Capital riesgo 'made in Spain'
Los empresarios prefieren tratar con fondos representados por españoles y critican algunos abusos, según un estudio de Esade
Cerca de un centenar se sociedades de capital riesgo operan en España, un sector especialmente desarrollado en el mundo anglosajón y que en nuestro país vivió su mejor ejercicio el año pasado, alcanzando un volumen de inversión aproximado de 4.000 millones de euros, el doble que su anterior cifra récord. A la hora de hacer negocio, muchas de ellas, de origen estadounidense o británico, han decidido abrir oficina en España y dejar en manos de directivos locales las decisiones de inversión. Otras, como KKR, una de las mayores sociedades de capital riesgo del mundo y que el año pasado trató, sin éxito, de comprar Auna, han optado por no instalarse en el país. Una decisión que parece equivocada: el empresario español, cuando decide dar entrada a una firma en su capital, quiere hacerlo a su manera.
æpermil;sta es una de las conclusiones de un estudio elaborado por la escuela de negocios Esade y los despachos Closa y Clifford Chance titulado Cómo tratar con el capital riesgo. En él se ha entrevistado a los ejecutivos de 12 empresas españolas que en el pasado acudieron al capital riesgo como fuente de financiación. Aunque, en general, los autores del estudio han concluido que los empresarios han terminado satisfechos con el apoyo de estas firmas, la relación entre unos y otros fue también la mayoría de las veces conflictiva. 'El capital riesgo no tiene buena imagen en España, se le considera como una forma de financiación cara, a veces abusiva', dice el estudio presentado ayer en Madrid.
Los empresarios 'prefieren tratar con españoles que hacerlo directamente con extranjeros y el capital riesgo se ha dado cuenta de ello', comenta Santiago Simón, profesor de Esade. 'Muchos se quejan de la prepotencia de fondos anglosajones, con ellos el trato es más distante; el español que representa al capital riesgo deja al empresario explicar su proyecto con más confianza, el anglosajón si no ve negocio enseguida corta la conversación', explica. '¿Por qué Japón, que es la tercera economía del mundo, está situado en el puesto 30 en el sector del capital riesgo?', se pregunta Ignacio Villa, de Closa. 'Es muy importante la diferencia cultural', responde.
Los autores del estudio reclaman más campañas divulgativas sobre el sector en España y destacan que en sus entrevistas los empresarios han criticado con dureza el comportamiento de algunas firmas, especialmente a la hora de desinvertir. 'Nos han contado casos en los que el capital riesgo bloqueaba las decisiones del comité de dirección de la empresa automáticamente cuando no se seguían sus directrices', apunta Simón.
Algunos de los testimonios recogidos por los autores del estudio reflejan cierto resquemor de los empresarios hacia el capital riesgo con el que han tratado: 'Te fuerzan a vender o a que compres, porque ellos quieren las plusvalía, persiguen la plusvalía, no les importa la subsistencia de la compañía', dice uno de los empresarios consultados (todos ellos aparecen de forma anónima), 'a la hora pactar con el capital riesgo, sé cauto', recomienda.
Tensión cuando una sociedad decide vender
El informe de Esade refleja los momentos de tensión que se viven en ciertas operaciones. Un empresario recuerda la hora de la salida del capital riesgo así: 'Desagradable, violenta; mucha violencia verbal y enormes enfrentamientos o sea una situación muy desagradable'. Un directivo señala que cuando el socio del capital riesgo decide vender 'se crea un problema; si están empeñados en vender empiezan a presionar con la deuda subordinada, con los dividendos, con muchas cosas'. Los empresarios reclaman al sector un trato más humano: 'Eché en falta más contacto; no estaría nada mal que esta gente dedicara un día a la semana de despacho y que pudieras llamar y entenderte', declara un empresario. 'La entrada de capital ayuda', dice otro, 'pero no se implican', critica. 'Ellos tienen un eslogan: desde que te compro, te puedo vender', afirma.