Hacia el cambio de tendencia
En los últimos años hemos visto cómo determinados sectores y tipos de activo en los mercados financieros consistentemente superaban a otros. Ello no es nada nuevo, ya que los mercados son claramente cíclicos, tanto a nivel global como cuando los desglosamos en componentes menores. Pero los últimos cinco (con el inicio del desplome bursátil) y tres años (con el inicio de la recuperación de las Bolsas) han sido particularmente profusos en tendencias definidas y persistentes.
En el lado de la renta variable, hemos visto cómo los valores de pequeña capitalización y de valoraciones atractivas superaban a los de alta capitalización y de elevadas expectativas de crecimiento respectivamente. También es evidente cómo determinados sectores industriales, como el de farmacia y tecnología, vivían una pesadilla, mientras que los sectores energía o inmobiliario disfrutaban de elevadas rentabilidades.
Por el lado de la renta fija, el largo plazo superaba a las emisiones con vencimientos cortos y la renta fija corporativa de alto rendimiento o high yield vivía una época dorada, con retornos que en ocasiones superaban los dos dígitos.
Como suele ser habitual con tendencias que se prolongan durante años, no tardan en aparecer analistas que vaticinan el final de las mismas. Como suele ser habitual también, estos vaticinios no sólo no se producen sino que de manera especialmente obstinada continúan sin aparente agotamiento cuando no se intensifican incluso más. Un buen ejemplo de ello ha sido un activo por el que sienten especial devoción los españoles, la vivienda. Los avisos contra la sobrevaloración del sector inmobiliario y su insostenible escalada de precios se vienen sucediendo durante varios años, pero la realidad sigue poniendo en evidencia que las tendencias suelen ir acompañadas de una inercia y de un componente de autoalimentación que las hace especialmente perdurables.
Centrémonos en esta ocasión en la renta variable a través de los fondos de inversión y, en concreto, en la tendencia binomial small cap (compañías de pequeña capitalización), versus large cap (empresas de elevada capitalización), y en uno de los sectores fuera del favor del público, farmacia. La diferencia en rentabilidad de los fondos pertenecientes a las categorías Lipper Renta Variable Eurozona y Renta Variable Eurozona Pequeñas Compañías es de un 26,5% por término medio, todo un abismo.
Lo transcurrido del 2005 ha presenciado semanas o periodos en los que los retornos de las grandes compañías superaban a los de las pequeñas y se han repetido mensajes en los que se decía que las valoraciones eran ya más atractivas en las acciones large cap. Pues bien, el seguimiento semanal realizado por Lipper en Estados Unidos pone de manifiesto que de las nueve semanas de ganancias habidas en las Bolsas hasta ahora, en más de dos terceras partes las pequeñas han superado a las grandes. Con respecto a las valoraciones, tampoco está claro y depende en gran medida del ratio o universo de acciones que se tome en cuenta. Por ejemplo, en el mercado español el precio valor contable medio del Ibex sigue siendo algo superior al del Ibex Complementario, según Reuters. La fenomenal subida de precios de muchas pequeñas acciones ha ajustado sus valoraciones y, si añadimos las primas de riesgo, es probable que comiencen a ser menos atractivos. Indudablemente, el final de esta tendencia llegará pero no es improbable que le quede al menos algún tiempo más de retornos superiores.
Los fondos que invierten en compañías del sector farmacia y salud, acorde a esta clasificación Lipper, pierden un 16,48% como media en los últimos tres años. Las discusiones con respecto al futuro de las compañías que operan en este sector son innumerables, encontrando factores positivos como la pirámide poblacional de los compulsivos consumidores de fármacos de los países ricos o negativos como los recortes al estado del bienestar.
Lo que admite poca discusión es que las valoraciones actuales de muchas de las grandes compañías del sector parecen muy ajustadas y que el subsector biotecnológico esta dando señales de que su potencial de dar beneficios es real. Llevan un 7,34% de rentabilidad en el año pero quizás tengamos que esperar algo más.
Tecnología para la salud
El sector biotecnológico no fue ajeno a la fiebre de la burbuja tecnológica y su posterior debacle.Un buen número de empresas en este sector, especialmente en el mercado estadounidense, están comenzando a presentar resultados sólidos.Dos compañías de Estados Unidos, Martek Bioscences y Bone Care International, disfrutaron de extraordinarias revalorizaciones del 29,2% y 35,9% respectivamente, durante la semana pasada.En Europa, el sector gana más de un 10% en Bolsa este año.