Plusvalías en la renta fija
Las opciones más arriesgadas han compensado de sobra a sus inversores
Los movimientos en la renta fija han sorprendido a muchos, incluidos gestores de fondos de gestión alternativa, pero las opciones son muchas. El mercado de fondos de inversión español permite actualmente acceder a una gran cantidad de opciones de inversión dentro de la renta fija, ya que existen registrados a la venta más de 1.300 fondos repartidos entre 55 categorías diferentes. Un repaso a las clasificaciones más importantes, ateniéndonos al número de fondos existentes en cada una, pone de relieve que en los últimos tiempos las opciones de mayor riesgo han recompensado con sobras a sus arriesgados inversores.
La renta fija pública en euros en sus diferentes versiones de mercado monetario, corto plazo y largo plazo es la opción más popular entre el partícipe español de fondos. La deuda a corto plazo y activos del mercado monetario han estado lógicamente ligadas al entorno de bajísimos tipos de interés en los que vivimos. De este modo, los retornos medios de estos fondos, donde el nivel de comisiones que se paga tiene un impacto directo indudable en los mismos, se vienen situando claramente por debajo del 2% anual, lo que implica rentabilidades reales negativas al incorporar tasas de inflación, que en el caso español superan el 3%. Ello no esta siendo óbice para que siga siendo la opción más demandada por el inversor nacional, como demuestra el análisis de los flujos de patrimonio en el mercado de fondos.
La renta fija a largo plazo gubernamental, que constituye la referencia para los profesionales del mercado, es la que ha traído más confundido a los mismos, ya que pocos esperaban unas tasas internas de retorno (TIR) a largo persistentemente descendentes, que la han llevado a mínimos históricos.
La relación inversa de las TIR con los precios de los bonos ha supuesto que las carteras de estos fondos se hayan revalorizado de manera importante y superior a la esperada. La rentabilidad del índice Lipper que agrupa a este tipo de fondos se eleva nada menos que al 7% en los doce últimos meses y se han renovado las dudas de que esto pueda continuar durante más tiempo, sucediéndose recomendaciones de rebajar el peso de la misma en las carteras de inversión. Las valoraciones ciertamente parecen ajustadas, según variados parámetros, pero su comportamiento futuro finalmente dependerá en gran medida de cómo vaya la marcha de la economía global.
La propia renta fija podría estar anunciando problemas en el horizonte para la economía global, ya que en el caso norteamericano parece acercarse cada vez más hacia una curva de retorno plana o incluso invertida; un hecho insólito, toda vez que ninguna firma de análisis está descontando una recesión en la primera economía del mundo. En los últimos días, y tras la última subida de tipos en agosto en otro cuarto de punto hasta el 3,5%, el diferencial de rentabilidad entre el bono a dos y treinta años se ha reducido a poco más de 40 puntos básicos. En el pasado, situaciones de curva invertida han precedido recesiones en el gigante norteamericano, que si bien una situación no deseable, de producirse supondría buenas noticias para la renta fija, por lo menos durante los próximos meses.
No obstante, la verdadera estrella del último par de años en los mercados de deuda ha sido la renta fija de alto riesgo, que ofrece cupones o intereses elevados en retorno por ese mayor riesgo asumido. La volatilidad en los precios de estos bonos suele ser muy elevada, por lo que la hace una opción poco recomendable para el inversor con aversión al riesgo. La renta fija privada de alto rendimiento, o high yield en su terminología anglosajona, se ha beneficiado de unas tasas de quiebra muy bajas y resultados empresariales positivos que han insuflado confianza en este mercado. La otra deuda de alto riesgo, la emitida por países de economías emergentes, se ha beneficiado de unos fundamentales económicos sólidos, soportados en elevados precios para las materias primas, estabilidad política en gran parte de estos países y una buena capacidad de absorción de la gradual subida de tipos en Estados Unidos que no ha resultado ser especialmente negativa. En ambos tipos de renta fija, la gran cantidad de liquidez en el mercado buscando mayores rendimientos ha sido determinante.
Análisis. Diferencial en deuda emergente
El ampliamente seguido índice de renta fija emergente de JPMorgan (EMBI+) revelaba el mes pasado que los diferenciales de rentabilidad con los bonos del Tesoro americano se acercaban a mínimos históricos, ampliamente por debajo de los tres puntos porcentuales.
La continuación de esta tendencia parece posible en el futuro más inmediato, ya que no se adivina en el horizonte un cambio de los factores actuales, que están permitiendo obtener a los fondos de deuda emergente rentabilidades de dos dígitos.