El dinero barato conquista la economía mundial
La globalización financiera ha desencadenado un entorno de inflación controlada y tipos a la baja, un escenario ideal, pero de equilibrio frágil
Panorama económico en EE UU: contracción del PIB del 7,8%, inflación al 15%, tipos de interés al 20%. ¿Un escenario apocalíptico propio de un thriller de economía-ficción? No. Sucedió en 1980. Fue un momento turbulento, marcado por el petróleo, cuyo precio llegó a triplicarse en poco tiempo. La dinámica del crudo se ha repetido en los últimos cinco años, con el agravante de que el resto de materias primas ha seguido una evolución similar. La economía, sin embargo, crece al 4,1%, el IPC permanece en el 3,4% y los tipos están al 4,25%. ¿Dónde está el hecho diferencial? En una sola palabra: globalización.
'La globalización ha contribuido indudablemente a un entorno general de bajos tipos de interés', afirma Peter Hensman, de la gestora Newton. 'El colapso de la antigua URSS y la entrada en la economía de mercado de China Ingresó en la OMC en 2002 ha incrementado la competencia de forma espectacular y es la principal razón por la que las tasas de inflación son tan bajas y los bancos centrales no tienen ya que preocuparse por combatir la inflación', completa Hensman.
Efecto manifiesto de la coyuntura es la evolución del mercado de bonos. La rentabilidad de la renta fija aumenta en porcentaje según baja el precio del activo. Pues bien, el rendimiento del bund alemán, el valor más líquido en Europa, cotiza ahora al 3,3%, frente al casi 3,6% de hace 12 meses. Los Treasuries de EE UU llevan un año fluctuando entre el 4% y el 4,4%.
Es una idea en la que insiste S&P: 'La Reserva Federal cree que la curva ya no sirve para predecir recesiones los bonos a dos años han llegado a cotizar por encima de los de 10 años, un síntoma clásico de preludio de recesión, a consecuencia de las compras de inversores extranjeros de bonos del Tesoro y a la débil inflación, que mantiene bajos los tipos a largo plazo'.
El FMI cifra en 824.000 millones de dólares las reservas en divisas de Japón y en 785.000 las de China, un volumen que contrasta con los 172.000 de la eurozona. Sólo en 12 meses, las reservas de China han crecido un 50%. De hecho, el dólar subió en 2005 un 13% contra el euro, después de tres años consecutivos de depreciaciones.
'Uno de los asuntos más destacables de la globalización es la transformación de los países emergentes de economías deficitarias a naciones con un exceso de ahorro que se está reconduciendo hacia EE UU. Esto ha mantenido muy baja la deuda largo plazo, lo que ha repercutido muy favorablemente en otros mercados, como es el de la renta variable', explica Darren Williams, de la gestora ACM.
No es casualidad que la enorme liquidez que caracteriza al sistema financiero mundial haya coincido con tres años consecutivos de ganancias en Bolsa. Así, el S&P 500 atesora una revalorización en ese periodo del 46% y del 50,5% en el Euro Stoxx.
El doble déficit de EE UU
'EE UU necesita dinero para financiar su déficit y esos fondos de los ahorros que se acumulan en China, India y otros países, gracias a un sistema financiero globalizado', explica Anton Brender, de Dexia Asset Management. 'Ingentes cantidades de ahorro del mundo están yendo a parar a EE UU a comprar viviendas, acciones y bonos', corrobora Xavier Mena, profesor de Esade.
Pero éste es un equilibrio frágil. Así lo ve Standard & Poor's: 'Esta dinámica puede convertirse en problemática cuando los inversores empiecen a preocuparse por el dólar, o simplemente por el porcentaje de sus activos que están en dólares. Los desequilibrios de EE UU el doble déficit equivale a más del 8,6% del PIB son la mayor amenaza para el sistema financiero mundial'.
'Es peligroso caer en el error de pensar que esta política de tipos bajos es eterna. Es demasiado optimista creer que el exceso de ahorro durará para siempre', reconoce Darren Williams. 'La globalización ha modificado los objetivos de control de precios que los bancos centrales tenían en los ochenta y noventa', confirma Ian Stewart, economista jefe de Merrill Lynch para Europa. 'Pero tampoco cabe pensar que es un cambio estructural; el objetivo puede volver a cambiar', avisa Stewart.
Los expertos admiten que la baja inflación y el elevado endeudamiento de familias y empresas permiten atisbar un escenario de dinero barato para bastante tiempo. Pero de ahí a dar por enterradas las políticas monetarias restrictivas va un mundo.