Linux, un sistema operativo libre que pùede ser copiado, distribuido y modificado bajo ciertas condiciones, lucha desde su nacimiento con los sistemas operativos de Microsoft, logrando un éxito considerable en el mercado de servidores y avanzando con más lentitud entre los usuarios domésticos. En la mayoría de los casos, tanto Linux como Windows logran cuota de mercado en servidores a costa de Sun Microsystems, cuyos sistemas basados en Unix tuvieron un gran éxito en la década de los noventa.
El sondeo independiente conocido ayer explica que gran parte de las empresas -tanto grandes como pequeñas- son reticentes a tomar la decisión de cambiar de sistema operativo, siendo la opción más habitual mezclar servidores Linux y Microsoft para ampliar la funcionalidad. "Hemos llegado a la conclusión de que los costes no dependen de la funcionalidad de un sistema operativo", afirma la analista de Yankee Group Laura DiDio, que explica que las diferencias provienen más bien de los costes derivados del tiempo que hay que dedicar al desarrollo de aplicaciones o a asegurar los servidores.
En términos de seguridad, el estudio de Yankee Group muestra un incremento de la percepción de seguridad que las empresas tienen de los sistemas Microsoft, que se acerca ya a la que tienen de Linux. En una escala de 1 a 10, los sistemas operativos de la compañía de Redmond obtienen una nota media de 7,6 en seguridad, mientras que el sistema libre logra un 8,3.