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CincoSentidos

La búsqueda de la obra ideal de Antoni Tàpies

El catalán Antoni Tàpies no se da por vencido. A la edad de 80 años sigue en activo en busca de la obra ideal, a pesar de que tiene a sus espaldas un catálogo formado por más de 8.000 piezas. Así lo explicó el propio artista durante la inauguración de Retrospectiva, la mayor exposición realizada hasta el momento de su obra que permanecerá hasta el 9 de mayo en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba). 'Mantengo una gran curiosidad y una insatisfacción permanente que me hace insistir en intentar encontrar la obra ideal, que quizás no existe'. A través de 200 piezas, entre pinturas, objetos y esculturas, la muestra propone una exploración de su obra tomando como eje central los distintos materiales utilizados. Signos esotéricos, cruces, paisajes, brazos y pies son algunos de los elementos representados.

A caballo entre la corriente existencialista y el movimiento de reacción contra el expresionismo abstracto, la exposición se inicia en los años 40 con una selección de dibujos y autorretratos. Durante esta primera etapa, recibió la influencia de Joan Miró, Marx Ernst y Paul Klee. A partir de 1954, Tàpies abandona la pintura figurativa y trabaja en las denominadas pinturas matéricas, caracterizadas por una ordenada composición y por superficies de texturas densas teñidas de colores ocre, grises y marrones. Blanco con manchas rojas (1954) o Pintura XXXV (1956) son algunas de las obras de este periodo. A mediados de los sesenta su pintura volvió a recuperar la figura humana, aunque la imagen del hombre correspondía a un antihéroe, como aparece en Relieve gris sobre madera (1965).

Uno de los aspectos más característicos de su obra, el uso de elementos cotidianos, como zapatillas o colchones, se inicia en los 70. Sus trabajos, además, intentan adoptar tres dimensiones, característica que se observa en Silla cubierta. Con el empleo de materiales humildes, Tàpies quiere expresar su angustia por la opresión del franquismo. El espíritu catalán y 7 de noviembre, ambas de 1971, tienen una clara intención social. Durante los últimos años, apuesta por trabajos de grandes formatos y hace uso del barniz. El paso del tiempo y la presencia de la muerte, como ocurre en Réquiem (1995), sintetizan una temática que se mantenido constante desde sus inicios.

Una selección de 80 obras de Retrospectiva viajarán a diversos museos dentro y fuera de nuestras fronteras. La primera parada la realizará en junio en el Patio Herreriano de Valladolid, en el marco del programa Arte Español para el Exterior.

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