El alza de la volatilidad eleva el atractivo de los convertibles
El ejercicio 2005 puede marcar un punto de inflexión en el mercado europeo de bonos convertibles. Tras un 2004 deprimente tanto en emisiones como en rentabilidad, el aumento de la volatilidad ha abierto nuevas oportunidades.
Varias señales apuntan a un repunte de la actividad en el mercado de convertibles europeos en los próximos meses; señales que podrían romper con la crisis vivida en 2004. La falta de volatilidad de los mercados y la escasez de emisiones dificultaron la obtención de rentabilidades atractivas el año pasado.
Desde el punto de vista del inversor de bonos convertibles, el repentino aumento de la volatilidad en abril supone un soplo de aire fresco. Los convertibles se componen de un bono y una opción de compra de acciones, la cual, en última instancia, reacciona más a la volatilidad de las Bolsas que a su revalorización. Es decir, que el valor de la opción será mayor cuanto más oscilen los mercados. 'La volatilidad ha tocado fondo; ahora sólo puede repuntar', sostiene José María Olabarrieta, de WestAM.
Del lado de las emisiones también se espera una mejora. 'El año 2004 fue realmente horrible', afirma Olabarrieta. Desde los máximos que alcanzó el volumen de emisiones en 2001 se ha producido un notable descenso con la salvedad del año 2003.
Una de las razones de este deterioro es el bajo nivel de los tipos de interés. Los convertibles son bonos que se emiten con un cupón más bajo que la renta fija normal, pero a cambio ofrecen la posibilidad de convertir esa deuda en acciones de la compañía. Al estar los tipos tan bajos, las empresas han refinanciado sus bonos convertibles con deuda normal, evitando tener que emitir acciones nuevas.
Aunque los tipos oficiales no han subido aún en Europa, la expectativa de que lo hagan puede aumentar el atractivo de emitir convertibles. 'Las compañías han necesitado poca financiación por la falta de fusiones y adquisiciones y porque en los últimos años han estado saneando sus balances', explica Firouz Momeni, de ABN Amro Rothschild. Este experto prevé un repunte de la actividad corporativa. 'En el primer trimestre de este año ha habido un volumen de emisiones de 7.000 millones de euros, cuando en todo 2004 se emitieron 13.000 millones', sostiene Inmaculada Ramos, de BNP Paribas.
Se está produciendo además un fenómeno nuevo como es la emisión de bonos convertibles por parte de compañías pequeñas y medianas que entran por primera vez al mercado, como es el caso de las españolas Jazztel o Service Point. 'Este tipo de compañías son las que están atrayendo más flujo de inversiones', afirma Ramos. 'Optan por los convertibles porque les cuesta encontrar otros tipos de financiación'.
Los fondos de alto riesgo copan el 70% del mercado
El mercado de bonos convertibles es casi coto privado para los fondos de gestión alternativa o hedge funds. Los dos componentes de este activo, el bono y la opción, ofrecen oportunidades de arbitraje que han sido exprimidas por este tipo de fondos en los últimos años. Es, de hecho, una de las estrategias de arbitraje más utilizadas por estas sociedades. 'El 70% de los bonos convertibles están en manos de hedge funds', explica Firouz Momeni, de ABN Amro Rothschild. Son los que más liquidez dan a aportan al mercado. Pero el descenso de la volatilidad en los últimos meses ha limitado las oportunidades generando pérdidas en muchos de los fondos que usan esta estrategia.
Las NIC reducen el atractivo de emitir bonos híbridos
Una de las razones que han limitado la emisión de bonos convertibles en Europa es la entrada en vigor de la nueva contabilidad. Las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC) obligan a dividir el bono convertible en dos, y a contabilizar por un lado la deuda y por otro la opción de compra. Este derivado se valora, además, a precio de mercado. Ambos elementos, la deuda y la opción, se contabilizan como pasivo en el balance. Este cambio ha echado atrás a muchas compañías, aunque los expertos en el mercado de convertibles quitan hierro al asunto. 'Se ha exagerado mucho', sostiene Inmaculada Ramos, de BNP Paribas. 'No es realmente una preocupación'.