Robainas, cigarros con nombre propio
Habanos rinde homenaje a un veguero mítico en Cuba
Es uno de los embajadores de los habanos en el mundo. Y por supuesto, es profeta en su tierra. Alejandro Robaina se ha pasado toda su vida, 87 años, entre plantas de tabaco. Es un veguero que viene de antiguo, pues su familia, procedente de Canarias, tiene tierras de cultivo desde 1845.
Cuando llegó la revolución de Castro a Cuba, hubo productores que continuaron con sus vegas. En otros casos, el Estado arrienda parcelas a nuevos vegueros. En su caso, Robaina continúo explotando la finca El Pinar, en el municipio cubano de San Luis, en la región productora de Vuelta Abajo, al oeste de la isla. Eso sí, en todos los casos la producción de tabaco se vende al Estado, que se encarga de producir los afamados cigarros que luego comercializa Altadis.
En 1997, el Gobierno cubano quiso rendir el mejor homenaje que se le puede hacer a un veguero: dedicarle una marca de habanos. Así nacieron los Vegas Robaina. Incluso fueron más lejos, y uno de los tabacos (en Cuba no se les llama ni puros ni cigarros) lleva su nombre. Es el Don Alejandro, un prominente (cepo 49). A él se suman los æscaron;nicos, un pirámide (cepo 52 Figurado), los Famosos, un hermoso Número 4 (cepo 48), los Clásicos, un cervantes (cepo 42), y los Familiares, un corona (cepo 42).
'Me causó una gran satisfacción cuando decidieron lanzar la marca con mi nombre', declara orgulloso Alejandro Robaina. En los años ochenta en Cuba se produjo una gran enfermedad que afectó a casi todas las plantaciones. La suya, de 16 hectáreas, quedó a salvo y eso disparó el prestigio de la familia. 'Nos crecimos en esos momentos', señala.
Se fabrican de tres a cuatro millones de Robainas al año, todos con hojas procedentes de su plantación o de otras que pertenecieron a la familia. 'Estoy contento con la calidad con la que se fabrican los Robainas', dice. Lo sabe bien, pues Don Alejandro -como le conoce en Cuba- se fuma dos o tres diarios. 'Antes fumaba más, pero ahora soy medio viejo', comenta socarrón. Uno fino tras el desayuno, otro más grueso con la comida y el mayor por la noche.
'Los españoles son los mejores fumadores de habanos', comenta. Estos días ha estado dando charlas en España y ofreciendo consejos para disfrutar al máximo de un tabaco. 'No se debe fumar al aire libre y si se hace hay que rotarlo para que queme por igual'. Eso sí, jamas se ha tragado el humo.
Dos nietos aseguran la sucesión en la explotación Robaina
Alejandro Robaina, veguero en Cuba, se siente feliz de que dos nietos continúen con la tradición familiar y mantengan la plantación de tabaco que posee al oeste del país. Hirochi Robaina le acompaña estos días en su periplo por Holanda, Francia y España. También querían llevar al veterano cultivador a Rusia, pero el viaje empezaba a pesarle.Hirochi, de 30 años, sabe de cigarros casi tanto como su abuelo. Los fuma con pasión y los cultiva con conocimiento. Y para que supiese la otra parte, su abuelo quiso que trabajara de torcedor fabricando cigarros. Estuvo dos años en Partagas y en H Upmann. Un primo suyo, de 16 años, se sumará pronto a la vega de la familia.