Una mirada crítica a la civilización del turismo
'Conozca el increíble mundo del trabajo asalariado', apúntese a un 'crucero de una semana por el centro comercial', '¿Ha visto alguna vez las ruinas del Nasdaq?'. En una réplica del turismo actual, la exposición Clase turista, viaje por la civilización del turismo inaugurada hoy en la Casa Encendida en Madrid (Ronda de Valencia, 2) presenta el futuro de esta forma de ocio desde sus orígenes.
Del mismo modo que un museo de historia prepararía una exposición sobre la civilización maya, el centro de la obra social de Caja Madrid ha optado por la civilización turista. La muestra, comisariada por GEA 21 y diseñada por Rafael Zarza, estará abierta hasta el 1 de enero.
El recorrido se inicia con unos paneles con frases del tipo 'el tiempo es oro' acuñadas en el siglo XIX para ensalzar el trabajo. La última, 'el motor de la historia es la lucha de clases', de Karl Marx, da pie a presentar la playa como ese lugar donde sí es posible el mundo sin clases. Nace la civilización turista.
A partir de ahí, la exposición sigue en un recorrido parco en expresividad visual, pero que a través de textos de gran calidad invita a la reflexión. La intervención del Estado en el ocio, Benidorm como paradigma de playa que cede ante el ladrillo, los destinos de pobreza y el turismo sexual son algunos de los hitos de esta cultura.
Como toda civilización, explica la comisaria Begoña Pernas, la turista también está llamada a extinguirse. La muestra inicia así su fin con un área dedicada a la arqueología donde se imaginan las ruinas de Benidorm. Tras el fin, el renacer: 'El mundo incluido' y ofertas como 'viaje de novios en playa artificial. Disfruta de una luna de miel sin las complicaciones del matrimonio'.
La calidad de los textos elaborados y seleccionados (el libro Mediterráneos de Rafael Chirbes es una referencia) tienen su reflejo en un catálogo que más de uno devorará con tanto o más interés que con el que se recorre la exposición.