Deutsche Bank, Merrill y una gran constructora impulsan el superpuerto de Galicia
Catorce socios respaldan ya el proyecto de superpuerto de Galicia, entre ellos Deutsche Bank, Merrill Lynch, Sea Container, Sonatrach y uno de los grandes grupos constructores españoles. La sociedad promotora acaba de solicitar a Fomento autorización para llevar a cabo la obra, que crearía el segundo puerto de Europa, capaz, además, de servir de refugio a barcos en apuros.
El proyecto de superpuerto para el Noroeste de España, una gran infraestructura con uso simultáneo como refugio de barcos que debería evitar catástrofes como la del Prestige, ya tiene definido su elenco de socios: catorce entidades internacionales y nacionales, entre ellas el Deutsche Bank, Merrill Lynch, el operador Sea Container, Sonatrach y una gran constructora española. Todas ellas, junto a Sole Trading, Energi E2, Cinergy Global Power/ TXU, además de otros grupos nacionales que prefieren permanecer en el anonimato, y algún inversor individual, como Manuel Casal Pita, que es el ingeniero naval autor y diseñador del proyecto y uno de los fundadores, son los promotores potenciales del llamado Superpuerto Ártabros, cuya ubicación prevista es la ría de Ares, justo al norte de A Coruña.
Estos socios han comunicado por escrito su compromiso para entrar en el proyecto en el momento en que se obtengan las preceptivas autorizaciones por parte del Estado.
Definido el abanico de accionistas, la sociedad promotora del superpuerto elevó el pasado 13 de mayo al ente público Puertos del Estado la solicitud para la construcción de la infraestructura. Los promotores esperan contestación de la Administración el próximo mes de julio, según explica Manuel Casal.
En la solicitud se adjuntan los estudios preliminares de carácter técnico, económico, financiero y ambiental del proyecto, denominado 'Ártabros' en recuerdo de los primitivos pobladores de la zona.
Los promotores solicitan una concesión del Estado por 40 años de un tramo de costa entre Punta Coitelada y las islas Miranda, espacio que abarca casi 6,5 kilómetros de litoral, con el fin de construir y explotar el segundo puerto en importancia de Europa.
Si se ejecuta, sería el primero de entrada y último de salida del Viejo Continente en las rutas marítimas, con aguas profundas (27 metros de calado) y apto para todo tipo de buques, operativo todos los días del año durante las 24 horas, sin restricciones de mareas, a espalda de los astilleros Izar y diseñado con criterios de desarrollo sostenible, según Casal.
Además está previsto como puerto refugio (defensa contra nuevas averías y catástrofes) puesto que contempla dos diques con barco-puerta de cierre.
Este puerto ha chocado con la reticencias de la anterior Administración central, más partidaria de ampliar el puerto de A Coruña.
Una inversión privada de 1.200 millones de euros
La explotación y la inversión del superpuerto sería 100% privada y se llevaría a cabo en dos fases, cada una por un periodo de 2 años. La ejecución del puerto en sí conlleva un desembolso de 420,7 millones de euros. Si se suman los accesos, instalaciones y superestructura se alcanzará una inversión total de 1.202 millones.El esquema financiero prevé un 30% de capital social, y el resto mediante préstamos a largo plazo, y no se prevén subvenciones de los fondos estructurales o de cohesión. El plan económico prevé que en el año de finalización de la construcción (2009) se alcance un movimiento de 7.250 buques y 80 millones de toneladas de mercancías, lo que posibilitará obtener cash-flow positivo en dicho año y una rentabilidad para el periodo de la concesión del 11%. Las inversiones resultan relativamente bajas, según la promotora, porque apenas se necesita dragar, se aprovecha la roca de la costa para relleno, y no precisa grandes escolleras por ser la ría bastante abrigada.