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Tribuna
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Cumbre y reforma del FMI

El Fondo Monetario Internacional, que celebra hoy y mañana la sesión plenaria de su asamblea en Singapur, ha aprobado una reforma histórica de su sistema de cuotas para dar más peso a países emergentes como China, México, Turquía y Corea del Sur. Los autores analizan los otros cambios que proyecta y la situación de la economía mundial

Un crecimiento mundial fuerte. De nuevo por encima de los niveles promedio históricos. Esta es la principal conclusión que ha dejado el FMI en su informe semestral. No es mala cosa cuando se analizan con atención las argumentaciones detrás de tanto optimismo. ¿Y los riesgos? Existen, siempre existen. Pero la evidencia empírica permite el optimismo. Aunque, ¿realmente el FMI es optimista hacia el futuro de la economía mundial? Seguro que en una encuesta entre analistas habría importantes discrepancias sobre el tema.

Aunque, me temo que el debate sobre los pros y contras de estas previsiones no será el principal foco de atención de la cumbre que comienza hoy. En realidad, buena parte de la discusión se centrará sobre la reforma de la propia institución. Reforma de su Gobierno, reforma sobre su papel futuro, tanto en el análisis y vigilancia individual, por áreas y de los mercados, hasta sus posibilidades de intervención para corregir los desequilibrios. Todo esto. Y no es poca cosa, considerando las posiciones que ya hemos escuchado sobre el tema.

¿A qué se dedica el FMI? Seguro que los más críticos, entre ellos muchas autoridades de países considerados emergentes, valoraran que su actuación en los últimos meses ha sido todo menos eficiente. De hecho, las críticas han llovido desde la crisis de los mercados asiáticos en 1997-1998. Para muchos, sus ajustes obligatorios para recibir asistencia financiera contribuyeron a alargar la crisis y podrían incluso ser las razones que hay tras los modelos de crecimiento actuales apoyados en la demanda externa del área. ¿Sobra liquidez en los mercados financieros globales? Sin duda es uno de los riesgos en la actualidad para la inflación mundial, también de desajustes en los mercados de activos financieros, pero que podría tener su origen en la crisis de finales de los noventa en Asia.

En el caso de España haymucho a ganar en la distribución de poderes dentro del organismo multilateral

Y también uno de los factores que explican el fuerte crecimiento del déficit por cuenta corriente de EE UU, precisamente uno de los riesgos a medio plazo más importantes para el crecimiento mundial. Sí, sus críticos desde estos países han sido ciertamente tenaces los últimos años. Y con fundamento, en algunos casos específicos. Pero también se han producido críticas desde algunos Gobiernos de países desarrollados, al echar en falta una mayor vinculación del FMI precisamente en la solución de estos riesgos o desequilibrios a nivel mundial.

En concreto, se le ha pedido una mayor presión para solucionar algo siempre tan complejo como los desajustes en la valoración de activos en los mercados financieros internacionales. ¿Saben de qué hablo? Es evidente, cuando se buscan medios para presionar a China de forma que permita una mayor flexibilidad del tipo de cambio. Hasta el momento la respuesta del Gobierno chino no ha cambiado: un ajuste gradual, que permita mantener un fuerte crecimiento de su economía y suficiente liquidez para amortiguar riesgos internos (especialmente en el sector financiero). Pero también un tipo de cambio sobrevalorado que aumenta el riesgo proteccionista, especialmente en los países desarrollados que ven como buena parte del crecimiento de su demanda domestica es absorbido por la producción china. Y a través de China, por el resto de Asia. Quizá el FMI pueda actuar de árbitro para lograr un consenso que evite problemas a futuro.

Las propuestas del FMI son:

l Fuerte vigilancia, identificando y promoviendo respuestas efectivas a las amenazas a la estabilidad económica, incluyendo la cobertura de los potenciales desequilibrios en los mercados de divisas. También un nuevo proceso de consulta multilateral, con acciones que dirijan las vulnerabilidades que afecten a los socios individuales y al sistema financiero global

l Mejorar la cobertura financiera en los países emergentes. En concreto, asistencia a países con potenciales vulnerabilidades, pero con políticas macro ortodoxas, deuda sostenible y transparencia en sus informaciones

l Asistencia, también técnica, a países con rentas bajas. Se trata también de colaborar con otros organismos internacionales en la ayuda a estos países de forma que sea más eficiente

l Ajustar las cuotas y representación de los países a la realidad actual, en términos de peso económico y papel en la economía global en el gobierno del FMI (ayer se aprobó aumentar el poder de voto de China, México, Turquía y Corea del Sur).

Sí, las autoridades del FMI van a tener que tratar asuntos fundamentales sobre su futuro en la cumbre de dos días que comienza mañana. Conociendo como funcionan estos temas, probablemente ya se están alcanzando consensos de forma que mañana comenzarán a escenificarse los cambios. Esto, naturalmente, incluye las nuevas cuotas de poder reconociendo el diferente peso económico actual. Un nuevo modelo de funcionamiento, con mayor peso de los países emergentes al actual. Y de redistribución de poderes dentro de los desarrollados, cuando en el caso de España hay mucho a ganar.

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