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Estudio

Los deberes de Bush frente al desequilibrio

La Caixa muestra en un estudio que el déficit corriente es insostenible.

El presidente de EE UU, George Bush, no hace más que demandar al Congreso, sin éxito, la aprobación incondicionada de un presupuesto suplementario para las guerras en Afganistán e Irak. Esta última contienda no hace más que rebajar la popularidad de un presidente que tiene en sus manos además otros deberes igual de urgentes y difíciles de cuadrar especialmente ahora que no goza del favor ni del Congreso ni de sus votantes. Uno de ellos es la rebaja del masivo déficit por cuenta corriente del país. El mayor del mundo y una de las causas clave de los desequilibrios de la economía mundial.

EE UU registró en 2006 un déficit corriente de 850.000 millones de dólares. La cifra equivalente al 6,5% de su PIB. Es el mayor déficit en 50 años según un informe de La Caixa, elaborado por el economista Enric Fernández, que también destaca que este desfase es 'insostenible'. En ello coincide con el ex economista jefe del FMI, Kenneth Rogoff y el de la Universidad de Berkeley Maurice Obstfeld además de Paul Krugman y Olivier Blanchard. Según Fernández, la globalización mundial no garantiza que la financiación de este déficit pueda mantenerse para siempre.

De acuerdo con este informe, aunque la globalización ha contribuido a elevar el volumen del déficit sostenible, 'el actual está por encima de éste y deberá reducirse'. El objetivo es dejarlo en el 2,5% del PIB en los próximos cinco o siete años. Las recientes proyecciones del FMI en este sentido indican que habrá una reducción pero a no ser que sea muy acelerada en los últimos años es posible que no se acerque al objetivo ya que para 2007 se espera un déficit del 6,1%.

El desfase en la cuenta exterior 'debería reducirse al 2,5% del PIB'

La mayor parte del deterioro de las cifras tiene su base en el aumento del déficit comercial que gracias a la debilidad del dólar y la fortaleza de las economías de los socios comerciales de EE UU se reduce, lentamente, este año desde cotas récord alcanzadas el año pasado. No obstante, los economistas dicen que el empeoramiento del déficit ha coincidido con la caída del ahorro. Entre 1997 y 2006, la tasa de ahorro cayó en 4,5 puntos del PIB (del 18% al 13,5%) mientras el déficit por cuenta corriente aumentó en cinco puntos del PIB.

Para financiar el déficit, EE UU se ha convertido en el mayor importador de capital del mundo, el 63,7% del total que llega de los ahorros o superávits de otras potencias. Explican en La Caixa que el hecho de que la evolución de la deuda neta en los últimos años se haya incrementado sólo en cinco puntos del PIB entre 2000 y 2005, es engañoso puesto que ello refleja una fuerte revaluación de los activos de EE UU por la depreciación del dólar. La entidad asegura que aunque el país continúe creciendo a un ritmo al 3% en términos reales y tenga que pagar un tipo de interés muy bajo sobre su deuda neta ésta alcanzaría un nivel del 150% del PIB en el largo plazo.

Bush se ha comprometido a reducir los déficit gemelos de su país aunque los economistas creen que será difícil cumplir su promesa porque los ajustes pueden ser dolorosos, máxime cuando los gastos se van a disparar con los compromisos adquiridos con los baby boomers que empiezan a engrosar la filas de los pensionistas. Parte de los ajustes ya han comenzado y la desaceleración del sector inmobiliario está contribuyendo al aumento del ahorro privado.

El presidente se ha comprometido con el FMI a eliminar el déficit presupuestario en 2012, rebajar las partidas de gastos y sobre todo a aumentar los incentivos al ahorro, entre otras medidas.

En el FMI son optimistas pero en Washington muchos analistas cree que las proyecciones de gastos de Bush no están apoyadas en realidades, ni en las necesidades de la guerra ni en la reforma de la ley tributaria.

Un dólar que tiene que seguir a la baja

El euro se a niveles récord frente al dólar actualmente. Y son récords que pueden seguir batiéndose porque la reducción del déficit comercial de EE UU pasa necesariamente por una depreciación real del dólar que abarate las exportaciones americanas.Los economistas Maurice Obstfeld y Kenneth Rogoff estimaban en un estudio de 2005 que una reducción del déficit comercial del 1% del PIB conlleva una depreciación efectiva del dólar del 3% si el ajuste es gradual o del doble si ocurre de manera rápida. Con ese cálculo, La Caixa deduce que un ajuste gradual de 4 puntos del PIB en el déficit comercial supondría una depreciación del dólar de cerca del 12%.Parte de este ajuste ya se ha producido en los últimos años y ahora se espera el impacto de esta depreciación en la balanza comercial, algo que toma entre uno y dos años para producirse. De acuerdo con los cálculos del economista Enric Fernández, al billete verde le queda una depreciación del 8%. No obstante no todo ello tiene que ser contra el euro que ya ha soportado la mayor parte de la caída que le corresponde.Las divisas asiáticas, mucho más intervenidas, han estado al margen de este proceso, algo que critican las propias autoridades de EE UU, porque en parte permite mantener a esta zona del mundo un extenso superávit comercial. Los economistas creen que ha llegado el momento de que las monedas de Asia aguante parte del ajuste del dólar americano.

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