Los robos y errores cuestan cada año 6.000 millones
Artículos de perfumería, alimentos envasados, música y películas, prendas de ropa, relojes, joyas, CD, cintas de vídeo y DVD y hasta ropa interior. El autoservicio como forma de distribución comercial, con la desaparición del mostrador y la exposición libre de las mercancías, ha convertido muchos de estos productos en una tentación irresistible para clientes reticentes a pasar por caja y empleados aficionados a cobrarse parte del salario en especie.
Pese a las medidas de seguridad en las grandes cadenas de distribución, éstas afrontan cada año cuantiosas pérdidas por culpa de lo que los contables denominan pérdidas desconocidas (la diferencia entre los ingresos financieros teóricos de un negocio a partir de los datos del inventario y las ventas, y los ingresos reales que ha tenido el negocio).
Se producen, sobre todo, por hurtos no identificados tanto de clientes como de empleados, pero incluyen también todo tipo de errores administrativos no intencionados, como roturas y deterioro de productos, errores de precio e identificación de productos, etc.
Dos profesores del IESE, José Luis Nueno y Pedro Videla, han estudiado el fenómeno y cifran en 6.000 millones de euros anuales su coste directo o indirecto en España.
Aseguran que 'la pérdida desconocida esconde un problema de eficiencia que no sólo afecta a los distribuidores finales, sino que se transmite a lo largo de toda la cadena comercial, con importantes repercusiones para fabricantes y consumidores, ya que en determinadas ocasiones se repercute sobre el precio final de algunos productos'. En otros casos, estos costes son absorbidos en parte por el canal o el fabricante.
Los autores sostienen que 'las estimaciones realizadas hasta ahora subestimaban la verdadera magnitud del problema'. El coste global repercute en todos los eslabones de la cadena de distribución, al extremo de que los costes indirectos pueden superar incluso las pérdidas directas. El estudio desarrollado con la colaboración de Checkpoint Systems, demuestra que el hurto externo, es decir el que es provocado por personas ajenas a la empresa representa el 28% del total, mientras que el interno, producido por empleados de la propia organización es el 44%. Los errores administrativos, las roturas y el deterioro de productos, los errores de precios e identificación de productos, suponen el 28% del total.
Los fabricantes llegan a incrementar hasta un 60% de media sus costes debido a los hurtos.