El blindaje antiterrorista más caro para el futuro de EE UU
La factura de la guerra contra el terrorismo no se ha terminado de detallar dos años después de ser declarada y tal como se está gestionando en Irak la segunda campaña de ésta (según lo describe el presidente George Bush, quien hasta ahora no ha probado la conexión entre el régimen de Sadam Husein y Al Quaeda) es posible que las previsiones nunca sean fiables y se convierta en un pozo sin fondo.
Bush acaba de pedir al Congreso que apruebe una partida de 87.000 millones de dólares a repartir entre ayuda exterior, operaciones militares, de reconstrucción y la seguridad nacional. Desde que empezó el acoso a Sadam Husein se han dedicado a Irak 135.000 millones de dólares. En 1992, la guerra declarada por el padre del actual presidente costó menos de la mitad y EE UU apenas pagó una quinta parte del coste.
Este suplemento preocupa. En un reciente informe, Goldman Sachs estima que el déficit de 2004 alcanzará los 575.000 millones de dólares si el Congreso aprueba esta partida para la posguerra iraquí. La Casa Blanca asumió que se pagaría con el dinero del petróleo persa. El Congreso calculaba, en agosto, un déficit de 480.000 millones.
Gasto en defensa
'Este nuevo cálculo deja el déficit el año que vienen en el 4,6% del PIB', dicen en Goldman que remachan que para la década 2004-2013 el déficit acumulado será de 5,5 billones de dólares. Esta firma cree que el gasto en defensa crecerá en relación con el PIB. 'Asumir un 4% es estar aún por debajo de la media a largo plazo. Desde 1970 el gasto defensa se ha mantenido de media en el 4,9%'. En Goldman hacen notar que en ese tiempo cayó en la época de Bill Clinton ('era el 3% en 1999) y fue del 7,6% durante la guerra de Vietnam.
'Los grandes déficit serán crónicos en el paisaje económico', creen los analistas, que inciden en lo negativo de ello para la economía al absorber los ahorros nacionales y dejar menos fondos para la inversión, lo que lleva a menos productividad y crecimiento. Esto es importante en este momento en el que los hijos del baby boom llegan a la edad de jubilación a partir de la década que viene y el sistema social va a tener más cargas.
'Creemos que la Administración Bush debe asumir cierta responsabilidad por el profundo deterioro de la previsión a largo plazo', dice Goldman. Esta firma ha rebajado su previsión de crecimiento del primer trimestre.