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Santiago Grisolía

'Todavía invertimos poco en investigación básica'

El investigador Santiago Grisolía analiza los beneficios económicos y en investigación en los que se traduce el convenio de cofinanciación del CSAT y el Banco de Líneas Celulares Valenciano

Pregunta ¿Hasta qué punto impulsará este hecho a la Comunidad Valenciana como región investigadora equiparable a otras que ya han lanzado iniciativas similares, como Cataluña y Andalucía?

Respuesta Creo que va no sólo a equipararse, sino que va muy adelantada, por dos razones. Primero, porque el centro es la extensión del antiguo Instituto de Investigaciones Citológicas (que yo he dirigido muchos años). Y segundo porque pasa de ser un pequeño centro a un centro que tiene 30.000 metros cuadrados, una nueva estructura tanto física como personal, porque allí se trasladan no solamente los miembros del antiguo Instituto, sino también nuevas personas, incluyendo el grupo del doctor Simón, que es quien tiene dos líneas celulares ya en marcha y creo iba ya muy adelantado. Sin duda alguna, creo que somos líderes.

P Según la Generalitat, Sanidad aportará al centro 9 millones de euros en 4 años y el Gobierno regional, 133. ¿Es un presupuesto suficiente para hacer de Valencia una zona líder?

El capital riesgo prácticamente no existe en la investigación española

R Nunca hay suficiente. Creo que es un inicio, pero si vamos a tener un centro en el que van a trabajar unos 300 trabajadores, pues va a costar bastante dinero, aunque la idea fundamental es hacer convenios con la industria.

P Usted ha afirmado que el presupuesto que destina España a investigación no se corresponde con el nivel de sus científicos.

R Lo he dicho muchas veces y, además, es verdad, porque actualmente tenemos científicos jóvenes como no ha habido nunca, son muy buenos. Cualquier país que se queda un poquito estancado en esta área, le va mal.

Ahora estoy muy ilusionado porque el señor presidente del Gobierno ha dicho que va a aumentar mucho el porcentaje de PIB destinado a investigación, pero lo que me preocupa es que no se dice exactamente qué porcentaje de I+D va para investigación básica. Todavía estamos muy bajos en inversión en investigación respecto al puesto que nos corresponde. Aunque se ha aumentado, no se ha hecho de la forma que debería.

P ¿Cuál cree que va a ser el impacto económico que tendrá la investigación con células madre en España?

R Creo que este tema, como el de terapia génica ha recibido más atención mediática que cualquier otro, y no hay que dar expectativas inmediatas porque los científicos son humanos, y tienen sueños y deseos, y muchas veces sus deseos son más esperanza que realidad. Los descubrimientos científicos tardan bastante tiempo en llegar del laboratorio a la clínica.

Yo creo que tendrá un éxito grande, tanto la terapia génica como la investigación con células madre embrionarias. Pero la célula es mucho más complicada de lo que pensamos.

P ¿Hay números concretos de la aportación que traerá este tipo de centros e investigación a España?

R Lo que intentaremos es, naturalmente, atraer masa a todos los niveles. Nuestro papel es no solamente hacer ciencia, sino también pedir para que se pueda hacer ciencia, y cada vez es más cara, así que también es necesario que los científicos hablen muy claro.

P Salvo contadas excepciones, las iniciativas en este campo son públicas. ¿Por qué falta implicación del sector privado?

R Ese es uno de los grandes problemas que tiene España. Por ejemplo, el capital riesgo prácticamente no existe. En ciencia usted hace muchos experimentos y la mayor parte no funciona, alguno de vez en cuando sale muy bien. Creo que ese espíritu hay que tenerlo presente en entidades crediticias, pero también personas que tienen suficiente dinero y que deben de devolver un poquito a la sociedad.

P Un catedrático de Fisiología le dijo una vez: 'Salga usted de España y búsquese el futuro'. ¿Le diría lo mismo ahora a un joven investigador español?

R Bueno, yo creo que siempre es bueno salir y ver otros laboratorios. Lo que es muy importante es que también tengan después un sitio y oportunidades para cuando quieran volver.

P ¿Y cree usted que la ciencia o la Administración española se esfuerzan en facilitar esa vuelta?

R Creo que algo ha sido posible a través de las becas Ramón y Cajal. A don Severo Ochoa se le criticó mucho porque decía que la universidad era elitista en el sentido intelectual. Y es que lo es, y lo tiene que ser: hay gente que tiene gran capacidad y otra que no tiene gran capacidad o interés en la ciencia. Creo que lo más importante es calidad, más que cantidad, y también es conseguir, como decía Ernest Lluch, una especie de oasis en muchos sitios para después unirlos y formar un vergel. Es lo que yo creo que España tiene que hacer porque uno de los defectos grandes españoles ha sido que los grupos de investigación han sido muy pequeños, creo que de 1,9 personas por grupo, y así no puedes competir a nivel internacional. Se necesita cooperar más entre estos grupos y personas para que se formen grupos un poco mayores.

P ¿Le parece que las células madre van a acabar proporcionando repuestos de órganos, no sólo de tejidos?

R Esa es una de las cosas, para mí, más interesantes porque la veo muy difícil. Reproducir las células, creo que eso no va a dar problemas, sin duda alguna, antes o después; construir un órgano, como tal, es mucho más difícil.

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