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CincoSentidos

De profesión, moroso

Puede ser ese vecino respetable que cuida con esmero el jardín, un miembro de su club social, un empresario de su localidad o incluso alguien de su familia. Las entidades financieras, las compañías telefónicas, las aseguradoras y los comercios de lujo les conocen bien. Son los profesionales del descubierto, morosos crónicos que no pagan sus cuentas bien porque pretenden vivir por encima de sus posibilidades o bien porque se creen lo suficientemente hábiles como para burlar el sistema. 'Conocemos por experiencia a este tipo de cliente, aunque no siempre es fácil detectarlo. Es gente que sólo paga cuando está tan cogida que no le queda otro remedio', explican fuentes del departamento de recobros de una entidad bancaria. Así, según un estudio publicado por Foro Financiero de Expertos en la Red, entre el 35% y el 50% de los impagos en el mercado son deliberados y no están relacionados con la falta de liquidez del deudor.

A menudo se trata de empresarios solventes que pagan puntualmente los créditos de sus compañías y las cuentas de sus proveedores y, al mismo tiempo, dejan sin pagar o retrasan lo indecible los préstamos y créditos personales. 'Dejar de pagar a un banco para estas personas parece que duele menos. Suelen pagar a los bancos que financian las empresas que les van bien y dejar pufos en cosas menores', reiteran las mismas fuentes bancarias, que piden mantenerse en el anonimato. Otra práctica habitual, explican, es la de constituir entramados de sociedades que oculten el patrimonio y permitan alegar insolvencia cuando se reclaman las deudas. En ocasiones, la tapadera consiste en transmitir esos bienes a amigos o familiares por un precio irrisorio o lo suficientemente discreto como para no levantar sospechas.

Utilizar a la familia

No sólo eso. Utilizan la enorme competencia que existe en el mercado y van pasando de una empresa a otra cuando la anterior les cancela la línea de crédito o el servicio que han contratado y no han pagado. Incluso llegan a valerse de sus propios familiares. Así lo pone de manifiesto Luis Salvaterra, director general de Intrum Justitia, una empresa multinacional con sede central en Suecia especializada en el cobro de deudas a morosos y que tiene como clientes a compañías de seguros, eléctricas, bancos y empresas de telefonía entre otras.

'Algunos llegan a utilizar el nombre de sus familiares y hay casos en los que cambian el suyo propio alterando el orden de los apellidos', explica Salvaterra, quien reconoce la dificultad de cobrar las deudas. 'Intentamos cobrar por todos los medios posibles, pero es muy complicado, ya que existen pocos métodos de presión', añade. Y es que, como señala Salvaterra, 'si una persona tiene la intención de no pagar, pondrá todos los impedimentos para no hacerlo, ya que es muy difícil obligar a estos profesionales de las deudas'.

'Evidentemente muchas veces conseguimos cobrar las deudas, pero tenemos que meternos en procesos judiciales y desmontar lo que esta gente crea para protegerse', señalan fuentes de una entidad bancaria.

Bancos y tiendas de lujo señalan que a menudo tienen que lidiar con personas que utilizan su nombre o sus influencias para obtener un trato de favor o, directamente, para no pagar sus facturas. 'Hay algún famoso, aunque evidentemente son excepciones, que, cuando aparece por la puerta de los bancos, saltan las alarmas', señalan en otra entidad. Otras veces son altos empresarios que se presentan dispuestos a pagar, pero no toda la deuda, sino sólo una parte. 'Les dices que no puede ser y te amenazan con que recibirás instrucciones muy pronto. No pretenden dejar de pagar, pretenden pagar menos'.

Los agujeros del sistema

Detectar a los profesionales del pufo no es fácil. Pese a que las entidades tienen acceso a los registros de impagados, existe un periodo de tiempo entre que se produce una de estas incidencias y el deudor es incluido en el registro, un plazo de gracia que este tipo de moroso aprovecha convenientemente.Otra dificultad radica en la propia naturaleza de estos registros, que no reflejan el perfil del moroso ni, una vez que han cancelado una deuda y contraído otra, la reincidencia. 'Nosotros registramos los impagos, pero no la causa ni el perfil del deudor', explica Antonio Giraldo desde Asnef (Asociación Nacional de Entidades de Financiación). Según explica Giraldo, la persona que tiene intención de no pagar 'suele conocer la normativa y el funcionamiento del sistema'. También conocen a la perfección el tipo de cliente que quieren captar las entidades bancarias y se ajustan a él como si de un guión cinematográfico se tratase. 'Hay gente que sabe mucho. No necesitan ni siquiera falsificar documentos para conseguir lo que quieren obtener, simplemente adaptan su historia para conseguir que el banco les conceda el préstamo', señalan en el departamento de recobro de una entidad bancaria. Así, algunos se presentan como clientes que quieren comprarse, por ejemplo, una vivienda familiar; mientras que otros utilizan la apariencia de respetabilidad de una empresa o de un negocio para obtener créditos que después no pagan. 'La gente de a pie no tiene ni la arrogancia ni la infraestructura para hacer esto', sentencian en el banco.

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