_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La nueva contabilidad nacional

Según detalla el Instituto Nacional de Estadística en su exposición de motivos: 'El objetivo fundamental de la operación de cambio de base de la contabilidad nacional de España (CNE) es mejorar la exhaustividad, fiabilidad y comparabilidad de las estimaciones de las cuentas nacionales, mediante el uso de nuevas fuentes de información estadística, la incorporación de nuevos conceptos y convenios contables y la utilización de nuevos procedimientos y métodos de cálculo'. Más claro, imposible.

Datos que deben reflejar la realidad de la economía española, comparables con el resto de nuestros socios europeos. De hecho, todos los países de la Unión Europea deben adaptarse a los cambios introducidos en el Sistema Europeo de Cuentas nacional y regional. En Francia, por ejemplo, esta reforma se ha traducido en un crecimiento más bajo durante el año 2004: desde un 2,4% inicial hasta un 2,1% final.

Todo lo contrario que en España, donde el crecimiento del año pasado se ha modificado al alza en 0,4 puntos, hasta un 3,1 %. No sólo esto: al revisar la serie al alza entre los años 2001 a 2004, el crecimiento acumulado se ha revisado al alza en dos puntos.

Los datos deben reflejar con realismo la economía española y tener cuentas homogéneas con nuestros socios europeos

También el Gobierno se ha adaptado a estos cambios. Así, se ha anunciado una revisión al alza de la previsión de crecimiento para este año hasta un 3,1%. 'Y probablemente continuaremos con este ritmo de crecimiento en 2006', según el ministro de Economía. De esta forma, 'estaríamos en un proceso de leve aceleración que puede durar hasta el año 2006'.

Pero la descripción anterior no es del todo cierta. Y es que el cambio de la metodología no es el único, tampoco el más importante, factor a considerar en el cambio de base de la contabilidad nacional desde la de 1995 hasta la del año 2000. Me refiero a los cambios estadísticos, entre nuevas fuentes estadísticas y procesos de estimación. Podríamos decir que estos últimos cambios pueden llegar a explicar entre el 65%-85% del mayor crecimiento del PIB en el periodo revisado.

Aunque el INE no detalla su importancia por partidas, es evidente que la mayor parte se refiere tanto al aumento de la población (censo de población de 2001, 1,5 millones de personas hasta 42,6 millones), empleo (EPA de 2005, con 987 millones de nuevos empleos aflorados), sector exterior (Banco de España) y cuentas de las Administraciones públicas (Intervención General del Estado). Considerando todo en conjunto, el PIB a precios corrientes habría alcanzado a finales del año pasado 837.500 millones de euros frente a 798.600 millones con la base anterior.

Considerando ahora la estructura económica, los mayores cambios observados se centran en la inversión (aumenta su peso sobre el PIB en 1,3 puntos, hasta 27,8%), consumo de las Administraciones públicas (-0,6 puntos, hasta 17,7%) y los inventarios (-0,96 puntos, hasta 0,44%). El consumo privado mantendría su peso en niveles del 56,8%, cuando la caída de las exportaciones e importaciones habría sido similar entre 1,3 y 1,4 puntos respectivamente.

Otros factores de interés se centrarían en el aumento del peso sobre el PIB del excedente de explotación (2,05 puntos, hasta un 41,8%) frente al descenso de la remuneración de asalariados (-1,5 puntos, hasta 47,8%). Por último, más ricos pero también menos productivos: la productividad marginal se reduce hasta una cifra anual estable en el periodo de 0,4%. Con la serie anterior el crecimiento de la productividad había descendido en los últimos años de manera casi constante desde niveles del 0,9% en 2002 hasta el 0,6% en 2004.

Recuperando una frase de la introducción, los datos deben reflejar de forma realista la economía española. Y tener cuentas homogéneas con nuestros socios europeos es algo obligado en un proceso de unión monetaria. La propia presidenta del INE ya ha adelantado que esta mayor fiabilidad de las cuentas tendrá su coste, como es un aumento de los pagos a Europa (hasta 1.000 millones de euros) y una menor base para discutir un aspecto tan fundamental para la economía española como el programa financiero de la Unión Europea para 2007-2012. Y esto cuando las nuevas cuentas muestran que somos más ricos en conjunto, pero las cifras no varían en términos de renta per cápita. æpermil;sta se mantiene sin cambios en niveles de 19.600 euros, un 12,3% menos que la media de la zona euro (38% por debajo de la renta per cápita de Estados Unidos). Vamos, como antes de la revisión de los datos de la contabilidad nacional de España.

Archivado En

_
_