El milagro de la gasolina
La desaceleración de la economía es un hecho. La Casa Blanca prevé un crecimiento en el tercer trimestre del 1% o el 2%.
Pero el motor de la economía sigue moviéndose. El consumo, que supone el 70% del PIB, se ha fortalecido según han certificado las ventas al por menor de septiembre. Los ciudadanos, que, en general, no han visto subir sus salarios en los últimos años y tienen en negativo su tasa de ahorro, siguen gastando. El milagro que lo permite se llama gasolina barata.
Con la crisis de Irán en barbecho, el fin de la temporada de conducción, la ausencia de huracanes y un menor peso de los especuladores, el crudo ha bajado de precio. Y el impacto sobre el combustible es inmediato en EE UU. El precio medio de la gasolina es ahora de 2,11 dólares el galón, un 29% menos que en agosto.
Para los estadounidenses, adictos al petróleo, la rebaja es un alivio. Según la consultora Archstone, los consumidores gastaron 70 millones diarios menos en gasolina en septiembre de 2006 que en el mismo, y convulso mes (por el Katrina), de 2005. Es dinero para que las clases media y baja, las que más sufren el coste, consuman.
También debería aliviar al presidente. Los americanos siempre castigan al Gobierno si sube la gasolina. Pero el 42% cree que Bush tiene mano directa en su precio y muchos ven motivos electoralistas en la rebaja (en noviembre se renueva el Congreso). Las cosas se le han complicado tanto que su partido necesita más milagros que el del surtidor.