Analogías financieras tras el 11-M
El análisis técnico examina las series históricas en un intento de establecer reglas de contratación de activos financieros, tratando de maximizar beneficios y minimizar el riesgo de pérdidas. La idea básica es que los precios se mueven en tendencias que se determinan por las actitudes de los inversores frente a una variedad de fuerzas económicas, monetarias, políticas y psicológicas.
Las encuestas realizadas entre los operadores de mercados señalan que a corto plazo (menos de una semana), el análisis técnico predomina sobre el análisis fundamental en las decisiones de transacción. De hecho, existe una considerable cantidad de trabajos que han respaldado la relevancia de las reglas técnicas de contratación, si bien ha limitado su atención casi exclusivamente a reglas lineales de medias móviles. Sin embargo, los operadores utilizan muy a menudo otros métodos gráficos que son altamente no lineales y demasiado complejos para expresarse algebraicamente. En este sentido, existe una metodología no lineal (conocida como similitudes análogas) que constituye una generalización de este tipo de métodos gráficos más complejos y cuya idea fundamental consiste en la selección de segmentos en el pasado de la serie similares al último segmento disponible antes de la observación que queremos analizar.
Hemos aplicado esta metodología no lineal a la serie temporal del Ibex 35 con el propósito de examinar el impacto de los salvajes atentados del 11-M. Se trataría de explotar su capacidad a la hora de identificar episodios anteriores análogos (al menos desde el punto de vista de la evolución de los mercados financieros) a las últimas observaciones disponibles.
Los resultados obtenidos sugieren que, durante la semana del 15 al 19 de marzo (y a partir de información desde el día 11), el mercado habría identificado fundamentalmente una serie de analogías similares en el pasado de la serie en torno a un conjunto de fechas relevantes que podemos agrupar en dos grandes categorías.
Por una parte, se obtienen similitudes análogas relacionadas con el denominado riesgo geopolítico, entre las que destacan el comportamiento registrado tras los atentados de Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001; la invasión de Kuwait por Irak en agosto de 1990 con su impacto negativo en el precio del petróleo; la crisis de los Balcanes a principios de 1994, que registra una escalada bélica en el continente europeo sin precedentes desde la II Guerra Mundial; la ofensiva diplomática lanzada por EE UU para recabar apoyos de cara a un ataque a Irak en el verano de 2002, y el comienzo del conflicto bélico contra Irak en marzo de 2003.
Por otra parte, se identifican otro grupo de similitudes asociadas con crisis financieras acaecidas el último decenio, entre las que sobresalen el inicio del estallido de la burbuja tecnológica en marzo de 2000 que coincidió con los comicios que dieron la mayoría absoluta al PP, las turbulencias financieras en el sureste asiático en verano de 1997 y la crisis rusa de agosto de 1998.
Además, hemos analizado la conducta en el Ibex 35, a partir de la información contenida en dichos grupos de similitudes, calculando los rendimientos en los 5, 10, 15, 50 y 100 días posteriores desde el último día identificado en cada uno de esas ocurrencias análogas detectadas. Se trataría de proyectar mecánicamente los valores observados en los patrones descubiertos con el fin de inferir el probable comportamiento futuro del Ibex 35 a partir del día 10 de marzo de seguirse el curso marcado por cada uno de esos acontecimientos semejantes en el pasado.
La media de dichas proyecciones sugiere un alza generalizada en los rendimientos del índice (0,53%, 1,5%, 1,6%, -0,0137% y 5,27%, respectivamente) a partir del 10 de marzo. Pero si volvemos a calcular los rendimientos en los 5, 10, 15, 50 y 100 días posteriores, esta vez distinguiendo entre las similitudes relacionadas con el riesgo geopolítico y aquellas asociadas con crisis financieras, obtenemos que en el primer caso los rendimientos se situarían, respectivamente, en 2,55%, 6,14%, 6,65%, 7,59% y 9,62%, mientras que en el segundo caso serían -2,49%, -5,46%, -5,99%, -11,42% y -1,26%, respectivamente.
Así pues, el panorama que dibujan estos futuros virtuales construidos a partir del comportamiento posterior de los patrones análogos detectados en el pasado difiere notablemente. En el primer caso se reproduciría el comportamiento experimentado en los atentados terroristas ocurridos desde el 11-S (caída inicial y recuperación de los niveles previos entre cuatro y seis semanas), mientras que en el segundo caso generarían repercusiones mucho más profundas y graves en el índice, necesitándose mucho más tiempo para recuperar niveles anteriores al 11-M.
Dado que la reacción efectivamente observada en los cinco primeros días desde el 10 de marzo indica una caída del Ibex 35 de un -4,25% (incrementada al final de la semana en un -5,12%), parece que el comportamiento del Ibex se asemejaría más al patrón derivado de las analogías basadas en las crisis financieras que en las relacionadas con el riesgo geopolítico, por lo que dicho comportamiento estaría guiado más por los fundamentos económicos que por el impacto de los atentados y por el miedo a que el terrorismo indiscriminado se extienda por Europa.