El desequilibrio se acentúa
Los mercados internacionales están abocados a una paradoja de imposible solución. Las Bolsas europeas, incluida la española, están condenadas a evolucionar de la mano de las de Estados Unidos. En los últimos años, las diferencias de rentabilidad entre las dos zonas del Atlántico han existido, pero la tendencia de fondo ha sido la misma. En realidad, la evolución de las economías, si bien no ha sido perfectamente paralela, sí ha discurrido por senderos similares.
Pero, tal y como advirtió el FMI en su último informe de estabilidad financiera, los desequilibrios en el crecimiento entre las distintas áreas económicas del mundo son tan amplios como para suponer un riesgo. Mientras China crece, como se conoció ayer, a tasas del 9,5% y Estados Unidos ronda el 3% o 4%, el núcleo de la zona euro y Japón no terminan de levantar el vuelo. En consecuencia, el ciclo de los tipos de interés cada día es más divergente.
De esta forma, los mercados de Europa y EE UU se enfrentan a escenarios muy diferentes tanto en política monetaria como en escenario macroeconómico. Pero tradicionalmente han caminado de la mano.
¿Qué pesará más, la tradición o las cifras? La vieja pregunta sobre el posible desacoplamiento de los mercados europeos y estadounidenses parece hoy más necesaria que nunca. De momento se ha producido una brecha entre las Bolsas europeas y estadounidenses pude llegar al 10%, en función de los índices que se tomen como referencia.
Es posible que la situación se equilibre por sí sola, esto es, que Europa -o, mejor dicho, Francia y Alemania- recuperen el aliento y en próximos trimestres mejores sus cifras. Ello permitiría unos tipos de interés más acordes con las tasas de inflación y, por lo tanto, acercaría posiciones con los mercados de Estados Unidos. Un desacoplamiento total vendría si el estancamiento económico se prolonga en Europa, un escenario que ni es el más verosímil a ojos de los expertos ni, obviamente, el más deseable.