El mercado que no sabía inglés
Anda el patio algo revuelto entre esos expertos que antes se llamaban greenspanólogos y que ahora los medios de comunicación estadounidenses agrupan bajo el apelativo Fed watchers, que se podría traducir como vigilantes de la Fed. El presidente de la autoridad monetaria dijo la semana pasada en el Congreso que las alzas de tipos de interés podrían frenarse aun cuando el equilibrio de riesgos estuviese perfilado hacia la inflación.
El mercado interpretó las palabras como una señal de que los tipos de interés dejarían de subir, con el esperable efecto sobre los precios de las acciones, de los bonos y los tipos de cambio de las divisas.
Pero anteayer la cadena de televisión CNBC, a través de su reportera Maria Bartiromo, informó que el presidente de la Reserva Federal consideraba que el mercado no interpretaba bien sus palabras si opinaba que iba a dejar de subir los tipos de interés. Según la periodista, Bernanke comentó que el comité de mercado abierto simplemente estaba tratando de introducir algo de flexibilidad en sus decisiones sorbe tipos. Pero en cuanto saltó la noticia los mercados volvieron a verse convulsionados.
El comentario se produjo, según Bartiromo, en una cena con los corresponsales en la Casa Blanca, un tipo de evento del que, tradicionalmente, no se pueden extraer informaciones periodísticas a menos que se especifique.
Sorprende el revuelo -algún medio llegó a publicar que la luna de miel de Bernanke y el mercado ha concluido- teniendo en cuenta que la aclaración era, teóricamente, confidencial.
Lo que más llama la atención es que estas palabras tuviesen algún efecto. ¿Esperaría alguien que el presidente de la Fed fuese a cerrar la puerta a nuevas alzas de tipos? Probablemente no. Probablemente el problema sea no de un presidente de la Fed que habla demasiado, sino de un mercado que, a fuerza de aprender el idioma Greenspan, se han olvidado de entender el inglés.