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Innovación

España tardará dos décadas en converger con Europa

La economía española tardará al menos dos décadas en converger con Europa en innovación y capacidad para emprender al ritmo en que se están produciendo las inversiones públicas y privadas actuales. España se encuentra a la cola en variables como gasto tecnológico, I+D y patentes, y más alejada aún de las grandes potencias como EE UU y Japón.

Las conclusiones del informe sobre Innovación hechas públicas ayer por Analistas Financieros Internacionales (AFI) e Indra, autores del estudio, no pueden ser menos halagüeñas para el país, en un asunto considerado clave para el cambio del sistema productivo hacia un modelo más intensivo en valor añadido.

En el estudio se incluye por primera vez la elaboración de un índice sintético de innovación (ISI) para medir la capacidad con que cuentan en este asunto las principales economías desarrolladas. Para su cálculo se han recogido múltiples variables (con datos oficiales de Eurostat) que contribuyen a la innovación empresarial como el gasto en investigación y desarrollo (I+D), la solicitud de patentes por millón de habitantes, el gasto en tecnología de la información, la producción de licenciados en ciencias y tecnologías por cada mil habitantes y el nivel y calidad de la educación nacional.

La comparación no puede ser más desalentadora para España. Si se mantuviera constante el crecimiento en innovación acumulado en los últimos cinco años (sólo un 2% anual), España necesitaría 21 años en alcanzar el nivel de los países de la UE (excluidos los nuevos socios del Este). El informe especifica que, incluso, en el mejor de los escenarios, 'en el que España triplicara los esfuerzos en innovación realizados en los últimos años, no se lograría converger con la media de la UE hasta el año 2010'.

Para crear una empresa se necesitan 47 días frente a 19 de media en la OCDE

Los países que se sitúan a la cabeza en innovación son Suecia, EE UU y Finlandia. En el cuarto puesto se encuentra Japón. España ocupa un discreto puesto 16, sólo por encima de Italia y Grecia en un ranking que incluye la UE a 15 más EE UU y Japón.

'España tiene un problema serio: se crean pocas empresas. Cada vez nacen más pero su ritmo no es suficiente para generar actividades innovadoras. Y las existentes no dedican los recursos suficientes', añadió ayer Emilio Ontiveros, consejero delegado de AFI, en la presentación del informe. En esta situación de baja tasa de natalidad empresarial 'están influyendo también los elevados costes' de creación de una empresa.

'En España se tardan 47 días de media en la constitución de una sociedad mientras que en la OCDE se puede hacer en 19 días. En Suecia, en sólo tres días', añadió. La eliminación de las trabas burocráticas para agilizar los trámites empresariales, 'muchas de ellas impuestas por administraciones regionales y locales', ayudaría a elevar el espíritu emprendedor español, según Ontiveros.

No obstante, hay reparto de culpas para todos. 'La responsabilidad es compartida, desde las administraciones públicas que no logran incentivar la innovación en las empresas por no dedicar más recursos a estas tareas, y las universidades y entidades financieras que no se implican en proyectos coordinados. Todo contribuye a que no se prime lo suficiente a quien decide asumir riesgos y crear una empresa', añadió Javier Monzón, presidente de Indra.

Para enmendar esta situación los autores del informe proponen un conjunto de recetas. Entre ellas figura una mejora de la educación para 'incluir actitudes emprendedoras' y una mayor financiación pública en proyectos multidisciplinares.

También se debería mejorar la aplicación y la gestión de las ayudas fiscales a la innovación (existen muchas lagunas para definir un proyecto susceptible de recibir deducciones) Las empresas, por su parte, deberían contratar 'más personal técnico' para reducir la elevada brecha con el resto de países europeos.

Menos vivienda y más capital riesgo

Ontiveros elogió que el Gobierno esté impulsando la política de I+D+i a través de los Presupuestos Generales del Estado (un crecimiento del 25% en los dos últimos años). Sin embargo, advirtió que muchas veces no se trata de dotar mayores recursos (más gasto público) sino de emplearlos de forma eficiente. En este sentido, criticó la 'excesiva' preponderancia que se está dando al sector inmobiliario, que está absorbiendo recursos públicos y privados. 'Se está incentivando fiscalmente la compra de vivienda a lo largo de toda la vida del usuario, contribuyendo a elevar los precios del sector, mientras sería necesario dedicar más fondos a políticas de innovación', indicó.Otro capítulo abierto es el del capital riesgo. La nueva Ley de Capital Riesgo (en vigor desde diciembre de 2005) 'está impulsando estas fórmulas de financiación para la creación de empresas, pero su utilización es ridícula si se compara con países como EE UU o Reino Unido', indicó. El desarrollo del capital riesgo 'es una fórmula atractiva para evitar la excesiva dependencia' de los préstamos bancarios ordinarios.

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