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Deuda pública

El precio del bono a 10 años se acerca a los niveles máximos de hace seis meses

La deuda pública a largo plazo no termina de corregir. El precio del bono a 10 años de Estados Unidos y Europa ha subido en las últimas semanas a niveles de marzo, cerca del máximo del año. El rendimiento, que se comporta de manera inversa al precio, casi ha caído por debajo del 4%.

En un escenario típico de recuperación económica, con tensiones inflacionistas y perspectivas de subidas de tipos de interés oficiales, la deuda a largo plazo debería registrar subidas del tipo de interés y descensos de precio. Sin embargo, lo irregular de la presente recuperación, llena de datos económicos contradictorios y mucha incertidumbre, ha provocado un comportamiento anómalo de la renta fija.

Anómalo porque el rendimiento del bono a 10 años, tanto en Europa como en Estados Unidos, ha caído hasta su nivel más bajo en seis meses. El bono español, por ejemplo, cerró ayer a 4,025%, tras alcanzar en el mes de junio un máximo anual del 4,493%. El descenso, con la consiguiente subida de los precios, se aceleró en agosto.

'El mercado esperaba que sucediera todo lo contrario', afirma Paulino Sánchez-Escribano, gestor de renta fija de DWS Investments. Este experto achaca lo sucedido a varios factores, pero en especial a la ralentización del crecimiento que han sufrido desde el verano las economías de EE UU, Japón y China. Ramón Esteruelas, director de clientes institucionales de ING Investment Management coincide con este diagnóstico: 'Ni las empresas están aumentando las inversiones ni el empleo es fuerte. Hay datos contradictorios que mantienen los niveles actuales de la deuda'.

Otro factor determinante es la evolución de los precios. La inflación parecía desbocada en los primeros trimestres del año, pero se ha mantenido bajo control, lo cual ha alejado las perspectivas de subidas de tipos oficiales, que los analistas entienden que subirán a menor ritmo.

El papel de los bancos centrales asiáticos, que han comprado deuda de EE UU para mantener sus divisas a niveles bajos, ha contribuido a mantener los precios de la deuda a niveles elevados.

En espera de una rotación hacia la renta variable

Existe unanimidad. El rendimiento de la deuda a largo plazo tendrá que subir antes o después y los precios tendrán que caer. La última encuesta de Merrill Lynch refleja que la mayoría de los gestores de fondos, un 58%, estima que el mercado global de renta fija está sobrevalorado, mientras que un 31% opina que su valoración es correcta.Esa misma encuesta pone de relieve que el 60% de los gestores globales tiene pensado infraponderar la renta fija en sus carteras. Un 43% tiene intención de elevar la presencia de renta variable en las mismas.El problema, la razón por la que aún no se ha producido esa rotación hacia la Bolsa, es que hay demasiada incertidumbre en el mercado de valores y la tendencia no está clara todavía.La subida de los precios por el alza del petróleo se ha transformado en costes para las empresas, pero no se ha traducido en subidas de precios de los productos finales. 'Esa subida de precios se ha transformado al final en una caída de márgenes para las empresas', explica Paulino Sánchez-Escribano, de DWS Investments.A falta de una tendencia clara en las Bolsas los inversores observaron potencial en la renta fija en los niveles del mes de junio. Los analistas esperan un giro a peor para los bonos, pero quizás no una subida drástica del rendimiento como la del mes de abril, que se saldó con una subida del rendimiento desde un mínimo del 3,929% a un máximo de 4,493% en menos de tres meses.

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