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Para invertir

Planes de pensiones, un sector falto de desarrollo

Los expertos reclaman medidas que dinamicen un negocio en el que la diversificación de activos y la arquitectura abierta son marginales

En plena campaña de planes de pensiones, y cuando todavía se suceden las ofertas en especie o en metálico para animar a suscribir, a realizar aportaciones extraordinarias o a traspasar el plan de pensiones de una entidad a otra, diversos expertos del sector, reunidos en un desayuno organizado por Cinco Días y Banco Madrid, criticaron, entre otras medidas, esta avalancha de recomendaciones de última hora así como el desarrollo de un sector que, a su juicio, carece de los incentivos, del valor añadido del asesoramiento, y de la mayor oferta de la que gozan otros productos financieros.

La escasa diversificación de activos, una de las características de las que más adolece este tipo de instrumentos de ahorro, así como el conocimiento relativo que existe de estos productos -sin embargo, tan populares- convierten a los planes de pensiones, según estos expertos, en uno de los instrumentos más cautivos de las entidades financieras.

'Ni siquiera en segmentos tan especializados como es el de banca privada, donde se ha logrado sumar el valor añadido de la gestión a otros productos, esta limitación se ha roto en los planes de pensiones', explica Sergio Navarro, consejero delegado de A&G, quien añade que son pocas las entidades que aplican el concepto de gestión activa y de arquitectura abierta a los planes, tan en boga en otros segmentos.

La falta de competencia, acicate para aumentar la oferta y la calidad de otros productos como los fondos de inversión, sobre todo por parte de las entidades extranjeras es uno de los motivos del escaso desarrollo que sufren los planes. Así lo estima Luis Peña, consejero delegado de Fonditel, quien sostiene que mientras las cifras de volúmenes medios ronden los 15.000 euros ni la industria crecerá ni aumentará la diversificación. José Miguel López-Frade, director general de Banco Madrid, añade: 'Hay que lograr desestacionalizar el sector. La mayoría de los clientes realizan las aportaciones a final de año, un gran error, cuando lo que habría que inculcar son las aportaciones constantes'.

Y es que la búsqueda de la eficiencia económica, independientemente de su fiscalidad, es la premisa con la que habría que tomar las decisiones de inversión, según estos expertos. Una opinión que contrasta con uno de los objetivos primordiales que persiguen los inversores cuando suscriben un plan y donde las dudas que se ciernen sobre su mantenimiento podrían pasar factura a las gestoras. 'La incertidumbre que ha creado el Gobierno, al anunciar que las deducciones fiscales por planes de pensiones podrían desaparecer al mismo tiempo que podría alargarse la edad de jubilación pasarán factura a las aportaciones que se realicen', señala Peña, con quien coinciden varios expertos.

La necesidad de desarrollar un sistema complementario al sistema de pensiones público es, de hecho, uno de los puntos claves para el desarrollo del sector. No obstante, el potencial que los expertos atribuyen a los planes de empleo tampoco es elevado. 'En términos de volúmenes de patrimonio no se genera nueva previsión social. Creo que la gran empresa o ya ha desarrollado sus planes de empleo o la que no lo ha hecho ya no lo piensa hacer', afirma Álvarez, para quien el gran problema se plantea para la pequeña y mediana empresa, que es la que en estos casos queda al margen.

Sin embargo, tampoco en este segmento planes de empleo, donde a juicio de los expertos, debería haber una mayor competencia por hacerse con la gestión de estos planes, ha habido un gran desarrollo. 'En este sector debería haber una apuesta feroz por la gestión, sin embargo, hay menos movilidad si cabe y una mayor fidelización bancaria', apunta Navarro.

Uno de los aspectos más criticados durante el debate fue, además de las campañas de regalos que tradicionalmente copan las vitrinas de las sucursales bancarias, la escasa demanda de información por parte de los clientes. 'Es muy significativo observar que muy pocos realizan traspasos de planes, -tanto entre productos como entre gestoras- a lo largo de su vida aunque varíen sus necesidades con el paso de los años', señala Navarro, para quien al final, es la red de distribución quien decide qué productos se comercializan y no la gestión la que predomina en su contratación. 'Es marginal el que una entidad logre arrebatar a otra un cliente por un plan de pensiones, de hecho, es lo último que se lleva el usuario cuando cambia de banco', añade.

Para Manuel Álvarez, director de Grupo Caser, estas carencias son producto de la oferta y la demanda que hay en el sector. 'Si el cliente demandase más asesoramiento, seguramente se lo ofrecerían las entidades', sostiene. Navarro identifica tres protagonistas en el sector de planes de pensiones: la industria, los reguladores y los clientes. 'La imposibilidad de aplicar la arquitectura abierta, como se ha empezado a aplicar en la banca privada, ha frenado a la industria; por la parte del regulador, ya han facilitado el traspaso entre planes y no se le demanda un mayor desarrollo, y el cliente final tampoco reclama más que los regalos de fin de año, con lo que al final vemos que la industria está acomodada y que la fidelización es muy grande', añade Navarro, quien aventura, 'con esta situación no veo quién va a tirar de la industria'.

Tampoco estas demandas encuentran respuesta en el segmento de banca privada. 'Aquí, también apreciamos que el saldo medio que los clientes destinan a un plan es bastante inferior al que dedican a los fondos de inversión o a la compra de acciones', sostiene Álvarez. 'Hay una enorme carencia de producto y, por lo tanto, dificultad para asesorar. No hay posibilidad de llegar a acuerdos con muchas gestoras', explica Alberto Trueba, director comercial de Banco Madrid.

Además, los expertos admiten que dentro de la propuesta de soluciones financieras que ofrece una entidad de banca privada a un cliente a veces está el cambio de plan de pensiones. 'Y muchas veces los clientes reconocen que nunca les han hecho estas propuestas', señala López-Frade, para quien las instituciones deben apostar por ofrecer asesoramiento no sólo al miembro principal del núcleo familiar, sino a todos los miembros. 'Al final, con esto se consigue generar nuevos partícipes', añade este experto, que señala que la banca privada debe buscar patrimonios, en general, y no sólo financieros en particular ya que éstos pueden ser coyunturales. 'Cada vez se tiene menos en cuenta el saldo que depositan en una misma entidad', sostiene al tiempo que señala que el patrimonio medio de un plan de pensiones que se traspasa a la banca privada es de 60.000 euros.

Ante este panorama, no extraña que se alcen las voces reclamando medidas que dinamicen un sector en el que pocos esperan que las soluciones vengan de fuera. 'La legislación en sí es una de las causas de la situación de la industria. Creo que no incentivar las aportaciones de los clientes que están cercanos a la edad de jubilación es un error, y éste es uno de los puntos en los que abría que incentivar al cliente', apunta Navarro, para quien sería obligatorio reflexionar para impulsar la incentivación progresiva de cara a la jubilación.

El nuevo reglamento para fondos y planes de pensiones, aprobado en febrero de 2004, si bien aporta claridad e introduce mejoras, en algunos puntos tiene carencias, según los expertos. Entre las ventajas, apuntan, está el que abre la posibilidad de la multigestión, y que amplía el abanico a las inversiones alternativas como los activos inmobiliarios y la renta fija, aunque con limitaciones. 'Sólo se permite la inversión en inmuebles a los planes muy grandes y a los de tipo empleo. Otro desarrollo es el del capital riesgo, que es uno de los aspectos que genera mayor interés porque abre más posibilidades y genera oportunidades de negocio', afirma Álvarez. Otra de las novedades aplaudidas es la figura de los fondos de fondos.

Una última incertidumbre que según los expertos de las gestoras podría pasar factura al sector de planes de pensiones es la reducción de las comisiones. 'Desde Fonditel somos partidarios de una comisión de éxito, pero esto provocaría que no se pudiese establecer el máximo en el 2% como sucede actualmente', explica Peña. Opinión en la que coincide Trueba, para quien la aplicación de una tasa de éxito en función de los resultados sería lo deseable para buena parte del sector. 'Bajar la comisión de gestión máxima del 2% al 1,5% causará un problema a las gestoras', vaticina Álvarez.

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