Cuando la empresa se convierte en el mejor asesor fiscal
No se trata de pagar más, se trata de pagar mejor', explicó ayer el socio del bufete de abogados Garrigues, Jaime Sol, a una nutrida representación de empresarios en Madrid. Bajo el nombre, La compensación total, el bufete y Accor organizaron una jornada sobre la importancia de los sistemas de retribución flexible o a la carta para mejorar la imagen de la compañía y atraer y retener a los empleados.
El sistema consiste en que el empleado elige la composición de su salario. Por ejemplo, la empresa puede ofrecerle retribuciones en especie (tickets de restaurante, seguro médico, guarderías) que están exentas fiscalmente. Así, el empleado recibe parte del salario en forma de estos servicios, lo que evita la factura de Hacienda y permite aumentar la retribución neta disponible. En el caso de un trabajador con un salario bruto de 50.000 euros, la diferencia puede ser de 3.900 euros (ver cuadro).
Otra de las ventajas de la retribución a la carta consiste en que cuando todos los empleados de una empresa adquieren determinados bienes pueden lograr mejoras en el precio de éstos. La empresa, por su parte, da, sin pagar de más, un mejor trato a sus empleados. En tiempos de bajo paro es una pieza importante para evitar la fuga de talentos. Para ilustrar cómo la oferta cada vez es más exigente, Sol explicó que los que acuden a una entrevista de trabajo preguntan por el sueldo y las vacaciones. 'Hace 10 años, esto era impensable', aseguró.
La forma más común de retribución flexible es mediante vales. Los más conocidos son los de comida. Un 30% de las empresas cotizadas cuenta con sistemas de retribución flexible, aunque casi la mitad de ellas prevé su implantación a corto o medio plazo, según el estudio presentado por Garrigues y Accor Services. Aun así, su práctica en las pymes es más deficiente pese a que, según Sol, deberían ser las más interesadas en ofrecer un salario a la carta. 'Las pymes suelen tener mayores dificultades para competir en salarios, por lo que todavía es más importante que ofrezcan beneficios sociales para atraer y retener al personal'. Sin embargo, los vales de restaurante, pese a ser los más conocidos, no son la única fuente para beneficiar a los empleados.
Las empresas cotizadas, con el fin de hacer converger los intereses de los accionistas con los de los empleados, suelen pagar una parte del salario con acciones de la compañía. Ello permite a los empleados una exención de hasta 12.000 euros anuales, siempre y cuando mantengan las acciones durante al menos tres años y la participación no supere el 5%. Otra solución para incentivar que el empleado interiorice la estrategia de la empresa es pagarle un extra por objetivos. Al igual que un jugador de fútbol cobra más si gana un campeonato, los trabajadores obtienen un dinero extra si logran los objetivos marcados por la dirección. Es una forma de premiar a los buenos empleados, ser más equitativos y evitar el café para todos.
Si bien esta práctica es habitual entre los altos directivos, cada vez hay más empresas, como Carrefour, que lo utilizan para sus empleados de base. Jaime Sol recomendó fervientemente dar pluses a los trabajadores y desaconsejó subir el salario fijo cuando la compañía obtenga buenos resultados porque, aparte de premiar tanto a los buenos como a los mediocres, el riesgo de no poder pagar aumenta cuando llegan épocas de vacas flacas.
Urge flexibilizar los procesos de despido
Los empresarios españoles creen que urge flexibilizar los procesos de despido e indemnizaciones. Así lo han manifestado el 67,5% de los encuestados para el informe de gestión empresarial en 2007, elaborado por el IESE y en el que han participado más de 200 empresas españolas. Los directivos también consideran oportuno fomentar el trabajo a tiempo parcial, así como la búsqueda de soluciones equilibradas alternativas al contrato indefinido. Por otra parte, la necesidad de establecer políticas de inmigración adecuadas es una opción que ha señalado casi la mitas de los altos directivos como prioritaria para 2007.Con el objetivo de evitar las deslocalizaciones, la alta dirección aconseja al Gobierno promover la inversión en capital humano, en educación y en formación profesional, así como la inversión pública en infraestructuras y el establecimiento de mejoras organizativas y de gestión que produzcan un aumento en la productividad.