España, entre los mercados más baratos de viviendas turísticas
La costa mediterránea española se mantiene como uno de los destinos preferidos de los europeos que deciden comprar una residencia turística. Sus precios siguen siendo atractivos en términos comparados, pero las últimas subidas están desplazando a los compradores a Croacia, Polonia y Chequia.
El aumento de riqueza registrado durante los últimos años en toda Europa, el incremento de la oferta inmobiliaria y el bajo coste de los préstamos hipotecarios han provocado que un gran número de personas a nivel mundial adquieran una segunda vivienda o vivienda turística.
A esta coyuntura hay que añadir el hecho de que en los últimos años la propiedad residencial ha resultado ser una opción de inversión más rentable, sobre todo en los ejercicios de escasas ganancias de los mercados bursátiles, según sostiene un informe realizado por la consultora Knight Frank.
En este sentido, el estudio recuerda que debido al menor control cambiario de divisas, la proliferación de los viajes al extranjero y sobre todo la oportunidad de adquirir una vivienda a un precio mucho más bajo que en el país de residencia, el número de personas que deciden comprar una casa fuera de su país ha crecido espectacularmente.
Sólo en Gran Bretaña, el informe subraya que en 1994 aproximadamente 329.000 familias adquirieron una segunda vivienda, de las que el 28% se ubicaba fuera el país. En 2003, último ejercicio del que se tienen datos homogéneos, esa cifra había pasado a sumar 497.000 familias, de las que el 36% estaban en el extranjero.
La consultora concluye que en los últimos diez años la propiedad de segunda residencia en el extranjero por parte de las familias británicas ha aumentado a un ritmo del 10% de media anual, un volumen que los expertos consideran que se mantendrá en los próximos ejercicios.
Este creciente interés por la propiedad inmobiliaria en el extranjero ha creado una auténtica transformación en las zonas más demandadas, especialmente en las áreas costeras del 'cinturón del sol' de Europa, el Caribe, Florida, Australia y Sudáfrica. Así, Knight Frank pone como ejemplo de esta transformación la costa sur de España, donde el boom inmobiliario ha provocado el aumento del consumo de la zona y la mejora de sus infraestructuras. El estudio de la consultora pone de manifiesto cómo en la actualidad España sigue siendo uno de los destinos favoritos, por su clima y sobre todo por su relación calidad/precio, que es una de las más competitivas de Europa (ver tabla adjunta), prueba de ello es que algunos estudios sostengan que el 53% de los 3,8 millones de segundas residencias que existen en España estén en manos de extranjeros.
No obstante, algunas asociaciones de promotores españolas advierten que se está produciendo cierto trasvase de inversores desde zonas donde los precios han alcanzado niveles ya próximos a otros destinos europeos, como es la costa del sol, a otros mercados de los denominados 'emergentes', como Croacia, Chequia, o Polonia. Prueba de este fenómeno es lo ocurrido en 2004 en Marbella, donde el mayor número de transacciones se ha concentrado en apartamentos de nivel medio (entre 240.000 y 360.000 euros) frente a lo que ocurría en años anteriores, cuando lo más demandado eran villas a partir de 500.000 euros.
El IFO descarta una burbuja
La existencia o no de una burbuja inmobiliaria continúa suscitando debate entre los expertos internacionales.Frente a los mensajes más alarmistas de organismos como la OCDE, el FMI, el BCE y también el Banco de España, el Instituto alemán IFO de Investigación Económica concluye en el estudio elaborado conjuntamente con el Centro de Estudios Económicos de la Universidad de Munich (Cesifo) que 'no se puede aseverar que exista en estos momentos una burbuja inmobiliaria en Europa'. La clave está, para esta organización, en los bajos tipos de interés.'Ni los precios de las viviendas son inasequibles para los hogares con rentas medias, ni se puede afirmar que los precios de las casas estén muy alejados o sean diferentes a los de otros activos', asegura el informe.De hecho, el estudio va más lejos al afirmar que 'aquellos que concluyen que sí existe burbuja o que los precios inmobiliarios están sobrevalorados en un 20% no tienen base científica que lo pruebe, aunque, en cualquier caso, puede que estén en lo cierto', añade el Cesifo.