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Inversión

El capital riesgo busca oportunidades

Iberia y Altadis son los últimos objetivos de unos fondos cuya capacidad financiera les permite apuntar a cualquier valor y ser uno de los motores de la Bolsa.

Nada se mueve en el mercado sin su conocimiento. Son los nuevos sabuesos de las operaciones corporativas y están detrás de los grandes movimientos de fusiones y adquisiciones y de las subidas bursátiles que los acompañan. Los fondos de capital riesgo se han convertido en actores protagonistas del nuevo mapa empresarial y no dejan pasar ninguna ocasión para exhibir su poderío comprador. El acercamiento del fondo Texas Pacific a Iberia, los coqueteos con Altadis, que confía en ofertas mejores a la de Imperial Tobacco, o las propuestas de compra por la compañía de transporte por carretera Continental, propiedad de ACS, son los ejemplos más recientes de cómo las entidades de capital riesgo sobrevuelan sobre las principales operaciones corporativas que surgen en España.

En el plano internacional, su actividad no es menos intensa y sólo la última semana ha dejado titulares como la compra de la compañía estadounidense de servicios de tarjetas y pagos First Data por parte del grupo de capital riesgo KKR por 22.300 millones de euros. La adquisición llega sólo unas semanas después de anunciar la adquisición de la eléctrica TXU, en colaboración con Texas Pacific, por otros 34.200 millones de euros. El hambre compradora del capital riesgo parece inagotable, a pesar de una Bolsa que los expertos consideran nuevamente cara y de que las subidas de tipos de interés han encarecido las condiciones de financiación. 'Existe un fenómeno de liquidez sin parangón. Todos los fondos están pasando de nivel, hacia operaciones de mayor tamaño, y dejan paso a otros nuevos fondos más pequeños', resume Juan Díaz-Laviada, presidente de la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI) y también consejero delegado del fondo Advent. En su opinión, Europa es actualmente 'un gran tablero' para los fondos de capital riesgo, donde España se ha convertido en un mercado 'creciente y maduro' que avanza posiciones respecto a sus vecinos.

Un estudio realizado por la consultora KPMG y la Asociación Europea de Capital Riesgo (EVCA por sus siglas en inglés) revela que Irlanda, Francia y Reino Unido cuentan con el entorno fiscal y legal más favorable para el desarrollo del capital riesgo y añade que Francia, Bélgica y España presentan los avances más importantes de los dos últimos años. Con este caldo de cultivo, el sector del capital riesgo español invirtió el pasado año un volumen de 2.815 millones de euros y captó recursos por 3.616,7 millones, cifras aun así inferiores a las del año precedente, en que se batieron todas las marcas gracias a grandes operaciones como la venta de Amadeus o Cortefiel. A nivel europeo, 2006 finalizó con un volumen de 90.000 millones de euros captados en el sector del capital riesgo, nuevo máximo histórico tras un crecimiento anual del 25%. En Estados Unidos, se levantaron fondos por valor de 131.000 millones de euros y ya en el primer trimestre de este año los grupos de capital riesgo han realizado adquisiciones por más de 188.000 millones de dólares (141.000 millones de euros).

Salud, distribución y servicios son los sectores más atractivos para el capital riesgo. También la energía, pese al efecto disuasorio de la regulación

Mercado maduro en España

Los tentáculos del capital riesgo se extienden hasta lugares hasta hace poco impensables. Con una arrolladora capacidad financiera, compañías como Repsol YPF, con una capitalización bursátil de más de 31.000 millones de euros, también son pasto de rumores de una posible oferta. 'Los grandes grupos internacionales están entrando en España y eso es signo de madurez. Aunque hay demasiados aspirantes para pocas operaciones', advierte Jaime Hernández-Soto, socio de la española MCH Private Equity. Fernando García, socio y responsable del área de private equity de KPMG, añade en este sentido que 'el mercado español está en una fase muy desarrollada, con presencia de una gran parte de los operadores internacionales. Existe una alta competencia y son cada vez más habituales los procesos de subasta'.

Los sectores de salud, distribución y servicios, que incluirían al turismo y las aerolíneas, son ahora los puntos calientes del capital riesgo en España, en opinión de Juan Díaz-Laviada, que también añade al sector energético, a pesar de la amarga experiencia vivida por la alemana Eon en su intento de compra de una compañía de valor estratégico como es Endesa. 'Quizá los gobiernos puedan pensar que los fondos de capital riesgo tienen un carácter más provisional y eso les guste menos, pero pueden cumplir una importante función acompañando a otros inversores en una oferta de compra', añade Díaz-Laviada.

Una encuesta realizada por la consultora KPMG entre gestores de capital riesgo a finales de 2006 revelaba que los sectores que serán más activos este año en España en materia de fusiones y adquisiciones serán el de consumo y el de energía, ambos con un porcentaje de respuestas entre los encuestados del 43%, si bien fuentes del sector reconocen también la dificultad de entrar en compañías de negocios regulados, como la electricidad. Pero, al margen de sectores empresariales, las preferencias compradoras del capital riesgo se dirigen a empresas con una estructura de balance desaprovechada. 'Un buen precio no sería el primer criterio de selección', reconoce Jaime Hernández-Soto. Así, lo importante es que exista el máximo potencial para sacar partido a la gestión.

Sin embargo, las oportunidades de compra no surgen en el más ideal de los escenarios y el precio termina por condicionar todas las aspiraciones. Altadis, ahora con el cartel de venta, cotiza con un PER estimado de 20,4 veces y a 12,9 veces su valor en libros. El PER de Iberia está en 18,3 veces y el de Gamesa, envuelta en la rumorología común a todo el sector energético, asciende a 25,9 veces, uno de los más elevados del Ibex 35.

La reciente corrección de la Bolsa había sido una oportunidad para encontrar empresas a precios más asequibles, pero la actual recuperación está evaporando esas opciones. 'Los activos siguen estando caros y cada vez resulta más difícil ganar dinero', aseguran fuentes del sector de capital riesgo. La rentabilidad media conseguida en el último año por las inversiones de private equity europeos en 2006 ascendió en 2006 al 21,3%, en línea con lo que los expertos consideran que debe ser lo aceptable para este tipo de fondos. 'El objetivo es alcanzar una rentabilidad entre cinco y seis puntos superior a la de los bonos de alto rendimiento o high yield', y que ahora rondan el 12%, explican desde MCH Private Equity. 'Las tasas de retorno suelen ser altas y no inferiores en general al 20%', añade Fernando García, de KPMG.

El jugoso negocio de las salidas a Bolsa propias y ajenas

El estreno bursátil del gigante estadounidense Blackstone promete convertirse en un destacado acontecimiento para el sector del capital riesgo, aunque sin provocar un imparable efecto contagio entre sus competidores. Los gestores del capital riesgo señalan que el sector no tiene una necesidad acuciante de financiación que le empuje a buscar recursos en el mercado bursátil y recuerdan que el hecho de cotizar en Bolsa exige unos requisitos de transparencia poco frecuentes para este tipo de compañías. 'Creo más en el fenómeno de las OPV de las compañías en las que se han realizado inversiones que en sacar a Bolsa el propio fondo de capital riesgo', señala Juan Díaz-Laviada, presidente de ASCRI, para quien el estreno bursátil de Blackstone no va a desencadenar un efecto dominó en el sector.'No sale a Bolsa por problemas de financiación sino por el interés de su fundador y consejero delegado Stephen Schwarzman de dar más valor a su participación', señalan fuentes del sector.La única compañía española de capital riesgo que cotiza es Dinamia, que acumula una revalorización del 23% en lo que va de año. De hecho, el sector está más centrado en las salidas a Bolsa de sus participadas que en un eventual estreno bursátil. El ejemplo más reciente es 3i, que acaba de abandonar esta misma semana el capital de Clínica Baviera, donde entró hace más de dos años y alcanzó una participación del 32%. La OPV de la compañía especializada en oftalmología y cirugía estética ha sido la oportunidad para hacer plusvalías, del mismo modo que ya hizo 3i con sus participaciones en Renta Corporación o en GAM. El fondo Apax también aprovechó la salida a Bolsa de Vueling para reducir su peso en el capital de la aerolínea.Llegado el tiempo, las desinversiones son por tanto el destino de buena parte de las posiciones empresariales que toman los fondos de capital riesgo, en muchas ocasiones a través de una oferta pública de venta (OPV). Durante el pasado año, las desinversiones acometidas por el sector del capital riesgo ascendieron en Europa a 21.800 millones de euros, frente a los 50.300 millones de euros correspondientes a las inversiones realizadas en 2006.

Inyección del sector asegurador

El capital riesgo ha captado la atención de las entidades financieras tradicionales no sólo como destino para la concesión de créditos millonarios. La banca española ha comenzado a lanzar productos de ahorro que vinculan su rentabilidad al acierto de las inversiones de los fondos de capital riesgo y que, en términos generales, supera al rendimiento de los mercados bursátiles. Además, el propio sector financiero empezará a contar con el capital riesgo como destino en el que invertir sus recursos. Es el caso de las compañías de seguros, a las que el Gobierno autorizó en febrero a invertir sus provisiones en capital riesgo, con lo que se daba respuesta a una reivindicación del sector que va a permitir una estructura inversora más flexible, apuntan en Unespa. En breve, se espera que la regulación esté lista para que los planes de pensiones inviertan también en capital riesgo.Fuentes del sector asegurador no esperan una avalancha inmediata de fondos hacia el capital riesgo si bien reconocen que, a medio y largo plazo, en línea con el horizonte conservador del ahorro en seguros, las aseguradoras sí pueden ser un apoyo importante para los planes del private equity.

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