Los mercados se rinden a la subida de tipos en Europa
Los expertos apuestan por unanimidad que el BCE subirá el jueves los tipos al 2,25%. El impacto no será significativo, a menos que se vaya más lejos de lo esperado
Hace tiempo que el suspense dejó de formar parte de la políticamonetaria. El próximo movimiento de tipos del BCE será al alza, tiene fecha fija (1 de diciembre) y cuantía precisa (25 puntos básicos). La autoridad monetaria europea prepara a los mercados desde hace semanas para una subida que constituirá el primer movimiento del banco central desde junio de 2003, cuando el precio del dinero en Europa se situó en el 2%.
Como su homólogo de la Reserva Federal, el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, tampoco parece tener intención de sorprender a los mercados. Más bien se propone cumplir a rajatabla con el guión que él mismo viene escribiendo con el fin de permitir a los inversores descontar la subida, reacomodar sus carteras y evitar así un efecto traumático para los mercados. 'Está consiguiendo lo que se propone sin haber movido un dedo todavía', explica un analista.
De hecho, hace semanas que los inversores hacen el trabajo al banco central, aumentando los tipos de mercado antes de que el organismo europeo suba los de intervención. La divisa europea, sin embargo, parece mirar para otro lado, con dificultades para superar los 1,18 dólares.
Lo importante es transmitir al mercado que no se va a una política monetaria agresiva
Trichet ha pasado en pocas semanas de una advertencia general sobre la 'extrema vigilancia' ante los posibles riesgos de inflación, a otra mucho más concreta: 'El consejo de gobierno del organismo emisor está preparado para aumentar moderadamente el actual nivel de tipos y tomar en consideración el riesgo existente para la estabilidad de precios'. Declaraciones lo bastante concluyentes como para explicar la unanimidad con la que analistas y mercados esperan el alza del jueves.
'El BCE no quiere que se le acuse de haber tenido los tipos bajos demasiado tiempo y que eso pueda provocar burbujas en ciertos activos', explica Javier Estrada, Director de Inversiones de Morgan Stanley. Estrada cree que indicadores como la masa monetaria o los indicadores de confianza en Alemania ya aportan información suficiente para materializar una subida.
El movimiento, por tanto, lleva aparejado lo que Iván Barbacid, analista de Barclays, denomina 'coste de oportunidad' y otros expertos, como Juan Ramón Caridad, de Atlas Capital, relacionan con 'un movimiento táctico de Trichet, para reforzar su credibilidad'.
Lo que parece evidente es que se trata más de un movimiento correctivo en una situación monetaria expansiva (a juzgar por el nivel de los tipos reales en países como España) más que del inicio de una escalada alcista similar a la vivida en Estados Unidos. Además de ser 'un alza lógica en una situación de vuelta a la normalidad de la economía global', según la opinión de Sasha Evers, director de Mellon Global Investments, quien, como sus colegas, descarta 'subidas más agresivas'. Evers calcula que, como mucho, los tipos en Europa estarán 75 puntos básicos por encima de los actuales a finales de 2006, lo que considera 'una subida no excesiva en un periodo de tiempo tan largo'.
'Un cuarto de punto ahora y a lo largo del año que viene otro medio punto o 0,75, para terminar en el 3%, no pone en peligro la valoración de las Bolsas ni el efecto liquidez', precisa Jordi Padilla, director de Renta Variable de Atlas Capital.
La expectativa alcista motivó, sin embargo, los recortes que vivieron las Bolsas en octubre y explican ahora la desgana que muestran las cotizaciones para emprender el famoso rally de fin de año, pese a la recuperación mostrada desde los niveles de octubre. Así, los mercados de valores se han instalado en cierta volatilidad sin atender demasiado a los buenos resultados empresariales, con los oídos en alerta ante cualquier mensaje del banco central.
¿Ciclo alcista?
El próximo jueves, por tanto, no habrá primicia. El foco de los mercados y de los analistas se sitúa ahora más allá de esa fecha y la pregunta que flota en el ambiente tiene que ver con la duración y la intensidad del nuevo ciclo monetario, al que la mayoría de los expertos se resisten todavía a colgar al lado el término 'alcista'. 'Hablar de ciclo alcista es prematuro, lo que va a hacer el BCE es una corrección de una situación expansiva', explica Iván Barbacid. 'Nos parece mucho más importante el segundo movimiento y cuál sea el plazo entre uno y otro, porque si la segunda subida es inmediata, se puede pensar que el BCE va a ir más lejos de lo esperado. Eso sí impacta en el mercado'.
De momento, la mayoría coincide en que se trata de una actuación preventiva y hay incluso quien piensa que 'tendría que haberse hecho antes', como Alberto Alonso, de Inversis Banco, que cree que 'no ha sido posible por la fragilidad del crecimiento'.
Es precisamente el endeble crecimiento económico de los países centrales de la zona euro lo que despierta más recelos y arroja más interrogantes sobre la inminente decisión de Trichet. El dilema es si conviene aumentar los tipos de interés ahora para evitar una inflación a largo plazo, asumiendo con ello el riesgo de abortar una recuperación incipiente que todavía no presenta excesivos riesgos en los precios a corto plazo, o dejarlo para cuando la recuperación muestre más señales de fortaleza. Parece que el banquero ha entendido que más vale prevenir que curar, aunque se ha cuidado mucho de desdramatizar la subida al asegurar que la misma no lleva necesariamente implícita una escalada inevitable del precio del dinero.
'El tema del crecimiento es delicado, pero convendría plantearse por qué después de dos años de tipos tan bajos la economía europea sigue estancada', subraya Javier Estrada, de Morgan Stanley. Una idea que destacan otros expertos, que subrayan que una oferta monetaria expansiva no ha bastado en el caso de la economía europea, cuya reanimación está más pendiente de las reformas estructurales que de otra cosa.
'No vemos que vayan a ser los tipos los que se carguen el ciclo económico en Europa', señala Estrada. Este experto se muestra más preocupado por cómo puede acabar afectando la subida de tipos en Estados Unidos a sectores como el inmobiliario y la repercusión de este hecho en la desaceleración de la demanda global. Una preocupación que gana peso si se cumplen las previsiones de JP Morgan, que en un informe difundido ayer indica que los tipos en Estados Unidos podrían llegar hasta el 5%, medio punto por encima de lo que espera el consenso del mercado.
Efecto psicológico
La estela dibujada por los tipos en Estados Unidos provoca, en cualquier caso, inquietud. Y es que la Fed ha elevado sus tasas 12 veces consecutivas en año y medio, una referencia que algunos expertos creen que podría tener un efecto psicológico perverso en inversores y consumidores europeos y exige la mayor claridad posible en las intenciones del BCE, para evitar volatilidades innecesarias. 'En principio el impacto va a ser muy reducido, pero puede tener un componente más psicológico si se interpreta que el BCE emprende el camino de la Fed', advierte José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis. Los analistas piensan, no obstante, que 'no hay repuntes significativos de la inflación que justifiquen una política monetaria más agresiva en Europa', asegura Maté.
El impacto sobre otros activos. La falta de alternativas mantiene el atractivo de la renta variable, según los expertos
Renta fija. Todavía hay algunas oportunidades de compra. A mayor duración de los plazos, mayores pérdidas en las rentabilidades (que se comportan de forma inversa a los tipos de interés). Con esta opinión, Juan Ramón Caridad, de Atlas Capital desaconseja comprar bonos a plazos largos, como el de 10 años. 'Los que tengan este tipo de activo serán los que más sufrirán', sostiene. No obstante, el escenario de tipos al alza también presenta oportunidades para algunos bonistas, sobre todo los interesados en plazos más cortos. 'En el bono a dos años y en niveles de entre el 2,7% y el 3% este activo es claramente una oportunidad', explica Arlo Carrió, de Sabadell Banca Privada.Inversión Colectiva. Los fondos de renta fija, los más perjudicados. El impacto más directo del encarecimiento del dinero se dejará sentir en las rentabilidades de los fondos de renta fija. Los bonos ligados a la inflación y los bonos convertibles serán, según Juan Ramón Caridad, director de productos de Atlas Capital, los más desfavorecidos. En el primer caso, porque aunque el alza del IPC les beneficia por un lado, la subida de los tipos les daña más que les compensa la inflación. En el segundo caso, 'aunque hay una parte ligada a la evolución de la renta variable, no dejan de ser bonos', sostiene Caridad. Los fondos emergentes y de países endeudados, también pueden sufrir. Para este experto, los fondos multiestrategia, que pueden tomar posiciones cortas a través de derivados, pueden ser los más favorecidos. En planes de pensiones, los de Bolsa que invierten con criterios defensivos, serán los que registren mejor evolución.Acciones. A corto plazo, las Bolsas ya han descontado el efecto. La renta variable sigue siendo el activo de inversión más recomendado por los expertos, tanto por valoración como por fundamentales. Las Bolsas pueden soportar incluso que los tipos en Europa lleguen hasta el 3%, siempre y cuando las alzas se produzcan poco a poco y se dilaten en el tiempo. A corto plazo, el mercado ya ha descontado la póxima subida, asegura Arlo Carrió, de Sabadell Banca Privada. Si el encarecimiento es moderado, el sector más beneficiados será el financiero, mientras que los más lastrados serán los más endeudados (inmobiliarias, eléctricas entre otras). La menor liquidez sí puede implicar menor actividad del capital riesgo.Hipotecas. El euribor se situará al cierre del mes por encima del 2,6%, el nivel más alto desde enero de 2003. El efecto ya está recogido. Tanto los responsables del Ejecutivo como los analistas no cesan de repetir que el euribor -índice de referencia de más de la mitad de las hipotecas españolas y que sirve como indicador adelantado- ya refleja la subida de los tipos de intervención. La previsión se cumplirá en el índice oficial de noviembre. Y es que si el indicador (situado en el 2,414%) puso fin el pasado mes de octubre a las revisiones a la baja de los cinco meses previos, la creciente posibilidad, primero, y la confirmación después, de que el BCE subiría tipos no ha tardado en reflejarse en el principal índice de las hipotecas. Los niveles diarios del euribor en noviembre han pasado del 2,55% de la primera jornada, al 2,64%, 2,68%, 2,70% y en las últimas sesiones incluso hasta el 2,78%. Con estas cifras, será inevitable que los que tengan un préstamo a tipo variable y revisen con el índice de este mes, sufran un encarecimiento en su factura del orden de 0,27%-03% puntos, lo que traducido a euros, supondrá una subida de 15 euros al mes (con una hipoteca tipo de 125.000 euros a 22 años). Aunque es pronto para aventurar comportamientos futuros, sí es cierto que los futuros sobre el índice no anticipan alzas tan sostenidas para los próximos meses. Esto no significa que el índice regrese a los niveles en los que se ha mantenido los dos últimos años. El euribor, sin embargo, no ha sido la excepción de los índices hipotecarios. Aunque menos sensibles y más lentos a la hora de reflejar la evolución del precio del dinero, el resto de indicadores, bancos, cajas e índice del conjunto de entidades también han experimentado alzas. El fin del dinero barato terminará reflejándose en todos los índices y también en las hipotecas a tipo fijo, donde las entidades no tardarán en encarecer las tasas que aplican.Un escenario que podría contribuir a atemperar la demanda de inversión inmobiliaria y a moderar algo la subida de los precios, según los expertos.