Bruselas quiere crear un regulador de las 'telecos' europeas
Bruselas quiere crear una CMT europea. La CE cree que la regulación nacional del mercado de las telecomunicaciones se ha quedado totalmente obsoleta y propone una vigilancia centralizada del sector.
Los 27 reguladores nacionales del mercado de las telecomunicaciones, entre ellos la CMT española, tienen cita la próxima semana en Bruselas. Si se cumplen los deseos de la comisaria europea del sector, Viviane Reding, quizá sea una de sus últimas reuniones en el formato actual.
Reding ya les ha hecho saber su disgusto con el modelo de coordinación que utilizan los reguladores entre sí. Y les ha ofrecido como alternativa la creación de una autoridad europea de telecomunicaciones que garantice una aplicación coherente en los países de la UE de la legislación comunitaria.
La comisaria luxemburguesa se hace eco así de las quejas de las grandes operadoras de telecomunicaciones, que han expresado en Bruselas su inquietud por la diversas interpretaciones de la legislación en cada país.
Bruselas teme que esta disparidad este causando ya distorsiones en la competencia, porque para resolver los mismos problemas en un mercado se impone a las operadoras obligaciones distintas.
Los reguladores intentarán consensuar la semana que viene su respuesta a esta oferta. Pero si es negativa, la comisaria amenaza con proponer al consejo de ministros de la UE y al Parlamento europeo que confieran a la CE el derecho de veto sobre las decisiones de los reguladores.
El departamento de Reding no parece albergar muchas dudas sobre la opción que elegirán los reguladores. Y ya trabaja ya sobre la definición de la nueva estructura, que describen como 'una CMT europea', con el objetivo de que entre en funcionamiento en 2008 o 2009.
El regulador europeo, al que por ahora se llama European Communications Network Authority (ECNA), estaría dirigido por un comité ejecutivo de tres miembros y un consejo de 12 (incluidos los tres del comité), indican fuentes conocedoras del proyecto. Esa composición augura una batalla entre Estados miembros para el reparto de puestos, porque nueve de los miembros del Consejo serían los presidentes de las comisiones nacionales. Al menos 18 se quedarán fuera, aunque el mandato previsto de tres años para los elegidos facilitará la rotación.
Los miembros del comité, encargados de la gestión diaria del nuevo regulador, serían nombrados por el Parlamento europeo y los ministros de Telecomunicaciones de la UE a propuesta del Consejo de la ECNA tras consultar con la Comisión. Su mandato sería de 6 años, renovable una vez.
La Comisión quiere blindar la independencia de estos órganos de dirección de la ECNA, que con una normativa similar a la del Banco Central Europeo, no podrían recibir instrucciones desde las capitales.
La nueva autoridad tendrá potestad, según el plan de la Comisión, para emitir directrices, probablemente de obligado cumplimiento, sobre la metodología para analizar los segmentos del mercado de las telecomunicaciones y los criterios para imponer soluciones a los problemas de competencia.
La ECNA también podrá aprobar o rechazar las propuestas de regulación presentadas por las autoridades nacionales o, incluso, por la Comisión Europea. Y de oficio podrá exigir que en un determinado país se analice en un plazo determinado un segmento de mercado o se tomen medidas para corregir posibles carencias en su funcionamiento.
El nacimiento de la nueva autoridad supondrá también el abandono del sistema actual de notificación a Bruselas de las medidas adoptadas por cada autoridad nacional.
Pero también el nuevo organismo tiene, a priori, fecha de caducidad. La CE calcula que a partir de 2018, los mercados de las telecomunicaciones habrán alcanzado tal grado de madurez que no necesitarán ninguna regulación específica.
'A partir de ese momento, las normas de competencia deberán ser las únicas aplicables'. Pero la CE, por si acaso, se reserva el derecho de proponer la prolongación de la vida del ECNA.
¿Quién controla el negocio de Skype?
La evolución del sector de las telecomunicaciones ha dejado obsoleto, según la Comisión Europea, el actual sistema de vigilancia de los mercados. Las autoridades nacionales, lamenta Bruselas, se reúnen en un foro conocido como European Regulators Group (ERG) que rara vez logra consensuar alguna medida ambiciosa. 'Y cuando lo hacen, no tiene fuerza legal', se desesperan en el departamento de Viviane Reding, comisaria europea de Sociedad de la Información.Los expertos comunitarios creen que el ERG 'no tiene la eficacia ni la autoridad necesaria para ganarse la credibilidad ante la industria y la opinión pública'. El carácter nacional de la regulación ha quedado en entredicho, además, tras las sucesivas fusiones transfronterizas entre operadores y la emergencia de tecnologías como la VoIP (voz a través de Internet), popularizada por la empresa Skype. En este escenario sin fronteras, según Bruselas, 'los reguladores nacionales, ni siquiera actuando con la mejor intención, pueden ya conseguir una aplicación coherente de las normas'.El departamento de Reding cree que un organismo comunitario lograría una visión global del mercado europeo. Y asegura que no sería necesario una estructura demasiado 'pesada' porque podría recurrir a la colaboración de las actuales autoridades nacionales. æpermil;stas, sin embargo, operarían bajo su autoridad.