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Lealtad 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El relevo de los consumidores

Lo bueno, o lo malo, de la globalización económica es que en buena medida nuestro bienestar depende de lo que consuman los estadounidenses. La mayor economía del planeta tiene en el consumo de sus habitantes el 70% de su Producto Interior Bruto, y en la medida en que el crecimiento en Europa depende de las exportaciones hacia Estados Unidos, nuestra evolución económica dependerá de lo que consuman o dejen de consumir los estadounidenses.

Afortunadamente, esta situación ha empezado a cambiar, gracias a la emergencia económica de una serie de países que permiten que en el mundo haya en estos momentos no una, sino varias locomotoras de crecimiento.

Un informe de Merrill Lynch publicado ayer concluye que, de acontecer una desaceleración abrupta de la economía de Estados Unidos en 2007, es poco probable que el conjunto de la economía mundial se vea arrastrada por ella. 'La buena noticia es que existen fuertes fuentes de crecimiento fuera de Estados Unidos que deberían resistir a una desaceleración de Estados Unidos provocada por el consumo', apunta el informe.

Los estrategas de Merrill señalan a Asia, Japón e India como las regiones capaces de disminuir su correlación con Estados Unidos, aunque matizan que Taiwán, Hong Kong y Singapur se verán afectados más directamente.

Europa también notará la desaceleración americana, a juicio de los analistas. 'Pero la creciente demanda interna en los países principales debería ayudar a la región a capear el temporal mucho mejor que en anteriores desaceleraciones de Estados Unidos', añaden. Otra buena noticia es que la mitad de las exportaciones europeas a Estados Unidos son bienes de capital y no bienes de consumo, con lo que teóricamente el impacto debería ser menor. Sobre todo si, como se espera, la inversión empresarial americana repunta y evita que la esperada desaceleración acabe tornándose en recesión.

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