El final del saneamiento
Tras el pinchazo de la burbuja tecnológica bancos de inversión, analistas y agencias de calificación tocaron a rebato: había que purgar los excesos del pasado materializados en unos niveles de endeudamiento nunca vistos hasta entonces. Las empresas captaron el mensaje y se pusieron manos a la obra. Así, las compañías del Ibex 35, sin incluir a los bancos, que presentaban una deuda conjunta a 31 de diciembre de 2001 de 113.899 millones de euros, fueron reduciendo la carga de sus compromisos financieros de forma ininterrumpida durante cuatro semestres seguidos.
Esta purga, sin embargo, parece haber tocado a su fin puesto que la deuda financiera neta -entendida en términos contables como la suma de los acreedores a largo plazo, más las deudas con las entidades de crédito a corto plazo, menos las inversiones financieras temporales y la tesorería- de las compañías incluidas en el selectivo sólo se ha reducido en un exiguo 0,2% de enero a junio de este año, hasta situarse en 86.275 millones. Aún así, la limpia de los balances en los últimos dos años ha sido muy importante, hasta totalizar los 27.624 millones de euros, casi el equivalente, por ejemplo, a la capitalización conjunta de Repsol YPF y Gas Natural.
'Asistimos a un proceso de normalización en torno a la deuda', señala Jordi Falgueras, jefe de análisis de Gaesco Bolsa. 'Después de la obsesión por la calificación crediticia, ha desaparecido el miedo entre empresas e inversores a la deuda, gracias al fuerte saneamiento acometido, al ritmo de crucero que han adquirido los resultados empresariales, sobre todo el flujo de caja, y a los bajos tipos de interés', añade.
'Después de la obsesión por el 'rating', empresas e inversores han perdido el miedo a la deuda'
Ignacio Chacón, responsable de estrategia de Ibersecurities, comparte esta opinión y cree que si se tiene en cuenta el actual ciclo monetario es lógico que las empresas empiecen a endeudarse. 'Con la recuperación económica actual tiene sentido pensar que la parte larga de la curva de tipos, que es donde se financian las compañías, empiece a repuntar. Por lo tanto, si me voy a endeudar será mejor hacerlo ahora que cuando me cueste más dinero', según Chacón. 'El único factor que puede desestabilizar esta ecuación es el precio del crudo, que podría posponer subidas de tipos si se desacelerara el crecimiento económico'.
Los expertos señalan que para una compañía puede ser tan negativo tener mucha deuda como muy poca. 'Lo importante es tener un balance equilibrado. Si el nivel de deuda es muy pequeño podría llegar a penalizar la rentabilidad de la compañía. Con los tipos al nivel actual es difícil encontrar empresas que sólo recurran a la autofinanciación para sufragar compras e inversiones', explica Falgueras.
Un error que comenten con frecuencia los inversores, según los analistas, es fijarse sólo en el monto total de la deuda para tomar sus decisiones de inversión. Si se quiere saber el grado de solvencia de una empresa hay que comparar su deuda con otras variables para saber si existe o no el riesgo de que incurra en suspensión de pagos. En este sentido, la generación de caja es básica.
El ratio que compara la deuda con el Ebitda indica el número de años que le llevaría a una empresa limpiar su balance con su flujo de caja actual. De acuerdo con este parámetro, Telefónica, Endesa o Iberdrola, no serían las más apalancadas, pese al monto total de su deuda, sino Metrovacesa (tardaría más de siete años en purgar la deuda con su cash flow actual), Unión Fenosa y Red Eléctrica.
En el primer semestre de este año, 14 de las 24 empresas no financieras del Ibex 35 con deuda, el 58% del total, han aumentado sus compromisos financieros en relación al endeudamiento que tenía a 31 de diciembre pasado. Las que más han elevado su deuda han sido Repsol YPF, ACS y Acciona. En el lado contrario, las empresas que más han aliviado sus balances en el semestre han sido Arcelor, Telefónica y Altadis.