría graves consecuencias dentro de un par de años. Entonces ya se habrán absorbido las capacidades no utilizadas de la OPEP, muchos países ya habrán superado ampliamente su máximo de producción, los grandes proyectos en curso empezarán a explotarse demasiado tarde y el crecimiento de la producción fuera de la OPEP no superará la mitad del ritmo de incremento de la demanda.

Dado que la demanda seguirá aumentando, a pesar de los esfuerzos realizados en el ámbito de las energías alternativas (que desaniman a algunos productores en su voluntad de invertir), la única forma de evitar una subida espectacular del precio del petróleo entre 2009 y 2012 sería una ralentización económica mundial que hiciera que la demanda de energía no fuera tan elevada como se prevé actualmente: la alternativa del diablo.

En esta situación, lo que más impresiona es que muchos inversores todavía parecen sorprenderse por este riesgo de escasez. Y es que aún no se ha integrado el incremento de la actividad económica de los países emergentes.

Ya queda lejos la época en la que los países emergentes de entonces (Estados Unidos) encontraban en su suelo todas las materias primas necesarias para su propio desarrollo y también para el de sus socios comerciales. En cambio, China es actualmente el principal importador mundial de muchas materias primas, pero los países exportadores de dichas materias primas experimentan un desarrollo económico que reduce la parte exportable de las mismas. La inclusión de Estados Unidos en el sistema capitalista a principios del siglo XX no resultó inflacionista para las materias primas. Sin embargo, la inclusión de Asia todavía generará inflación durante algún tiempo.

Además de la continua subida esperada del precio de los bienes, el interés bursátil por las materias primas en general, y por la energía en particular, es variado. En primer lugar, el sector petrolero presenta unas valoraciones atractivas (PER de entre 10 y 12 veces) ya que se considera que el ciclo económico mundial está lejos de su máximo. Además, permite una excelente cobertura contra buena parte de los riesgos políticos graves.

Por último, en un momento en el que la liquidez mundial parece escasear dado un crecimiento de los países emergentes más orientado hacia el desarrollo de su propio consumo, el sector petrolero se convierte en uno de los principales beneficiarios de ese reajuste de los países emergentes al tiempo que está protegido, por su generación de flujo de caja, contra los riesgos asociados a un crédito menos abundante.

En nuestra opinión, el incremento de la volatilidad aportado a una cartera por una representación importante de materias primas puede seguir estando muy bien remunerado por un aumento de la rentabilidad.

La fase actual de reequilibrio del crecimiento mundial, con sus tipos de interés más elevados, debería dar una ventaja muy clara a todos los sectores que se benefician de dicho crecimiento, en detrimento de los considerados defensivos, que son sensibles a los tipos de interés.

Frédéric Leroux. Economista jefe y gestor de Carmignac Gestion

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