Cataluña y País Vasco pierden poder inversor frente a Madrid
Cataluña y País Vasco han perdido peso inversor en España. El crecimiento de su stock de capital se ha situado por debajo de la media nacional y claramente inferior a comunidades como Navarra o Madrid.
La dotación de capital de la economía española ha tenido un intenso crecimiento en las últimas décadas, con un aumento medio del 4,2% interanual acumulativo, de forma que se ha multiplicado por cuatro desde los años 60. Todas las regiones y provincias españolas han participado del proceso de acumulación de la economía, 'por lo que todas ellas disponen de una mejor base para el desarrollo de actividades productivas'. Es una de las principales conclusiones del estudio 'El stock de capital en España y su distribución territorial', realizado por los profesores Matilde Mas, Francisco Pérez y Ezequiel Uriel, con el patrocinio de la Fundación BBVA.
Sin embargo, la evolución no ha sido la misma. Las mayores tasas de crecimiento del stock de capital se han producido en gran parte del litoral mediterráneo, los dos archipiélagos, Navarra y en Madrid y sus alrededores.
Destaca la pérdida de peso de dos comunidades históricas como Cataluña y País Vasco. Cataluña sigue siendo el territorio con mayor stock de capital neto del país (aglutina el 18% del total), gracias, entre otros asuntos, a su bagaje empresarial. Sin embargo, en la última década el crecimiento de su stock de capital se ha situado por debajo de la media nacional (2,8% frente al 3,07%) y a gran distancia de territorios como Navarra (4,4%) y Madrid (3,7%).
El 80% de la inversión acumulada corresponde al sector privado
El sector público sólo ha tenido un papel relevante en las infraestructuras
Algo parecido ha ocurrido con el País Vasco, con áreas en eminente declive como Vizcaya. Los autores señalan a 'múltiples factores' para explicar este comportamiento, sin descartar los políticos. Entre ellos figuran, el diferente papel de las administraciones públicas, tanto nacionales como autonómicas, las deslocalizaciones de empresas en la industria y los procesos de reconversión sufridos, y también, el cambio de actitud del inversor.
En cambio, el paso de los años ha sentado bien a otras zonas como Navarra y La Rioja, con una importante industria turística, agrícola e industrial, y a Madrid. Esta última ha ido ganando en población al tiempo que ha reforzado su impulso inversor. Atractivo del que se han beneficiado territorios anexos como Toledo o Guadalajara, en el campo industrial.
El estudio se hace eco también del papel creciente del sector público en los procesos inversores, sobre todo en las infraestructuras aunque, en términos absolutos es el sector privado el que siempre ha llevado la batuta. Hoy por hoy, el stock de capital en España se encuentra en torno a los 2 billones de euros, de los que el 80% está en manos privadas, y el 20% tiene origen público. 'De ahora en adelante el sector privado será aún más fundamental. El futuro inversor depende de lo que la iniciativa privada sea capaz de generar', subraya Francisco Pérez, quien reclama para los próximos años un esfuerzo aún mayor, dado que buena parte del stock deberá ir a cubrir la depreciación de las inversiones ya realizadas.
La mitad de las inversiones tiene carácter residencial e improductivo
Gran parte de la capitalización del país tiene carácter improductivo. Esta se ha centrado excesivamente en el componente residencial, frente a otras vías productivas como la industria o las infraestructuras.Concretamente el 47,8% de la inversión acumulada en el sector privado se ha concentrado en la vivienda, un porcentaje que, habiendo decrecido respecto al 54% de los años 60, aún es muy alto. Los autores del estudio avisan que en otros países europeos la inversión residencial también alcanza niveles importantes sobre el total acumulado, dado que se trata de bienes (viviendas) con una larga vida útil.Sin embargo, en España es 'especialmente elevada', según Matilde Mas, debido al proceso urbanizador llevado a cabo de forma continuada en los últimos 30 años, y a la importancia que el ciudadano da a la posesión de una vivienda. También influye el 'crecimiento de los alojamientos turísticos de todo tipo', tanto hoteles como apartamentos y, en general, las segundas residencias.Es de desear que en el futuro la inversión fluya hacia otras áreas, como ya está ocurriendo con los servicios destinados a la venta. Otro reto es elevar la dotación de capital por habitante, inferior en España respecto a otros países desarrollados, dado que los niveles de ocupación y actividad son también menores.