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Cursos de liderazgo

Los directivos quieren aprender a ser buenos jefes

Las empresas apuestan por una ejecutiva capaz de liderar grupos de trabajo

Maite Cisneros sabe que la dirección de Domecq Bodegas, empresa para la que trabaja desde hace dos años como asistente a control financiero, le va a promocionar; que pasará a ocupar un puesto dentro de la firma de mayor categoría y responsabilidad. Con un equipo de personas a su cargo que le van a exigir una buena preparación como directiva. El puesto no le asusta, pese a que se trata de Domecq, el mayor elaborador y exportador de vinos de calidad en España. Su paso por varias multinacionales le ha valido para adquirir unas dotes y una experiencia que ahora más que nunca va a necesitar. Y este ascenso no deja de ser un reconocimiento a su profesionalidad y a su valía, como persona y como jefa.

No obstante, sus superiores han creído oportuno que participe en un curso de técnicas de liderazgo. El objetivo es formar un buen líder, un jefe que sepa mandar, que sepa hacer equipo, con objetivos en la empresa a largo plazo, que asuma los valores y que afronte nuevos retos. 'Sé que lo voy a necesitar. No sólo es interesante porque se conoce gente, sino que se aprenden estrategias de trabajo, de dirección de grupos y de saber cómo afrontar nuevas situaciones', dice la financiera.

Comportamientos

Es la finalidad del curso organizado por la consultora Instituto de Liderazgo. Se trata de dotar a cada participante de un plan de desarrollo concreto, realista y específico adaptado a su situación. 'Las herramientas que utilizamos ofrecen al participante información significativa sobre su forma de actuar en el trabajo y el impacto que tiene sobre las personas con las que trabaja. Además, se les muestran las vías para modificar los comportamientos que menos les convienen y obtener más provecho de los que son más positivos y mejor valorados', explica el consultor del Instituto Liderazgo, Pedro Gioya.

Pero a diferencia de otros cursos que hay en el mercado, éste hace una evaluación completa de la persona. Para Gioya, se trata de hacer una fotografía en la que se analizan, en primer lugar, los cuestionarios realizados por el alumno, con los resultados de personalidad y la imagen que él tiene de sí mismo; después se completa con las experiencias de los participantes y la de su equipo y de trabajadores y de sus jefes. 'Destaca el feedback que se obtiene desde el punto de vista de los consultores y de los compañeros de curso, también altos responsables que aportan su visión y experiencia en un entorno seguro, alejado de intereses personales o corporativos'.

Las grandes empresas quieren a los mejores. Los trabajadores más preparados y los líderes mejor formados para asumir nuevos retos, hacer equipos y ser embajadores de los valores de la empresa. Los datos hablan de que un 62% de las empresas creadas fracasan antes de cumplir los diez años. Sólo el 10% maduran, tienen éxito y crecen.

Por ello, desde hace unos años, todas las grandes compañías cuentan en sus presupuestos con un apartado de gastos destinados a este tipo de formación. Para Gioya, 'las empresas precisan estos líderes, pero está la otra cara, la de los trabajadores que también necesitan jefes que puedan inspirarles y ayudarles a desarrollar las capacidades que necesitan para su puesto'.

Steven Davis es un ejemplo práctico de ello. Es director de programas empresariales en el Consejo de Intercambios Educativos en el extranjero (CIEE), una multinacional especializada en el intercambio de estudiantes de idiomas e implantada en 30 países. Ha sido uno de los alumnos del Instituto de Liderazgo. 'Fue una experiencia excelente que me ha servido para desarrollar mejor mi trabajo. Te conciencia de la importancia que tiene conocerse a sí mismo y conocer las relaciones humanas dentro de la empresa, necesarias para conseguir mejores resultados', explica.

Hasta ahora, un jefe establecía una fórmula que asegurara el éxito de la compañía y la implementaba a través de políticas bien armonizadas para el desarrollo, fabricación, comercialización y financiación de los productos. Pero el desafío ahora es doble. Los especialistas en liderazgo aseguran que no sólo deben dirigir la compañía de la forma más eficiente posible, sino que deben modificarla y desarrollar una visión de nuevas oportunidades.

'En definitiva -dice Pedro Gioya- se trata de hacer mejores jefes'.

ESTRATEGIA Tres herramientas obligadas

Myer Briggs. Con un periodo de gestación de más de 50 años, es considerada una de las herramientas más válidas y fiables en los procesos de liderazgo y estrategias de dirección. Proporciona a los participantes en este proceso información sobre las preferencias a la hora de obtener información y tomar decisiones. Se utiliza para ayudar a detectar problemas de comunicación y ayudar a superarlos.Firo B. Más personal, mide las necesidades en las relaciones profesionales interpersonales y proporciona resultados acerca de las necesidades que pueden tener los responsables de grupos en factores como inclusión, control y afecto, y cómo estas son expresadas. Como líderes de trabajo, esta información obtenida ayuda a construir equipos y a entender el conflicto que existe entre ellos.Kai. Programa que mide la capacidad de los responsables de grupos de analizar una situación, introducir cambios en la empresa y gestionar esta transformación. Además, se valora si cuentan con el apoyo de los demás. La información obtenida ayuda a las personas a diagnosticar mejor la naturaleza de una situación y el tipo de cambio que va a generar para acometerlo de una manera positiva.

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