La filial británica vuelve a beneficios después de dos años en números rojos
Tras dos años de pérdidas, Abbey ha vuelto a los números negros, pero con nueva fachada pintada de rojo tras la incorporación del logotipo con la llama emblemática de su matriz, el Santander Central Hispano.
Los 8,5 millones de libras (12,3 millones de euros) que gastará Abbey en adoptar la imagen de su nuevo propietario representa el único lujo permitido por Francisco Gómez-Roldán, consejero delegado de la entidad británica, dentro del programa de reestructuración de los próximos tres años. Abbey obtuvo un beneficio atribuible de 46,4 millones de euros el año pasado, frente a un déficit de 1.100 millones en el ejercicio anterior, tras contabilizar unos gastos extraordinarios de 818 millones de euros.
Gómez-Roldán, en la presentación de las cuentas, habló sin pelos en la lengua: Abbey sigue perdiendo cuota de mercado en el negocio hipotecario, tiene un ritmo de rotación del personal del 17% frente a un promedio del 12% en el resto de la banca británica, y un ratio de costes superior al de cualquiera de sus competidores. Pero 'la recuperación del banco ya ha comenzado', afirmó.
'Nos hemos fijado el objetivo de recortar los gastos en 435 millones de euros e incrementar los ingresos en 217 millones para 2007', explicó Gómez Roldán. Las prioridades en el futuro inmediato consisten en potenciar la venta cruzada de productos y ganarse la fidelidad de los clientes.