El presidente de Peugeot anuncia su salida del grupo
El presidente del grupo automovilístico francés PSA Peugeot-Citroën, Jean-Martin Folz, dejará en los próximos meses la presidencia de la compañía, que elegirá a su sustituto antes de que termine este año.
Folz comunicó el viernes al presidente del consejo de supervisión de PSA, Thierry Peugeot, su decisión de acogerse al derecho de retirarse a los 60 años, edad que alcanzará el próximo mes de enero.
Thierry Peugeot ha encargado al Comité de Retribuciones y Nombramientos que inicie el proceso de selección para elegir al futuro presidente. La compañía añadió que la designación será sometida a la aprobación del consejo de supervisión antes de que termine este año, con el fin de que pueda ocupar su cargo en el primer trimestre de 2007.
Jean-Martin Folz ocupa la presidencia de la multinacional gala desde el 1 de octubre de 1997. Durante su mandato, la estrategia de PSA se ha centrado en la expansión internacional, siempre bajo el lema 'un grupo, dos marcas', así como en acuerdos de colaboración puntuales con otros fabricantes como Ford, Fiat o Mitsubishi. Nacido el 11 de enero de 1947 en Estrasburgo e Ingeniero de Minas, Folz ingresó en el grupo PSA en julio de 1995, y en abril de 1996 pasó a ocupar el puesto de director de la División de Automoción.
Previamente había ocupado cargos de máxima responsabilidad en Eridania Béghin-Say, así como la dirección general de Péchiney, la presidencia y la dirección general de Jeamont-Schneider, y la dirección general adjunta de Rhône-Poulenc.
Inició su carrera en la Casa Franco-Japonesa, en Tokio, y antes de su paso a la empresa privada estuvo vinculado a la administración gala, primero en el Ministerio de Medio Ambiente y posteriormente en el Ministerio de Industria, donde ocupó el puesto de director de gabinete del Secretario de Estado.
Buena acogida en el mercado bursátil
Los títulos de Peugeot Citroën registraron el viernes una subida del 1,9% en la Bolsa de París tras conocerse las noticia. Algunos analistas interpretaron que la renuncia realmente era una forma elegante, por parte de la familia Peugeot, de dar paso a una nueva etapa en la que se va a llevar a cabo una vuelta de tuerca al plan de reestructuración que acaba de culminar la compañía, y que ha dado buenos resultados. 'Los inversores interpretan que se trata de sangre nueva en la cúpula directiva que llevará a conseguir beneficios en una año', señalaba el viernes un analista.