España recibirá otros 14,6 millones de inmigrantes en cincuenta años
La población alcanzará los 53 millones en 2050 si se mantiene el flujo migratorio
Conocer cuántos seremos a medio y largo plazo no sólo responde a la curiosidad innata de todo ser humano, sino también al deber que tienen los Gobiernos de programar sus políticas pensando en las necesidades presentes y futuras del país. Y los últimos flujos migratorios han echado por tierra todas las previsiones realizadas por los demógrafos hace sólo nueve años.
En junio de 1996, los cálculos del Instituto Nacional de Estadística (INE) llegaron a la conclusión de que España nunca llegaría a rebasar los 40 millones de habitantes debido a la baja tasa de natalidad. Pero la entrada masiva de inmigrantes durante los últimos años hizo que en 2004 se superase la cota de los 43 millones. Lógicamente, los demógrafos sostienen ahora que en las nuevas estimaciones una de las claves será la entrada neta de ciudadanos extranjeros.
Según las últimas estimaciones del INE, la población española llegará a los 53 millones de personas en 2050 si se mantienen los fuertes flujos inmigratorios actuales hasta 2010 y se estabilizan después en torno a 280.000 personas al año. Las proyecciones han sido modificadas recientemente, tras el brusco cambio en los flujos migratorios experimentado en los ocho últimos años en España, que ha sido el país de la Unión Europea con mayores entradas netas de extranjeros.
Este escenario prevé que la entrada de inmigrantes se mantenga hasta el año 2010 a niveles similares a los registrados durante los últimos años (entre 300.000 y 400.000 anuales), y que después se mantengan estables hasta 2059, en torno a 270.000 personas. En total, calcula que de 2007 a 2059 entrarán en España unos 14,6 millones de extranjeros.
Con estos flujos migratorios, una edad media de maternidad de entre 31 y 31,15 años y un número medio de hijos que oscilará entre 1,3 y 1,53, la población llegaría a un techo los 53,15 millones en el año 2050, y descendería ligeramente hasta 52,55 millones en 2060.
El INE baraja también un escenario alternativo más modesto, fundamentado en las proyecciones de inmigración elaboradas para Europa por la oficina de estadística comunitaria, Eurostat. En este escenario, la entrada de inmigrantes en España sería de sólo 100.000 personas al año desde 2007 hasta 2050 y la población total en dicha fecha sería igual a la actual (en torno a 43 millones) e inferior en 2060.
Según este segundo escenario, entre 2007 y 2059 entrarán 5,8 millones de personas del extranjero, menos de la mitad que en la hipótesis expansiva. Por tanto, con similares variables natalistas, la población llegaría a un techo de 46,163 millones en 2025, para descender hasta los 41,38 millones en 2060. Sin embargo, los últimos datos de llegada de inmigrantes hacen que, a priori, el escenario expansivo parezca más realista que el basado en las estimaciones migratorias de Eurostat.
Ambas proyecciones utilizan la misma evolución de la edad media de la maternidad y el número de hijos por mujer (variable antes considerada como la más volátil). Creen que ambos parámetros evolucionarán al alza, pero manteniendo valores bastante más conservadores que los registrados en el boom demográfico de los sesenta y setenta, o incluso de los que hoy se registran en países tan cercanos como Francia.
Pese al fuerte flujo inmigratorio, el proceso de envejecimiento será inevitable en cualquier escenario. En el primero, con entradas muy superiores, habrá un movimiento natural de población con aumento vegetativo fuerte en los primeros ejercicios. Sin embargo el punto de inflexión llegaría relativamente pronto, en el año 2019, cuando se producirían ya más defunciones (435.788) que nacimientos (434.029). En consecuencia, en ese ejercicio habría ya un descenso vegetativo de los residentes.
El número más alto de nacimientos se produciría en el año 2010, con 479.820, y se estabilizaría en una cifra cercana a los 420.000 durante todo el resto del periodo para el que existen cálculos.
La mortalidad, sin embargo, crecerá constantemente desde las 369.192 personas de este año hasta las 781.599 de 2059. Así, el saldo vegetativo negativo, que aparece por vez primera en 2019 es igualmente creciente hasta alcanzar cifras de 364.000 en 2059.
En el segundo escenario, de carácter moderado, el saldo vegetativo negativo se adelanta incluso a 2017, aunque los perfiles marcados por la evolución de los nacimientos y las defunciones son muy similares.
Lógicamente la aparición de la pérdida vegetativa de población se produce por el fuerte envejecimiento demográfico que experimentará España, por la alta concentración de población en edades de retiro, y por la elevación continua de la esperanza de vida, otra variable nada despreciable en un país con una de las tasas más elevadas.
Las hipótesis demográficas sitúan la esperanza de vida de los hombres por encima de los ochenta años a partir de 2022 (ahora es de 77,43 años). Para las mujeres la coloca en 87 años en 2031, desde los 84,03 actuales.
Otra de las consecuencias lógicas de esta evolución demográfica es que la concentración de población en edades pasivas será creciente. Y ni siquiera la proyección demográfica más expansiva logra evitar que prácticamente se duplique el porcentaje de población que pase a ser dependiente por jubilación.
Una de cada tres personas tendrá más de 65 años
Estadística estima que si ahora hay 7,22 millones de personas con más de 65 años (un 16,71% de la población), en 2025 habrá 10,38 millones (20,77%). Pero la desproporción será superior en 2050: de 53,153 millones de habitantes, tendrán 65 o más años 16,385 millones (30,8%). Ya en 2060, la población retirada será de 15,678 millones, para una población de 52,563 millones (29,8%). æpermil;sta es la previsión más positiva. Pero el escenario menos optimista no es muy diferente respecto a la concentración de población dependiente. En 2025 habrá 9,98 millones de mayores de 65 años, un 21,63% de los habitantes; este porcentaje se eleva al 33,6% en 2050, con 14,739 millones de personas con 65 o más años. En 2060, habrá 13,179 millones de personas retiradas para una población de 41,382 millones (31,84%).