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Tribuna
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Qué se puede esperar en 2006 de los mercados

Un nuevo año se acerca y los inversores buscan las mejores opciones para su dinero. La renta fija y los inmuebles están en máximos históricos. El autor prefiere confiar en la Bolsa, si bien cree que será difícil que ésta tenga tan buen comportamiento como en 2005

Siempre me ha parecido cuanto menos interesante el ejercicio de fin de año. Recapitulamos, ordenamos ideas, fijamos nuevas metas y hacemos previsiones. Ahora bien, también siempre me ha parecido curiosa la forma que tenemos de tratar numerosas cuestiones: tendemos a diferenciar excesivamente por períodos de tiempo (trimestres, semestres o años) en vez de tratar la realidad como un continuo.

Durante el mes de diciembre, clientes, compañeros de trabajo, de profesión y amigos suelen preguntarme cómo acabará este año la Bolsa y qué ocurrirá el año que viene. En esos momentos, suelo preguntarme qué es lo que ha cambiado desde la última vez que tratamos esta cuestión. Y la mayoría de veces la respuesta es que fundamentalmente pocas cosas han cambiado.

Hoy por hoy, como desde hace ya tiempo, la renta variable constituye la mejor alternativa de inversión, por no decir la única. Los altos precios de la renta fija y la burbuja inmobiliaria hace que cada vez sea más complicado tomar la decisión de invertir en mercados que se hallan en máximos históricos.

No ocurre lo mismo, en mi opinión, en el mercado de renta variable. A pesar de la revalorización de las cotizaciones habida desde 2003, sigo confiando en el potencial de revalorización de las Bolsas. Por otra parte, si observamos los actuales múltiplos de mercado se desprende por comparación histórica que las Bolsas siguen siendo atractivas.

Entre los factores positivos que alimentan un escenario de crecimiento de las cotizaciones de los activos de renta variable encontramos: 1) que la estimación de crecimiento de la economía mundial en 2006 es similar al crecimiento registrado durante 2005 -en particular, suave aterrizaje de la economía de EE UU y recuperación del crecimiento en Europa y Japón-; 2) que las estimaciones de crecimiento del beneficio por acción (BPA) de las empresas siguen estando por encima del crecimiento económico de sus respectivas regiones y que sus balances gozan de buena salud en comparación con ciclos pasados; 3) que existe abundancia de liquidez, y 4) el sentimiento de continuidad de los movimientos corporativos.

¿Y qué elementos de incertidumbre planean en el escenario bursátil? Básicamente el elevado precio del petróleo, las expectativas de incremento del precio oficial del dinero en la unión económica y monetaria (UEM) y EE UU, la volatilidad del dólar, los desequilibrios ahorro-inversión, la burbuja inmobiliaria y el nivel actual de las cotizaciones, que podría provocar episodios de vértigo.

La cuestión es qué hacer en este contexto de crecimiento moderado y expectativas alcistas de tipos de interés, en el que el precio de buena parte de las compañías cotizadas en Europa, Japón y los mercados emergentes acumulan durante la historia reciente revalorizaciones importantes y las acciones norteamericanas parecen no despegar a pesar del buen comportamiento fundamental de las empresas.

El sentido común nos dice que es difícil que 2006 vaya a ser un año tan bueno como 2005. Quizá no sea ni la mitad de bueno. Habrá que vigilar muy de cerca los factores positivos y las amenazas dibujadas en nuestro escenario más probable, a fin de poder anticipar en la medida de lo posible el impacto en precio de cualquier cambio que se produzca. Seleccionar bien los valores en los que invertimos pensamos que será crucial.

En este momento del ciclo, apostamos por valores con potencial de apreciación por encima de la media, comportamiento relativo reciente inferior a la media, buenos fundamentales, menor sensibilidad en precio respecto de futuras alzas de tipos de interés y liquidez. Pensamos que este tipo de valores deberían liderar las alzas, cuanto menos por agotamiento coyuntural del resto de referencias.

Dentro del universo del Ibex 35 y Euro Stoxx 50, nuestros preferidos son Telefónica, Prisa, ACS, Banco Popular, Banco Sabadell, SCH, Iberia, Cintra, Deutsche Telekom, France Télécom, Telecom Italia, Eon, Suez, Total, Lafarge, ABN, Deutsche Bank, Allianz, ING, Muenchener Rueckver, Basf, Sanofi-Aventis y Carrefour.

Por lo que respecta a la renta variable norteamericana vemos interesante aumentar la exposición en función de la diferencia de expectativas sobre el ciclo de los tipos de interés entre la eurozona y EE UU. Mientras que en EE UU el mercado ve cada vez más cercano el techo del precio oficial del dinero habrá que ver qué entiende el Banco Central Europeo (BCE) por 'ajuste fino'. No descartamos trasvase de fondos de renta variable europea a americana si el alza de un cuarto de punto que acordó el BCE en su última reunión fuera el inicio de alzas sistemáticas/automáticas del tipo de interés. Sería éste un buen momento para otorgar más peso a la renta variable norteamericana respecto de la europea.

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