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Gestión alternativa

De espaldas al mercado

El concepto de rentabilidad absoluta se ha puesto de moda en España en los últimos años de caídas bursátiles. Se entiende por rentabilidad absoluta aquella que no está ligada a la evolución de ningún índice, sino que su objetivo es alcanzar un nivel absoluto de rentabilidad al margen de la evolución de los mercados. Es, en definitiva, lo que buscan obtener los fondos denominados de gestión alternativa, un tipo de producto que los gestores recomiendan para completar las carteras y diversificar riesgos.

En España se comercializan cerca de 40 fondos de esta familia que, aunque utilizan diferentes estrategias, son en general fondos conservadores que toman escaso riesgo. La rentabilidad media de estos productos desde enero se sitúa en el 1,7%, según datos de Morningstar, la compañía de análisis de fondos.

"Hay que contemplar la diversificación de una cartera hacia la gestión de rentabilidad absoluta no como un estilo sustitutivo de la gestión tradicional sino complementario, en virtud de la baja correlación que presenta este tipo de gestión con el resto de activos", sostienen los analistas de Sabadell Banca Privada en un informe.

Se entiende por rentabilidad absoluta aquella que no está ligada

Tradicionalmente, la gestión alternativa se ha asociado al riesgo y a la especulación de los fondos de cobertura. Estos productos, conocidos en inglés como hedge funds, suelen estar domiciliados en paraísos fiscales, lo que les facilita una libertad total de inversión. No es a este tipo de fondos a los que se refieren los gestores cuando hablan de gestión alternativa.

Uno de estos fondos, el Long Term Capital Management, se hizo tristemente famoso en 1998 cuando llevó a cabo una operación muy arriesgada, con un elevado apalancamiento, que a punto estuvo de generar una crisis en todo el sistema financiero estadounidense de no ser por la Reserva Federal, que inyectó dinero para sacarlo a flote.

La quiebra de este fondo se produjo precisamente por ese apalancamiento en que incurren muchos de estos productos. Los hedge funds suelen hacer uso de posiciones cortas en el mercado. Es decir, toman acciones prestadas que luego venden en el mercado confiando en su caída. Cuando caen las vuelven a comprar, las devuelven y se embolsan la diferencia entre el precio al que las vendieron y el precio de recompra. El uso frecuente de derivados y la búsqueda de oportunidades e ineficiencias en los mercados completan las

armas de estos fondos para conseguir esa rentabilidad absoluta.

En España no está permitida la venta de estos productos de manera masiva, como tampoco se puede hacer publicidad de ellos. Un inversor sí puede dirigirse a una entidad radicada en un paraíso fiscal e invertir en un fondo de cobertura, pero debe saber que a efectos fiscales se presupone que el fondo se ha revalorizado un 15% anual y se tributa por esa ganancia, salvo que se presente una prueba en contrario.

La opción para el inversor español interesado en obtener rentabilidades absolutas es invertir en alguno de los fondos de gestión alternativa registrados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). "En España las instituciones de inversión colectiva se encuentran sometidas a fuertes limitaciones en sus posibilidades de inversión, que reducen el margen de maniobra para una gestión de estas características", explican en Sabadell Banca Privada. "Queda, sin embargo, un espacio para acceder a una gestión de rentabilidad absoluta con objetivos de rentabilidad moderados que puede resultar ciertamente atractiva en el contexto actual de tipos de interés".

En España se pueden encontrar algunas de las estrategias típicas de los hedge funds, como la venta a corto, las operaciones intradía, el arbitraje o la búsqueda de ineficiencias puntuales en los mercados. Pero son fondos de riesgo y volatilidad limitada que suelen fijar un objetivo de rentabilidad del euribor más uno o dos puntos porcentuales. "El riesgo se traslada del mercado al gestor, que es el que toma las decisiones", explica Ángel Olea, de Abante Asesores.

Esta entidad comercializa un fondo de fondos de cobertura, figura que ha proliferado en España y cuya ventaja reside en que invierte en varios fondos con estrategias diferentes. La ventaja es clara, por cuanto al invertir en un fondo de fondos se diversifica el riesgo.

El sector tiene la mirada puesta en la nueva Ley de Instituciones de Inversión Colectiva, que se aprobará previsiblemente antes de que finalice esta legislatura. El texto aumenta el abanico de inversión para los fondos. "Habrá que ver si el Reglamento amplía las posibilidades para los fondos de gestión alternativa",explica Olea. "Ahora mismo el texto del proyecto de ley es muy general".

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