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Carreras profesionales

Récord de cambio de caras al frente de las empresas de EE UU

La exposición pública, las demandas del mercado y los reguladores dan lugar a una fuerte rotación en la cúpula de las organizaciones

El 9 de febrero Carly Fiorina, una de las mujeres que más alto perfil empresarial tenía en todo el mundo, fue obligada a dejar las riendas de la Hewlett-Packard, empresa de la que había sido consejera delegada desde 1999. Aunque la suya ha sido una de las salidas más sonadas de la cúpula de una empresa, Fiorina no ha estado ni mucho menos sola en este trance. De hecho, ha estado más acompañada que nunca. Según las estadísticas elaboradas por la consultora Challenger, Gray & Christmas el reemplazo de consejeros delegados este año está superando el de los precedentes y puede que se llegue a batir el récord de 2000, un año especialmente difícil para los primeros ejecutivos. Las salidas de consejeros delegados se han disparado en 2005. Las estadísticas muestran que hasta septiembre se han anunciado un total de 1.014 reemplazos, un 53% más que en todo 2004. En siete de estos nueve meses el número de casos ha superado el centenar, aseguran desde esta consultora.

Y va camino de llegar a la cifra de 2000 con 1.106 ejecutivos dejando su puesto al frente de una compañía. Sólo en los últimos 10 días de este mes, por citar casos que no han entrado en la estadística, han anunciado su retirada David Dorman, de AT&T (que tras completar la fusión con la telefónica SBC deja su empleo), William Sexton, que ha estado al frente de Refco apenas un mes, y Daniel Lynch de la farmacéutica Imclone.

John Challenger, director de la consultora que lleva su nombre explica que 'el alza es en cierta medida sorprendente puesto que este año tanto la economía como los resultados de las empresas han mejorado. Esto debe hacer que teóricamente los consejeros delegados sean menos vulnerables'. No obstante, señala que además, 'aunque algunos ejecutivos han sido forzados a irse por una fusión, el mal gobierno de la empresa que dirigen o la mala evolución, hay muchos que simplemente han decidido que es el momento de dejar el cargo'. Dimisiones y jubilaciones han sido las razones por las que más consejeros delegados dejaron su oficina en septiembre. Para este especialista en recursos humanos, la razón es que el ambiente en el que se mueven estos gestores 'es cada vez más duro'. En este sentido añade que 'los consejeros delegados se han convertido más que nunca en iconos y son sujeto de intenso escrutinio en varios frentes, por parte del consejo de dirección, de los empleados, los accionistas, los medios de comunicación, el Gobierno, los reguladores, la ley Sarbanes Oxley (Sarbox) de buen gobierno'.

Estrategias fallidas

Es algo que se respira en el ambiente y que se une a la presión y el corto plazo impuesto por el mercado. Así las cosas, dirigir una empresa no es ya una cuestión de estilo personal sino que hay que dar cabida a esas presiones y no es un ambiente en el que todos se muevan a gusto. Algunos consejeros delegados se han resistido, pero no siempre con éxito. Fue el caso del primer ejecutivo de Morgan Stanley, Phillip Purcell que se rodeó en el consejo de personas cercanas y creyó haber blindado su permanencia al frente de la entidad. No funcionó. La presión de empleados y accionistas creció tanto que tuvo que terminar por poner su cargo a disposición de ese consejo amigo en el que no tuvieron más remedio que aceptarlo.

Actualmente, algunos inversores hacen mención a una estrategia de blindaje a la presión exterior similar con el caso de Jay Sidhu, el consejero delegado de Sovereign quien se puede haber buscado un caballero blanco en el Banco de Santander. Según el fondo Relational, el mayor accionista de esta entidad, que mantiene un pulso con el consejo y Sidhu desde hace meses, la venta del 19,8% de la entidad al banco español permite al nuevo socio decidir el futuro de Sidhu, es decir de la misma persona que les ha dado entrada en la empresa.

Por otro lado, según Challenger, la presión viene del salario. 'Los ejecutivos tienen la presión de justificar unas compensaciones muy importantes a través de salarios y bonos así que los que no consiguen los números que se les demanda tienen los días contados'. Challenger explica que se da la circunstancia de que se está a las puertas de un ciclo en el que se necesita un cambio de generación. 'Nos movemos en una nueva fase tras el 11-S y los reveses económicos. La economía está ahora más fuerte'. Este especialista considera que las compañías están contratando a líderes capaces de sacar rendimiento del crecimiento, y no tanto de salir de una crisis, con más visión internacional y que además estén a gusto con la Sarbox. 'Las empresas realmente quieren personas que tengan un currículum claro'.

En esta consultora dicen que la tendencia al cambio puede continuar si la economía da signos de agotamiento por los precios de la energía, el alza de tipos o el fin del boom de la vivienda. 'Los directivos pueden ser culpados por una mala gestión pero si las cosas van bien, entonces, creo que los cambios decrecerán con respecto a este año'.

Dificultades en la sustitución

Le llaman mantener la memoria corporativa. Es lo que ocurre cuando la vacante dejada por un ejecutivo que ha tenido que dimitir se cubre por alguien de la misma empresa. De acuerdo con las estadísticas elaboradas por Challenger, Gray & Christmas sobre el movimiento de consejeros delegados, solo 72 partidas de ejecutivos han anunciado a la vez planes de cubrir el puesto. En 42 casos se ha hecho con personal de la misma compañía. En otros dos casos la silla del consejero delegado se ha ocupado por dos miembros del consejo.Sustituir a un directivo que ha sucumbido a la presión no es fácil pero tampoco imposible y como dice John Challenger, aunque el trabajo al frente de las empresas está siendo sujeto a un mayor escrutinio eso no significa que vaya a ver ningún déficit de candidatos. 'A estas personas se las paga muy bien, seguro que siempre hay alguien que quiere este tipo de puestos por difíciles que sean', dice el experto.Lo difícil es sustituir a un primer ejecutivo que nadie quiere que se retire. Pasó en General Electric en el que hubo un largo proceso de varios para sustituir a Jack Welch y va a pasar en United Technologies. Al frente de esta empresa está desde 1992 George David quien a sus 63 años ha dicho que no quiere estar mucho más tiempo en el puesto. Por eso David se ha puesto a trabajar en lo que él considera que es el proyecto más duro de su vida: buscar un sucesor. Este directivo ha dado a entender que seguirá el guión que le prepararon a él hace 13 años y que en 2006 nombrará a una suerte de heredero. Probablemente de la casa, para seguir con la memoria corporativa.

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