Ono vende 'futuros' de IVA para obtener ingresos adelantados
La necesidad de obtener recursos lleva a vías muy variadas de financiación. Ono ha logrado adelantar sus ingresos por devolución de IVA contratando un instrumento financiero ideado para ello, en lo que supone una suerte de titulización o venta de futuros de impuestos.
Los fondos que necesita una empresa intensiva en inversión en sus primeros años de andadura son ingentes, así que el desarrollo de mecanismos de financiación alternativos a los tradicionales está a la orden del día. Y un buen ejemplo de ello es la operadora Ono.
La compañía mantiene desde su nacimiento un fuerte ritmo de inversión para desplegar su red de cable. Y en cada contrato que firma y paga a suministradores y proveedores incluye una partida por IVA. En el otro lado de la balanza, sin embargo, los ingresos que obtiene de sus clientes y el IVA que les factura nunca llegan a compensar lo desembolsado.
El resultado es que Ono es, desde su creación, acreedora del Estado por IVA. Y el problema consiste en que el Gobierno paga sus deudas con seis meses mínimo de demora sobre el ejercicio cerrado.
Aconsejada por una entidad financiera, la operadora encontró una fórmula para convertir en instantáneas las devoluciones adeudadas. Gracias a los denominados contratos de financiación de IVA, Ono ha conseguido cobrar la devolución del impuesto un año antes de los plazos tradicionales.
Las cantidades no son desdeñables. Cada julio, la operadora de cable ha renovado el contrato con el sindicato de bancos encargado de adelantar unos fondos que en 2001, por ejemplo, llegaron a 78,1 millones. El año pasado la cifra bajó a 35 millones y en la renovación del pasado julio el montante se redujo a 8,5 millones, porque Ono cada vez ingresa más e invierte menos, así que el desfase es menor. La previsión de la compañía es que en 2004 ya no necesite adelantos.
Pero, obviamente, esta financiación tiene un coste y Ono ha estado pagando un tipo de interés en el entorno del 5% por los fondos.
11 millones de coste por cerrar Portugal
El despliegue de red y el desarrollo de servicios en Portugal era una pieza clave del plan de negocio de Ono cuando realizó su presentación para salir a Bolsa, en septiembre de 2000. La intención de la operadora era invertir 25 millones de euros en la primera fase de construcción de infraestructura y con ellos cubrir 35.000 hogares en Lisboa.La realidad ha sido bien distinta. Ono nunca salió a Bolsa y ha tenido que reducir la dimensión de su negocio. En el nuevo escenario no había cabida para Portugal.La operadora decidió el año pasado cerrar lo que consideraba dos actividades no estratégicas: Portugal y los cibercafés instalados en zonas donde no tiene cobertura de cable. Dicho y hecho. La filial portuguesa es hoy una empresa sin contenido a la espera de ser liquidada o vendida, según figura en documentos de la compañía. Pero no se ha hecho sin desembolso. Además de las inversiones, Ono ha pagado 10,9 millones por el cierre de Portugal, que han ido directamente contra extraordinarios de 2002.