Los británicos se niegan a dejar de contar en libras
En 2010 los tenderos que no pesen en kilos serán multados
A partir de 2010, el precio de una libra de patatas en el Reino Unido podría dispararse hasta 7.250 euros. Este es el importe máximo (5.000 libras) de la multa que la Unión Europea puede imponer a cualquier verdulero británico que se atreva a vender su mercancía en libras y onzas, el llamado 'sistema imperial'. Bruselas aplicará la misma sanción a cualquier tendero que siga utilizando las medidas de pies y pulgadas, calificado por una directiva de la Comisión como 'delito criminal'.
La normativa, que está en vigor desde hace unos años, ya obliga a que cualquier producto envasado de venta al público lleve su peso y medidas expresado en kilos y metros. Pero todavía está permitido utilizar un 'indicador supletorio' en medidas imperiales.
Tesco, la mayor cadena de supermercados de Gran Bretaña, ha vuelto a marcar el peso de sus productos en libras además de en kilos, tras realizar un sondeo entre sus clientes que demuestra que más del 80% del público prefiere el sistema tradicional británico frente al sistema métrico decimal que se utiliza en el continente y prácticamente en el resto del mundo.
La British Weights and Measures Association (Sociedad de Pesos y Medidas Británicos) ha lanzando una ofensiva publicitaria en defensa del sistema imperial.
La asociación envió una carta de protesta a la prensa apoyada por algunos de los personajes más conocidos y diversos del país. Entre ellos figuran la creadora de Harry Potter, J. K. Rowling, Sir Ranulph Fiennes, 'el explorador más famoso del mundo' según el Libro Guinness, el cantante Jools Holland, el astrónomo de la casa real Sir Patrick Moore, la pintora Beryl Cook y el veterano periodista Sandy Gall, conocido por sus aventuras en Afganistán.
La asociación se creó hace cuatro años a raíz del caso del 'mártir métrico', un frutero llamado Steven Thoburn, el primer británico condenado por un tribunal por haberse negado a utilizar el sistema métrico. Los inspectores del Estado ordenaron la incautación de sus básculas por una infracción la Ley de Pesos y Medidas de 1985, que simboliza el primer paso jurídico del Reino Unido hacia la adopción del sistema métrico frente al tradicional sistema imperial.
Thoburn fue procesado por insistir en utilizar básculas que marcan sólo en libras y onzas. Muchos comerciantes han instalado una báscula con un doble sistema de medidas, a la que el Gobierno ha hecho la vista gorda.
Michael Shrimpton destacado especialista en derecho constitucional y abogado de Thoburn durante el caso, mantuvo la tesis de que la ley del Parlamento tiene preferencia sobre cualquier directiva comunitaria. 'Creemos en el predominio de nuestra legislación y que las directivas no pueden obrar en contra de la voluntad del pueblo británico', afirmó Shrimpton durante el juicio. El magistrado no lo vio así.
El dato
Nueve de cada diez británicos sigue pensando en libras y onzas, igual que en pies y pulgadas. Tesco, la cadena de supermercados, lo ha reconocido cuando volvió a imprimir los envases con el peso en libras, además de en kilos.
Oponerse a las directivas comunitarias
Hace poco se ha vuelto a abrir el debate jurídico respecto a la preeminencia de la legislación comunitaria frente a la británica. Un tribunal emitió un dictamen según el cual 'el Parlamento británico, siendo soberano, no puede renunciar a su soberanía. Por lo tanto, no existen circunstancias en las que la legislación europea pueda prevalecer sobre la del país'.Según los últimos sondeos, más del 90% de la población desea conservar sus onzas y pulgadas frente a los kilos. Aprovechando este sentir popular la asociación pro sistema imperial piensa llevar el debate a las próximas elecciones generales.