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Banca

La apuesta europea de las empresas españolas

Si las autoridades italianas autorizan la compra de la Banca Nazionale del Lavoro (BNL) por parte del BBVA, la operación, con la que nace el tercer banco de la zona euro por capitalización, constituirá un espaldarazo a la política de expansión en Europa de las empresas españolas.

Si las autoridades italianas autorizan la compra de la Banca Nazionale del Lavoro (BNL) por parte del BBVA, la operación, con la que nace el tercer banco de la zona euro por capitalización, constituirá un espaldarazo a la política de expansión en Europa de las empresas españolas. La compra se añadiría a una lista, ya larga, de operaciones transfronterizas en las que son compañías españolas las que han dado el paso. Pero el hecho de ser un sector clave, como el financiero, y un país, como Italia, donde las barreras culturales y políticas se han revelado durante años imposibles de derribar, añade interés al órdago del BBVA y hace más emocionante y significativo el desenlace.

Sea cual sea el final de la historia del BBVA en Italia, la apuesta de las empresas españolas en Europa es ya un hecho incontestable. Lo avala la existencia de otras tantas operaciones, algunas muy recientes como la opa de Metrovacesa sobre la francesa Gecina o la compra de la también francesa Panzani por parte de Ebro Puleva.

Lo cierto es que tras varios años de acumular beneficios y consolidar sus mercados domésticos, donde en ciertos sectores parecen agotadas las vías de crecimiento, los ejecutivos de las compañías españolas están de compras y ven en Europa su mercado natural de expansión, tras su complicada experiencia en Latinoamérica y ante la estrechez del mercado del Este y las dificultades de acceso a otras regiones, como Asia.

En el nuevo puzle empresarial europeo todavía quedan por encajar piezas en muchos sectores. Habrá, por tanto, muchas más operaciones corporativas

'Las compañías españolas no valoraron suficientemente el riesgo de invertir en Latinoamérica. Si nos atenemos a la evolución de las economías latinoamericanas, la apuesta por Europa no sólo es más segura, sino que también puede ser más rentable', asegura León Benelbas, presidente de Atlas Capital, sociedad especializada en asesoramiento en operaciones corporativas.

Pese a que un denominador común de las compras realizadas hasta la fecha es el alto precio pagado por las compañías adquiridas, con primas muy altas respecto a la cotización, los mercados parecen celebrar las operaciones porque crean valor a largo plazo para el accionista, por lo que en la mayoría de los casos, una vez superado el momento inicial, los valores han tenido su recompensa en Bolsa. 'A la larga los inversores apuestan por buenos equipos de gestión y un posicionamiento estratégico claro, no por la nacionalidad de una compañía', señala Jorge Riopérez, socio de fusiones y adquisiciones de KPMG.

'No veo por qué los accionistas de BNL no han de estar encantados de que el equipo de gestión del BBVA coja el timón y lleve su entidad a los mismos ratios de eficiencia y de rentabilidad que exhibe el banco español', considera León Benelbas. De hecho, hay unanimidad respecto al protagonismo que corresponde a los dos grandes bancos españoles en Europa. En cualquier ratio que se compare, ambos son superiores a muchos de sus rivales europeos, sobre todo, respecto a alemanes o italianos, pendientes aún de un proceso de consolidación interna que les hace mucho más vulnerables e incapaces de liderar los movimientos corporativos, pese al peso de sus economías.

No en vano, la compra de Abbey ha convertido al Santander en el primer banco de la zona euro por capitalización (58.727 millones de euros). La compra de BNL llevaría al BBVA al tercer puesto (sumaría una capitalización de 50.689 millones). Una situación que contrasta con el peso de los bancos de Alemania, la primera economía de la zona, donde ni siquiera el mayor de ellos, el Deutsche Bank, se encuentra entre los diez primeros (con un valor en Bolsa de 36.672 millones).

La primacía en banca o la importancia de las compras realizadas en sectores estratégicos como el inmobiliario (con las operaciones de Metrovacesa o Inmobiliaria Colonial en Francia) no deben llevar a pensar, sin embargo, que las empresas españolas serán las 'únicas abanderadas' de los movimientos corporativos en Europa, según Jorge Riopérez. En su opinión, habrá muchos más movimientos en otros sectores y en todas direcciones. No hay duda, según los expertos, de que seis años después del nacimiento del euro como moneda única, en el nuevo puzzle empresarial europeo hay todavía muchas piezas sueltas, algunas de ellas, empresas españolas, como las petroleras, que despiertan mucho interés en grupos extranjeros.

Lo que es evidente es que 'ya no sólo vienen a comprar aquí grupos europeos, sino que también salen de compras los españoles', afirma Benelbas, 'algo impensable hace unos años'. David Cano, de Analistas Financieros, cree que las últimas operaciones muestran que 'las compañías españolas se están liberando de complejos y buscan en Europa el peso relativo y la relevancia internacional que les corresponde'. Por el momento, Francia e Italia están siendo los principales destinos de las compras españolas, pero también ha habido operaciones voluminosas en Reino Unido, donde antes de la compra de Abbey por parte del Santander se adelantó Ferrovial con la opa sobre la gestora de infraestructuras británica Amey, hace ya dos años, o Abertis y AENA con la compra de la gestora británica de aeropuertos TBI, en noviembre del año pasado.

Aunque con menos operaciones, también hay un interés creciente por Portugal, un mercado en el que desde hace años hay grupos españoles establecidos y con posiciones muy consolidadas, como el Santander. El Popular también miró hacia el país vecino con la compra hace dos años del Banco Nacional de Crédito Inmobiliario (BNC). Además, Portugal es 'otro de los retos actuales para el BBVA', según Juan Garrido, analista del Banco Portugués de Inversión (BPI), que está convencido de que 'en este mercado hay muchas oportunidades interesantes para las empresas españolas'. Telefónica es otra de las compañías lanzadas a aumentar su presencia en este país, con la constante compra de acciones de Portugal Telecom, de la que pronto tendrá el 10%. Y aunque no con una política de adquisiciones sino de aperturas comerciales, también es destacable la presencia de empresas textiles. Inditex cuenta en Portugal con 208 de las 1.978 tiendas que la empresa tiene abiertas en toda Europa (incluida al del Este). Es de hecho, el país extranjero donde Zara tiene mayor presencia.

Hasta ahora, 'las compañías españolas se centraron mucho en Latinoamérica, pero eso les trajo muchos problemas y riesgos', señala Javier Barrio, de Intermoney. Para Jordi Falgueras, de Gaesco Bolsa, 'buena parte de los movimientos, sobre todo en el sector inmobiliario y en banca, vienen impulsados también por el temor al efecto de una subida de tipos en sectores ya muy recalentados en España'.

Los analistas tienen claro que la apuesta europea es mucho menos arriesgada y justifican los altos precios pagados por las menores primas de riesgo de las inversiones. Y es que el primer riesgo que evitan es, desde luego, el de la divisa, que tanto castigó en Latinoamérica. 'La debilidad del dólar es un factor disuasorio para invertir en Estados Unidos o en América Latina. En Europa no hay riesgos operativos ni de divisa. Se paga más caro, pero te evitas riesgos', precisa Javier Barrio.

Así, en la mayoría de los casos, los analistas creen que las adquisiciones recientes han resultado caras, pero tienen sentido estratégico. Metrovacesa, por ejemplo, ha pagado 5.500 millones por la inmobiliaria francesa Gecina, una cifra que casi dobla la capitalización bursátil de la española. Jorge Riopérez cree que 'en Europa, al contrario que en Latinoamérica, no hay factores exógenos que interfieran en la posible rentabilidad o creación de valor. En las compras europeas la creación de valor tiene que ver más con el plan de negocio y de desarrollo y ahí habría que analizas caso por caso'.

En cualquier caso, la internacionalización de la empresa española no parece tener marcha atrás. Ya en 2004, según datos de KPMG, 'de cada 10 euros transaccionados en España, 7,7 corresponden a operaciones en las que una de las partes era extranjera y sólo los 2,3 restantes a operaciones de carácter doméstico'. Las cinco transacciones de mayor volumen en 2004 tuvieron carácter transfronterizo.

Las Bolsa asume bien las operaciones

Pese a las caídas en Bolsa, más o menos significativas, que generalmente han acompañado el anuncio de las operaciones de compra de otras empresas, los valores españoles que han tomado posiciones en Europa han salido bien parados en sus cotizaciones.Todos, a excepción de Ebro Puleva, que adquirió la francesa Panzani por 337 millones de euros en febrero de este año, cuentan con que la cotización de sus acciones es superior antes de las compras. Y la de Ebro es prácticamente igual. También el mercado sigue penalizando al BBVA, pero su movimiento sólo tiene unos días de historia.En este sentido León Benelbas, presidente de Atlas Capital, señala que es necesario analizar el impacto 'caso por caso'. Pero añade que los inversores 'en términos generales perciben que es una buena oportunidad de crecimiento para la compañía a largo plazo. Es un modo de crear valor'.No obstante, advierte que 'en algunos casos puede registrarse un retraimiento inicial que se pago caro, pero a la larga, los accionistas están contentos'.También Javier Barrio, analista de Intermoney, señala que, después del impacto inicial, la reacción en los mercados bursátiles suele ser al alza. 'Depende de las operaciones', señala, 'pero creo que a medio plazo sí es positiva. Ahora ya no se compra a cualquier precio como antes de la burbuja. Y eso lo sabe en el mercado'.Cita, como ejemplo, el caso de la subida de Metrovacesa, pese a que esa inmobiliaria intenta adquirir una compañía mayor que ella con una significativa prima. Después de la reacción negativa del primer día, la cotización de Metrovacesa marcó máximos. Y en esa evolución ha tenido una influencia decidida el informe de Merrill Lynch sobre la operación. El banco de negocios estadounidense ha recomendado comprar acciones de la inmobiliaria española tras su oferta por Gecina.En opinión de Merrill Lynch, la operación se debería traducir en una revalorización de las acciones de Metrovacesa a medio plazo. Entre los argumentos que cita para apoyar esa previsión está la diversificación del riesgo que logrará la compañía que preside Joaquín de Rivero, al reducir el peso del negocio español. 'El apalancamiento de Gecina no nos preocupa, pues se podrá rebajar rápidamente con las ventas'.Respecto a la operación del BBVA, la última anunciada en Europa, los analistas estiman que podrá generar sinergías en costes y en ingresos, mientras que la dilución de los beneficios no será superior al 3%. Juan Garrido, de BPI, indica que en general 'hay una lógica de castigo por las incertidumbres, pero a medio plazo los valores se suelen recuperar'.

El capital riesgo lidera los movimientos hacia España

Además de la toma de control de Cantábrico por la eléctrica portuguesa EDP y la más lejana del Banco Zaragozano por el británico Barclays, los últimos movimientos de calado sobre empresas españolas han sido protagonizados por el capital riesgo. Y en algunas operaciones, estas sociedades han tenido éxito, aunque en otras no. No obstante, la lista de compañías que despiertan su interés crece cada día, incluso se dirige hacia empresas con elevado valor.Sobre compañías cotizadas y tras la compra de Parques Reunidos y su exclusión de Bolsa, llegó la avalancha de ofertas sobre Amadeus, la central de reservas áreas. Finalmente sus accionistas de referencia, las compañías aéreas Iberia, Air France y Lufthansa, aceptaron la opa de BC Partners, mientras que quedó desestimada la de CVC. Pero durante la pelea por la toma de control, sus accionistas vieron como sus títulos subieron casi un 25%, y es que el capital riesgo está siendo uno de los factores de dinamización de la Bolsa. La compra de Amadeus, que está valorado en más de 4.300 millones de euros, marca un récord en este tipo de operaciones en España.También en la batalla por hacerse con Aldeasa, las sociedades de capital riesgo han tenido un evidente protagonismo. Pero en este caso, la sociedad en la que participaba Mercapital quedó fuera de juego y la ganadora va a ser la italiana Autogrill. Asimismo, la firma de capital riesgo Advent International desistió de la opa sobre la totalidad del capital de Aldeasa que lanzó el pasado 24 de enero a través de sus empresas Dufry Holding y Dufry Investment. Además han existido otros movimientos, más o menos formalizados. Los tanteos han afectado a otras compañías como la operadora de móviles Amena. No obstante, los accionistas de Auna, holding propietario de la citada empresa, han rechazado hasta ahora las ofertas recibidas.Las sociedades de capital riesgo han encontrado también en España un buen hueco de actividad en empresas medianas, como Ballesol, Pepe Jeans o la cadena hotelera High Tech. Las dimensiones de gran parte del tejido empresarial español influye en las dos direcciones, como señala Javier Barrio, analista de Intermoney. 'A excepción de algunos sectores, como construcción, banca, energía y Telefónica, otras empresas del Ibex no tienen tamaño ni caja para abordar operaciones transfronterizas'. Tal vez las de comunicación en el futuro, 'pero todavía están creciendo dentro, y además algunas como Telecinco están participadas por grupos extranjeros'.Pero los rumores de operaciones de concentración, con participación de empresas españolas, sigue formando parte de la rumorología de los mercados bursátiles y del trabajo de los bancos de negocio. Y, entre esas transacciones está las que podría afectar a la petrolera Repsol YPF, que habría despertado interés en los últimos años de algunas de las grandes multinacionales, como la angloholandesa Shell, la británica BP o la estadounidense Texaco. Incluso en esa línea estaría también la francesa Total, que todavía tiene que solucionar sus contencioso como el SCH en Cepsa. Pero todos los analistas señalan que Repsol, al igual que otras grandes empresas españolas, está muy blindada, por lo que una operación hostil se enfrentaría a importantes obstáculos.La necesidad de diversificar posiciones, tanto de España hacia Europa como de las empresas europeas hacia España, es uno de los motores de esta estrategia, como señala Falgueras. Y destaca oportunidades que ahora se abren como la privatización de Electricité de France (EDF). 'Con estos movimientos se toma el protagonismo en el mercado europeo que se necesita'.

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