En concreto, el euro ha caído un 0,3% en la sesión a 1,3315 dólares, el menor nivel desde marzo.
El dólar ha subido al calor de las alzas en los rendimientos de los bonos de Estados Unidos durante la semana pasada, y animado por la mejora de la rentabilidad de la deuda estadounidense, que indica un aumento de las perspectivas de subidas de tipos a largo plazo. Con el rendimiento del título a 10 años rompiendo la barrera técnica del 5,25%, los operadores empujaron el euro a la baja.
Las expectativas sobre el crecimiento económico en Estados Unidos siguen siendo muy buenas, y los inversores esperan que a lo largo de la semana se publiquen indicadores económicos que sustenten esta tesis. Estas previsiones alejaron las expectativas de un descenso de tipos en Estados Unidos, lo que acabó afectando a los precios de la deuda, que sufrieron un retroceso.
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Lo mismo ocurría en el mercado de Tokio, donde el dólar conservó su valor, e incluso lo incrementó, debido fundamentalmente a que la falta de incentivos inversores hace que los operadores se sientan atraídos por el diferencial de los tipos de interés entre Japón y EEUU, que favorece la compra de dólares y el debilitamiento del yen.