El dilema de elegir colegio
Hay que sembrar para recoger frutos'. Alfredo Rodríguez Sedano, profesor de Educación de la Universidad de Navarra, cree que ésta es la mentalidad que debe guiar a los padres al elegir colegio. La dificultad reside en reconocer qué tipo de educación se quiere, porque no es lo mismo educar para el mundo en que vivimos que hacerlo para el mundo que debería ser.
Rodríguez Sedano cree que 'no es suficiente enseñar a los niños a adaptarse' y defiende 'cultivar las virtudes necesarias -junto con la adquisición de conocimientos- para transformar el entorno en el que van a desenvolverse'.
No hay recetas ni respuestas mágicas y no todo depende de la factura del colegio. Pedagogos, psicólogos y filósofos coinciden en las dificultades de objetivar las características de un buen centro y recomiendan a los padres huir de rankings y estereotipos. En lo que coinciden es en que la enseñanza no es una mera cuestión de transmisión de conocimientos científicos y académicos. Su valor tiene mucho más que ver con la configuración de la personalidad, con el desarrollo de los recursos de los niños, siempre de acuerdo con su distinto temperamento. A grandes rasgos, consideran que tener una idea clara sobre el proyecto educativo, un buen equipo de profesores y la atención personalizada son requisitos de cualquier centro que se precie, además de condiciones para 'una buena siembra'.
'Los padres reciben mensajes confusos que les crean sentimiento de culpa'
'Los padres están recibiendo mensajes muy contradictorios que, con frecuencia, los dejan confusos y con sentimientos de culpabilidad', explica el catedrático de filosofía José Antonio Marina. El filósofo recomienda 'no obsesionarse demasiado'. 'Las madres trabajadoras se sienten culpables, pero las investigaciones más solventes dicen que el que los niños estén en guarderías, o que las madres trabajen, no es necesariamente un perjuicio para sus hijos. Puede ser, incluso, provechoso', subraya Marina. 'Lo importante es que los padres sepan que no pueden educar sin la ayuda de los profesores, y que los profesores tampoco pueden hacerlo sin los padres'. En cualquier caso, las opciones para elegir colegio público son limitadas, a menos que la familia decida cambiar su domicilio en función de las preferencias escolares. Así que si ninguno de los colegios de la zona convence, hay que estudiar la oferta de centros privados.
'Cualquier centro educativo, por su misma naturaleza, debe aspirar a la excelencia, sea de la titularidad que sea, y tener muy claro su proyecto escolar', resume el profesor de Navarra, quien afirma que 'sólo una educación individualizada permite que cada alumno tenga conciencia de su propia identidad para no ser inhibido posteriormente en la sociedad plural'. Esa educación personalizada no depende tan sólo del número de alumnos por aula. Es cuestión de que el profesor, cuando imparte clase, sepa individualizar a las personas que tiene delante.
El mejor consejo para los padres es, por tanto, tener información de primera mano sobre el centro donde quiere llevar a sus vástagos, con entrevistas a sus responsables y equipo docente para intuir si cumplen los requisitos mencionados. Que el colegio proporcione un acceso fácil es un buen comienzo.
Trámites y plazos para las matrículas
Como muchas cosas en la vida, el bolsillo suele ser un filtro implacable en el número de opciones a gusto del consumidor. En España hay 21.752 centros, desde infantil a bachillerato y formación profesional. De ellos, 15.621 son públicos y 6.131 privados. Este curso hay 6.876.515 niños y adolescentes escolarizados. El 67,4% estudia en colegios públicos y el 32,6% en centros privados (incluidos los que cuentan con aulas concertadas).Elegir un colegio público o concertado es más difícil, ya que la admisión viene determinada por criterios como la cercanía del domicilio o lugar de trabajo de los padres al centro escolar o el hecho de tener hermanos en el centro. Los trámites y requisitos los fijan las comunidades, pero en general, lo normal es ir a los colegios de la zona antes de que acabe el curso para solicitar plaza (generalmente abril o mayo). Tiene que darse más prisa si ha optado por un colegio privado y está dispuesto a gastar entre 200 y 1.000 euros al mes, la horquilla de precios de las escuelas privadas.En muchas, la demanda es muy superior a la oferta y es difícil entrar. Los plazos de apertura de matrícula varían mucho. Pero, en general, se abren en torno a febrero o marzo.
El debate. Opciones para idearios y bolsillos
Público o privadoLos expertos aseguran que la titularidad no determina la calidad. 'El buen colegio es su equipo docente', opina la catedrática de psicología de la UNED, María Victoria del Barrio, quien cree muy bueno que 'el niño se eduque en un ambiente con amplia representación de la pirámide social'. 'Saber convivir en distintos ambientes sociales y culturales es muy enriquecedor y se puede asegurar una buena formación si se individualiza a las personas. Eso no depende de lo público o lo privado', añade Sedano.Bilingüe'Educación bilingüe antes de los seis años siempre que se pueda'. Es una recomendación general. Claro que los colegios bilingües son todavía una opción reservada a algunos bolsillos. Lamentablemente, en España la educación bilingüe en colegios públicos es, de momento, sólo una promesa electoral. La demanda de plazas para el Colegio Alemán, el Británico, el King's College o el Liceo Francés se dispara cada año y suele ser difícil entrar. La inscripción es en febrero y marzo y, los precios, de los más altos.Religioso o aconfesionalEl director de uno de los centros de Madrid que hace gala de su aconfesionalidad, cuenta que padres del Opus Dei se han dirigido a su centro para pedir plaza. ¡Error! en su opinión ya que los padres deberían conocer muy bien el ideario de la escuela y éste concordar con el de la familia. No conviene confundir a los niños con distintos códigos. La oferta religiosa es amplia y aumenta el número de centros concertados. Siguen las reglas de admisión de los públicos y es casi gratuita la enseñanza.Disciplina y Libertad'No hay libertad sin orden ni orden sin libertad', decía uno de los grandes liberales del siglo XIX. En general es una idea que resume bien la tensión educativa que se vive en muchos centros entre disciplina y libertad. El filósofo José Antonio Marina recomienda a los padres informarse sobre la idea de disciplina que tiene el colegio. 'No hay que pasarse, pero tampoco abdicar', recomienda. En colegios liberales y de mentalidad abierta como el Base aseguran: 'Si pillamos un porro en clase, el alumno va fuera'.