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Sueldos

Los directivos hacen el guiño de bajarse el sueldo

Por un buen puñado de dólares, el presidente de la Bolsa de Nueva York, Richard Grasso, ha tenido que dejar su puesto. Casi al tiempo, se ha conocido la decisión del consejero delegado de Ahold, Anders Moberg, de renunciar a parte de su indemnización y al bonus que había pactado en caso de salir del grupo. En España, el presidente de Telefónica anunció en abril que reduciría la parte variable de su sueldo y el SCH, entre otros bancos, ha anunciado contención en los sueldos de sus consejos.

Tanto a este como al otro lado del Atlántico ganar mucho dinero parece ya no ser sinónimo de prestigio. Al menos para las empresas, que ven cómo los mercados castigan las altas remuneraciones de sus consejeros. En especial, cuando no se corresponden con los resultados. 'Se está acabando una época y los escándalos por los altos sueldos, como el que le ha costado el puesto al presidente de la Bolsa neoyorquina, son los últimos coletazos. Cada vez va a ser más difícil que los directivos cobren cantidades desorbitadas'. Así de rotundo se muestra José Manuel Casado, socio de Accenture, para quien la nueva ola de responsabilidad social y de transparencia va a impedir que los directivos cobren cantidades que no estén en línea con los resultados de su organización. El socio de Accenture asegura que los stakeholders van a presionar cada vez más a las empresas para que los sueldos de los directivos sean coherentes. De todas formas, considera que debería irse algo más allá, de forma que los Estados exigiesen por ley la publicación de los sueldos de los gestores. 'La publicidad es la máxima limitación al sueldo que se le puede poner a un directivo', afirma.

Precisamente, ésa es la máxima del inversor Warren Buffet, para quien la transparencia es la receta de la recuperación de la confianza de los inversores. 'A los accionistas se les queda en la memoria cuando un alto directivo se hace muy rico y permanece siendo muy rico cuando ellos se hacen más y más pobres'.

Para el vicedecano del Instituto de Empresa, José Luis Álvarez, el factor que aviva la llama de los escándalos no es sólo la cantidad. Los accionistas no perdonan el elemento de secretismo y de autoasignación de lo que ganan los grandes gestores de las empresas. La clave para evitar escándalos no parece estar en una simple reducción en los sueldos. Las empresas necesitan directivos. Y encontrar a un buen gestor cuesta dinero.

En todo caso, según los expertos como el director general de Watson Wyatt en España, los sueldos de los directivos españoles están aún lejos de lo que cobran sus colegas en otros países.

El valor del talento

Fernando Palomares, de la consultora Mercer, también considera que 'los esquemas retributivos de los directivos de empresas españolas no son comparables a los casos de EE UU'. Y José Luis Álvarez opina que toda organización necesita un alto directivo, 'que es un recurso escaso con respecto a la demanda. Y eso hay que pagarlo. Es muy difícil poner límites al valor del talento'. Por eso, el vicedecano del Instituto de Empresa disculpa en cierto modo a quienes han percibido sueldos millonarios. 'La culpa no la tienen ellos, sino los consejos de administración o los accionistas poco vigilantes'. De todos modos, Álvarez recuerda que estos escándalos tienen mucho que ver con la coyuntura económica. 'Cuando las empresas van bien no suelen producirse estos problemas', añade. Para los expertos, si en Europa no se producen tantos escándalos relacionados con sueldos excesivos es porque no se llega a determinados niveles retributivos, ya que éstos no están bien vistos. Los informes de las consultoras especializadas en recursos humanos no dejan mucho margen para la duda. Según Mercer, este año, en España, ha aumentado el número de empresas que apuestan por retribuir con bonus y, además, los directivos españoles están entre los que tienen más poder adquisitivo de Europa. Al tiempo, otro estudio de Watson Wyatt concluye que en 2003 el sueldo de los altos mandos ha crecido un 4,60%, más que la subida media de las plantillas.

Apretarse el cinturón

La consigna parece ser 'apretarse el cinturón', pero los estudios indican una tendencia bien diferente. Y, precisamente, en estos estudios se basan muchas empresas para fijar el sueldo de sus ejecutivos. Es el caso de IBM. Manuel Cervantes, director de recursos humanos de IBM para España y Portugal, reconoce que hay una contención en los ingresos, pero únicamente marcada por la dureza de los últimos años para un sector como el de las tecnologías. 'En IBM encargamos a una consultora un estudio de salarios a nivel europeo y a partir de ahí fijamos la remuneración de nuestros directivos'. En esta empresa, entre una banda del 35% al 50% del salario es variable. En opinión de Cervantes, publicar el sueldo de los consejeros no es necesariamente sinónimo de transparencia. No obstante, el sueldo del presidente de IBM en EE UU es público.

Jack Welch, uno de los primeros mitos en caer

Todo era perfecto hasta que la segunda mujer de Jack Welch, a la hora de discutir su pensión de divorcio, empezó a enumerar los ingresos y privilegios que percibía el genio elevado a mito que convirtió su labor al frente de General Electric en el ejemplo de gestión empresarial a seguir. La ex de Welch no quería que su pensión estuviera calculada sólo sobre los ingresos declarados de su marido, quería también conservar privilegios como descuentos por comprar joyas, asientos para los partidos de la NBA, el uso de aviones privados de la compañía, apartamentos de lujo o vino y flores gratis. La publicidad que se dio al acuerdo de divorcio manchó para siempre la reputación de Welch, al menos, desde el punto de vista de su ética.

Transparencia y comités de retribuciones

La transparencia se ha convertido en la medicina dispuesta a solucionar casi todos los escándalos empresariales. Son muchos los que consideran que la publicidad es una de las mejores armas para contener los sueldos desorbitados que han venido cobrando determinados directivos.Pero las recomendaciones de los códigos de buen gobierno van más allá y sugieren que las empresas se doten de comités de retribuciones para que sean éstos los que decidan, al margen de presiones, cuál es el sueldo razonable que debe cobrar un directivo.Además, los expertos recomiendan que los comités de retribuciones estén integrados por consejeros profesionales que estén al día de los sueldos que se pagan en el mercado.

Ingresos bajo la lupa de los fondos de inversión

Los ingresos que perciben las cúpulas de las empresas tienen un importante vigía en los inversores institucionales. Existen fondos de inversión con participaciones significativas en empresas cotizadas con poder para influir en las decisiones de la empresa. Los fondos analizan la gestión de la compañía en la que invierten y si ésta no es la adecuada, el fondo puede abandonarla. No obstante, para potenciar este papel de vigía y de aglutinador de los accionistas minoritarios, la futura ley de instituciones de inversión colectiva prevé que los fondos con participación significativa y duradera ejerzan sus derechos de forma más activa. Se propone así obligarles a acudir a las juntas para que defiendan los derechos de los partícipes.

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