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Finanzas

Los gigantes de la distribución desafían a la banca en Iberoamérica

A las franquicias de BBVA y Santander en América Latina les llueven los competidores. Wal-Mart, el gigante mundial de la distribución, junto a otros tres mayoristas mexicanos, obtendrán licencia bancaria antes de que termine el año. Carrefour y C&A ya la han conseguido en Brasil.

Una sombra se cierne sobre la hegemonía de Santander y BBVA en Latinoamérica. La amenaza: un puñado de cadenas de distribución, regionales y multinacionales, que se aprestan a plantar cara a los grandes bancos españoles en su propio terreno, los productos financieros. México, una de las plazas que van a asaltar, es además una de la más valiosa para ambas entidades.

Las señales de alarma se encendieron cuando, en plena canícula, Wal-Mart reconocía haber solicitado al Banco de México la ficha bancaria. El coloso estadounidense de la distribución, con 825 establecimientos en el país latinoamericano, prevé ofrecer préstamos personales, tarjetas y créditos al consumo. 'Queremos dar una solución de compra integral para nuestros clientes', aseguran en la entidad.

La entrada de Wal-Mart, segunda empresa mundial por ingresos, en el negocio bancario es una de las peores pesadillas para los banqueros americanos. En Estados Unidos, la poderosa patronal bancaria y asociaciones de consumidores han logrado frenar todos los intentos de conseguir licencia bancaria por parte de Wal-Mart. El último tuvo lugar en 2005 en el estado de Utah.

Carrefour y C&A ya pueden ofrecer productos bancarios en Brasil

La frontera de río Grande

Al sur del río Grande las cosas van a ser distintas. Las autoridades financieras mexicanas ya han avanzado que no ven ningún inconveniente en conceder la ficha bancaria a Wal-Mart. De hecho, la cadena local Elektra ya obtuvo en 2003 la licencia bancaria y ofrece créditos al consumo y tarjetas bajo la denominación de Banco Azteca en los más de 1.000 puntos de venta del grupo.

Otros dos grandes almacenes locales también quieren tener su propio banco y se espera que obtengan la autorización en breve. Los distribuidores Autofin y Copel, que cuentan con 200 y 500 puntos de venta, respectivamente, tienen previsto ofrecer productos financieros en los próximos meses.

Lo que representa un quebradero de cabeza para los responsables de Santander y BBVA en México es considerado por algunos expertos como un soplo de aire fresco para la industria bancaria azteca. 'Algunos bancos temen perder cuota de mercado y que caigan sus ingresos por comisiones, pero el aumento de competencia reforzará al sector y beneficiará a los usuarios', explica el economista mexicano Alejandro Villagómez.

México no es el único mercado en el que las entidades financieras tendrán que bregar con las grandes superficies. Los gigantes de la distribución como Wal-Mart, el grupo francés Carrefour o el belga-holandés C&A, cuentan con numerosas franquicias en las grandes economías de Latinoamérica y, en alguno de estos países, ya comercializan productos financieros.

En Brasil, donde el Santander el Santander Banespa es el cuarta entidad financiera privada, Carrefour ya ha conseguido la autorización para crear su propio banco, aunque aún no la ha utilizado. Los almacenes de ropa y complementos C&A también han obtenido la licencia bancaria en este país y han creado el banco IBI, que ofrece todo tipo de productos financieros.

Créditos disfrazados, a ritmo de samba

Por ley, sólo los bancos pueden ofrecer servicios financieros en Brasil. A la espera de conseguir una licencia bancaria, las cadenas de distribución han cerrado acuerdos con entidades financieras para poder ofrecer créditos y tarjetas a sus clientes. Wal-Mart, por ejemplo, tiene un acuerdo con Unibanco, y Pao de Açucar (la mayor red de supermercados de Brasil) mantiene un pacto similar con el Banco Itaú. Ambas entidades han creado una financiera, de la que controlan un 50% cada uno.'Los supermercados encuentran caminos para disfrazar actividades financieras de comerciales, como ofrecer la posibilidad de pagar a plazos sus productos', dice Boaenerges Ramos Freire, consultor de servicios financieros minoristas. Muchas grandes superficies ofrecen pequeños créditos para comprar productos y cobran cuotas abusivas: hasta un 20% mensual por aplazar el pago de un pequeño electrodoméstico. La mayoría de los supermercados tienen acuerdos con los bancos que les permiten ofrecer tanto tarjetas bancarias, como contratar seguros o pagar el recibo de la electricidad o el del agua en la misma caja registradora del supermercado.Wal-Mart ha tenido que pedir autorización al Banco de Brasil para poder realizar este cobro de facturas. También es frecuente que las entidades financieras cuenten con una sucursal en el propio supermercado donde se ofrecen servicios de todo tipo, como abrir cuentas corrientes, pedir préstamos. 'Hay una tendencia muy fuerte en Brasil de desarrollar acuerdos entre hipermercados y bancos que ya se está extendiendo a otros comercios menores. Es una actividad cada vez más convergente', afirma Ramos.

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