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Banca

La CNMV reclama a la banca una mejor formación de los comerciales

La sofisticación y el rápido desarrollo del sistema financiero ha provocado que los clientes tengan a veces dificultades para comprender y valorar los riesgos que supone contratar un determinado producto. El problema también afecta al personal comercial de las entidades, que debe transmitir de la forma más clara posible los riesgos que corre un particular cuando decide adquirir a través de una oficina o agente un servicio financiero.

Hasta el momento, son las entidades las que están marcado sus propias pautas para formar a este tipo de trabajadores. Los bancos consultados sostienen que ven la formación como una inversión y no como un gasto. Aunque recalcan que cualquier esfuerzo formativo creciente viene motivado por las exigencias de los clientes, reconocen que en lo que se refiere a las tareas de asesoramiento financiero y red comercial quieren adelantarse a cualquier posible desarrollo normativo.

Ya se percibe cierto interés por parte del supervisor en materia de formación. El primer atisbo aparece en la Guía de procedimientos para la transmisión de información al inversor que elaboró la CNMV en el mes de junio. En este documento, emplaza a las entidades financieras a que elaboren y presenten, a título voluntario, un manual de procedimientos para mejorar la calidad informativa hacia los inversores y asegurar. Y uno de los principios generales de la guía hace una mención especial a la formación de la red de venta.

'Se deben establecer planes de formación o acciones formativas concretas diseñadas para dar a conocer las características particulares, riesgos, funcionamiento de los mercados de contratación, categoría de clientes objetivo, etc., para cada tipo de producto', sostiene la CNMV en el sexto principio general. Y añade que, como método para conseguirlo, se deberá segmentar a los comerciales 'de modo que sólo los autorizados por la entidad puedan vender productos de inversión'.

Recientemente, un alto directivo de un banco español se refirió a la posibilidad de que, tarde o temprano, se terminará exigiendo por parte de las autoridades regulatorias europeas un determinado grado o nivel de conocimientos a aquellos empleados que asesoran o venden productos financieros. Aunque un portavoz de la CNMV descartó que se hubiera planteado llevar a cabo una exigencia de este tipo en el corto plazo, Josep Soler, miembro del consejo directivo de la Asociación Europea de los Profesionales del Asesoramiento y la Planificación Financiera (EFPA), opina que la formación terminará estando regulada. 'La directiva de servicios de inversión, que está en trámites de aprobación, hace una mención explícita a la cualificación del personal, tanto de los agentes independientes como de los empleados que trabaja para una entidad financiera'.

El supervisor quiere mejorar la calidad de la información sobre productos que recibe el cliente

certificación Las entidades buscan la legitimación de su esfuerzo formativo

La posibilidad de que el regulador exija un determinado nivel de formación ha disparado el interés de los bancos por acreditar de alguna manera el grado de cualificación de sus empleados. En el último año, Santander, BBVA, Bankinter, Fibanc y Banc de Sabadell, entre otros, han suscrito acuerdos con Asociación Europea de los Profesionales del Asesoramiento y la Planificación Financiera (EFPA) para que esta organización certifique la formación de una parte de sus empleados, sobre todo aquellos que cumplen tareas de asesoramiento. Desde EFPA, una organización que certifica la validación de los asesores financieros en 12 países europeos y que otorga el título EFA (European Financial Advisor), también reconocen el creciente interés del sector por formar a la red de agentes y 'personal de ventanilla bancaria', y no descartan crean en un futuro un certificado para estos últimos.

Los grandes BBVA, Santander y La Caixa hacen los deberes

Las tres mayores entidades financieras de España reconocen haber realizado importantes inversiones en formación, aunque todas subrayan que sus iniciativas son anteriores a cualquier tipo de recomendación por parte de la CNMV. Las tres tienen en común que su principal esfuerzo va dirigido a los profesionales que cumplen funciones de asesoramiento financiero. La Caixa ha formado ya para estas tareas a 1.400 empleados. El BBVA espera que a finales de este año cerca de 1.000 empleados participen en un cursos de planificación financiera certificados por una organización externa.El Santander señala que para 2003 y 2004 su meta es que los empleados de banca privada y asesores (cerca de 900) hayan obtenido un título certificado por una organización externa. Aunque destaca que el plan de formación, con mayor o menor nivel, acabará incluyendo a toda la red minorista.

Multas en el Reino Unido

A finales de septiembre la Financial Service Authority (FSA), el regulador británico, obligó al Lloyds TSB a compensar a 22.500 particulares con una multa de 133 millones de euros (98 millones de libras). La sanción impuesta al banco británico tenía como objetivo resarcir a una serie de clientes a los que se les vendió un producto de alto riesgo a través de sus oficinas de la red comercial sin haber informado debidamente del alto riesgo del producto que contrataban.El propio Loyds TSB reconoció luego en un comunicado que los empleados que habían vendido esos productos no habían recibido la suficiente formación cuando asesoraron a estos clientes. La entidad teme que se produzcan más reclamaciones y en agosto realizó una provisión de 100 millones de libras.La FSA ha adoptado en el último año una posición muy firme respecto a la protección al inversor y ha sido muy combativa con la agresividad mostrada por las entidades financieras, principalmente las que poseen un amplia red minorista, a la hora de vender ciertos productos financieros en ventanilla.

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